Aitana, es una hermosa joven que acaba de cumplir su mayoría de edad, vive al norte del reino Greyson, en la manda de luna azul, creció rodeada de amor por su familia y manada, desde niña ha estado enamorada del futuro Alfa de su manada, pero el destino tiene otros planes para ella.
Byron Drave Greyson, el actual rey Alfa del reino Greyson, tiene veintisiete años de edad, a los quince años subió al trono después de la trágica muerte de su padre y madre, después de subir al trono tuvo que hacerse reconocer y mostrarles a las manadas del reino que era digno de ser su rey, a pesar de su corta edad, aunque muchos Alfas estuvieron en contra y aliaron a reinos enemigos otras manadas lo aceptaron y lo ayudaron a que el reino creciera y se volviera lo que era ahora, uno de los más poderosos, pero al estar enfocado en proteger a su reino se olvidó de algo muy importante, encontrar a su mate, aquella quien sería conocida como Reina Luna.
NovelToon tiene autorización de Valeria Romero para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Cariño, confianza y seguridad
Aitana se despidió de Irina, había sido un gran día y se sentía más tranquila gracias a sus consejos, miro las bolsas de aquella sexy y hermosa lencería que había comprado, saco la de color negro, era muy bonita y suave, jamás pensó que compraría algo así para ella y aún dudaba en que lo usaría. ¿Qué diría Byron si la viera usando eso? ¿Le gustaría? Pensó en él, sacudió su cabeza al darse cuenta de aquellos pensamientos, tomo las bolsas y las guardo en los últimos cajones del armario, esperando que él no las encontrara.
La puerta se abrió justo cuando ella salía del armario, ahí estaba él, recordó el consejo de Irina, dejar de resistirse al vínculo de parejas, solo así podía dejar de sentirse tan nerviosa estando con él.
- Hola – Dijo tratando de sonar alegre y funciono, Byron asintió al verla.
- Hola- Respondió al saludo, notó que sus mejillas ya estaban sonrojadas- ¿Compraste todo lo que necesitas? – Preguntó, mientras se dirigía a la mesa donde había una jarra de agua y se sirvió un poco en un vaso.
- Si, incluso Irina me aconsejo comprar algunas prendas que, según ella, serían necesarias en algún momento- Dijo, Byron casi escupe el agua al escucharla, recordó a aquella mujer, era capaz de cumplir el trato que hicieron en la mañana y si lo logró ahora le debía una recompensa.
- Me parece bien – Dijo dejando el vaso de agua - ¿Has tomado tu medicamento? - Pregunto, ella asintió- Ok, mañana vendrá el doctor, te los cambiará por unos más fuertes – Le dijo, ella lo miro con sorpresa.
- ¿Mi aroma es más fuerte ? – Pregunto nerviosa tomando uno de sus mechones y oliendo.
- No, pero tendremos visitas de otro reino, así que no podré ejercer mi autoridad en ellos, por lo que necesitamos desaparecer totalmente ese aroma, por esta noche no lo tomes- Dijo acercándose a ella.
- Entiendo, pero, ¿No sería peligroso? – Pregunto tratando de controlar sus nervios.
- Descuida, yo estaré aquí toda la noche- Ya estaba a unos centímetros frente a ella.
- ¿No te molesta? Mi aroma…- Pregunto mirando aquellos ojos azules.
-Para nada, me encanta- Dijo mientras acariciaba una de sus mejillas, le gustaba que en esos momentos no estuviera tan nerviosa como otras veces.
Aitana aspiro aire por su nariz, el aroma de Byron inundo sus fosas nasales, le encantó aquel olor, cerró sus ojos y disfrutando aquella caricia en su mejilla, ella giró un poco su cabeza y su boca quedo sobre la palma de Byron, sin pensar lo que hacía, dejándose llevar por aquel momento, la beso con ternura, abrió sus ojos reaccionando de lo que había hecho.
-Lo siento – Dijo mientras el ardor en sus mejillas se elevaba.
- No lo hagas- con su mano desocupada rodeo su cintura y la atrajo a él, se inclinó un poco y beso sus labios con ternura, Aitana se dejó nuevamente guiar en aquel tierno beso.
Ese beso fue subiendo de nivel, el cuerpo de Aitana comenzó a acalorarse, Byron la acorralo contra la pared, sus manos bajaron hasta sus muslos y comenzó a acariciarlos, fue subiendo hasta su entre pierna, acaricio sobre aquel jeans aquella zona, Aitana soltó un gran suspiro al sentir esas caricias, él termino el beso y la miro a los ojos aquellos grises oscuros, estaban dilatados, sus labios estaban rojos y levemente hinchados, sonrió, comenzó a desabotonar aquellos jeans que comenzaban a estorbarle, Aitana no opuso resistencia, incluso ayudo a quitárselos, quedando solo con un bikini de color rosa, ella se sintió avergonzada de aquella ropa sin gracia, pero eso no le importo a Byron, llevo sus manos a sus glúteos y los apretó, después la levantó haciendo que ella abriera sus piernas y las rodeara sobre la cintura de él.
-Me encantas- Susurró Byron mientras, comenzaba a dar uno que otro mordisco sobre sus labios.
- Y tú a mí- Susurro ella, dejando a Byron sorprendido por aquella confesión, el rostro de Aitana cambiaba de colores al darse cuenta de sus palabras.
-Mi bella mate- Beso sus labios de nuevo, Aitana sintió la dureza de él en su entrepierna, comenzó a mover sus caderas por instinto, Byron le siguió el ritmo, mientras se besaban con tanta pasión, sus lenguas se entrelazaban una a la otra, sus manos se hundían en aquellos cabellos negros y lo atraía más a ella, él subía sus manos debajo de aquella blusa en búsqueda de sus senos, comenzó a masajearlos sobre el sostén, ella jadeo y mordió el labio de él.
-Márcala-
Escuchó aquella fuerte voz en su mente, Byron detuvo el beso con brusquedad, su lobo comenzaba a querer tomar el control.
-Lo hare yo-
Dijo furioso al ver que Byron se resistía a dejarlo salir.
-No- Dijo molesto, Aitana lo miro confundida aquel hombre sacudía su cabeza de un lado a otro. –Mierda, la vas a asustar- Gruño, bajo a Aitana de sus brazos y se alejó.
- ¿Majestad? - Preguntó nerviosa al ver como él hombre se colocaba de rodillas en el suelo y mantenía sus manos sobre su cabeza.
- Aléjate y llama a Emilio- Dijo con esfuerzo. Ella asintió se dirigió a la puerta, pero antes de siquiera abrir la puerta se detuvo, miro nuevamente a Byron, hacía todo lo posible para mantenerse controlado, suspiro.
- Cariño, confianza y seguridad- Recordó las palabras de consejo de Irina, soltó un gran suspiro y puso seguro a la puerta, se acercó nuevamente a él y se arrodillo enfrente.
-Te dije que…- No terminó, sus uñas comenzaban a afilarse.
-Aun no estoy lista para que marques- Susurro – Pero no te preocupes, no iré a ningún lado, yo, te pertenezco- Continuo, quería pensar que aquel salvaje lobo estaba escuchándola, lo dijo con tanta seguridad y sin titubear para que él le creyera, pero tampoco mentía. – Por favor, tranquilízate, confía en mí- Terminó mientras colocaba sus manos sobre las de él, aquellas grandes manos comenzaron a relajarse poco a poco.
Byron suspiró al sentir como su lobo se controlaba, quito sus manos de su cabeza y tomo las de ella y la miro a los ojos.
- ¿Funcionó? - Preguntó con una leve sonrisa, él asintió, realmente sus palabras habían funcionado, incluso su lobo había decidido ir dormir. – Menos mal, casi dude- Dijo dejándose caer al suelo y soltando un gran suspiro.
-No debiste mentir así- Dijo mientras se sentaba en el suelo.
-Pero no lo hice- Dijo ella de inmediato, él miro ansioso- Eres mi pareja, nos une el vínculo- Sonrió.
- Pero mientras no nos marquemos, podríamos rechazarlo- Dijo, Aitana asintió ante aquella respuesta, pero después negó.
-No, eso no pasara- Lo miro decidida- Sé que estas molesto por la conversación del otro día, pero todo eso ya está en el pasado, incluso Damián tiene a su pareja y es feliz con ella, y yo…bueno, yo te tengo a ti – Dijo mientras sus mejillas se sonrojaban.
- ¿Y eres feliz? – Preguntó, ella apartó sus manos de las de él y miro abajo por unos segundos.
- Lo que sentía por Damián no era amor, solo fue un cariño infantil que alimente por años, pero solo eso – Levantó su mirada y se acercó un poco más a él- Dijiste que serías mi primer y único en todo, eso incluye ¿El amor? - Pregunto tomando nuevamente sus manos, sus mejillas ardían y estaban más que rojas. – O solo, ¿estarás conmigo por el vínculo de parejas y porque no quieres volverte salvaje? – Preguntó con cierto temor porque aquella suposición fuera cierta.
Byron escuchó aquellas palabras, no sabía cómo responder, su corazón latía con tanta fuerza que pensaba que podría salirse de él, aquellas palabras lo hacían feliz, muy feliz.
-Aitana, serás la única para mí- Dijo mientras la rodeaba en sus brazos, Aitana se dejó abrazar por aquellos fuertes y musculosos brazos, se sentía tranquila de aclarar las cosas con él y poder empezar a vivir su vida junto a su pareja, debía agradecer a Irina su consejo de dejarse llevar por el vínculo de pareja había funcionado, su estómago comenzó a rugir, se puso roja hasta las orejas, Byron comenzó a reír y se apartó un poco.
-Te ves hermosa así, pero ve a cambiarte, mientras pediré la cena- Dijo mientras la ayudaba a ponerse de pie, Aitana miro hacia abajo, había olvidado que solo vestía aquella blusa negra que solo cubría poco debajo de su vientre y dejaba a la vista su nada atractivo bikini.
- Ok, me gustaría comer hamburguesa, con papas fritas- Dijo ella mientras se iba al armario casi corriendo.
Byron la miro entrar torpemente al armario, río, tomo el teléfono que había en el buro cerca de la cama, de su lado y marco al servicio, pidiendo dos hamburguesas con papas fritas, casi no comía aquella comida, pero haría la excepción por ella.
***************************