Un Padre Para Mí Hijo.

La señora Flor odiaba a las feministas. ¿Por qué las odiaba? Ahora les contaré.

Porque les había mandado a todas y cada una de las asociaciones de feministas del mundo cartas y más cartas sobre lo que sufrían las mujeres en la parte sur de Irak, con los talibanes y nada se hacía al respecto.

Su única hermana gemela se había enamorado perdidamente de un hombre de esa región y a partir de escaparse de la casa detrás de ese personaje jamás pudo contactarla.

Las pocas fotos que había recibido de ella la pobre Clavel estaba tan tapada que Flor no podía reconocerla.

Supo que su pobre hermana se dedicaba a arrear cabras en una montaña desértica solo porque en la foto salían unas cabras detrás del bulto negro que supuestamente era su hermosa Clavel.

Esta terrible historia familiar no le contó ni a su no vaya a ser que su amado Clark intentara en sus constantes viajes buscar a su tía o a su malvada familia.

Así que cuando supo por su infalible investigador chófer, que su hijo estaba asediado por feministas tuvo otro bajón de presión que gracias a Don Marcos y sus pastillas no pasó a mayores.

Don Marcos la atendió como un verdadero consuegro, la trajo una pastilla, espantó a las mucamas que llegaron con perfumes y La señora Flor se recuperó en un periquete.

La llegada de Luis trajo toda la alegría a la casa de Doña Flor más aún cuando se enteraron que toda la escuela de Luis estaba en un ferviente combate de piojos. Gracias a ello su nieto no había molestado por ir con gorra al colegio.

Cuando Luisito se sacó la gorra para jugar con el chófer porque su padre de mentiras tenía que bañarse para esperar a su abogada, Doña Flor y Don Marcos instintivamente empezaron a rascarse la cabeza.

De hecho que no había ningún piojo en los cuatro pelos locos que ambos tenían pero hablar de piojos instintivamente a todo humano genera la automatica acción de rascarse.

_ Cree usted don Marcos lo que dice el tal cuchillo Irkan de mi hijo? Que le molestaba a la tal Briggite cuando era su secretaria? - dijo Doña Flor rascándose disimulada sus rulos perfectos.

_ Que otra cosa va a decir ese criminal Doña Flor? Su mujer salía con un regimiento entero mientras el estaba preso!!- dijo rascándose sin disimulo su cabeza con pocos pelos blancos como la nieve.

_ No sé. Pero no confío en las feministas!, dijo Doña Flor.

_ Yo tampoco. Siempre le dije a Elena que esas feministas no son de confianza ! -

En eso llego un lujoso coche de dónde bajo una rubia fenomenal con un maletín negro.

_ Quien es esa chica? - dijo Marcos.

_ Marina Luff. La abogada que defenderá a mi hijo.Conozco a su padre. Familia de abogados. Gente muy buena. -

Mariana Miró a Clark. Casi se desmayó de lo lindo que era. Había visto en los artículos que leía su padre un hombre barbudo y de anteojos nada parecido al hombre que ahora le pasaba la mano.

Le pasó la mano a Clark con la mejor de sus sonrisas. Pero Clark parecía indiferente. Cordial pero indiferente. Mariana vió a lo lejos a Doña Flor con un señor y fue a saludarla.

_ perdona Clark. Saludaré a tu mamá - le dijo.

Clark le vio irse hasta donde estaba su madre con Don Marcos. Saludar a ambos y volver hacia donde el estaba como si viera el agua correr. Su mente estaba ocupada por Manuela.

Los ojos de Manuela. Los labios de Manuela, la lengua de Manuela. Las tetas de Manuela

En fin la anatomía completa de Manu había invadido el pensamiento de Clark que como un maléfico virus estaba arrasando con su pobre cerebro que hasta hace unos pocos días estaba lleno de loritos azules .

La abogada empezó a hablar con el.Y el fue sincero. Briggite se había ofrecido y el estuvo con ella. Solo por el currículo que decía que era.viuda. Y porque ella se tiró sobre el,un día llorando que se sentía sola. Que por lo que sabía ese mismo cuento había dado a todos los hombres de la editorial. Que su madre no debía enterarse de nada porque era muy frágil. Y que era mejor que su novia no se entere de los pormenores porque podía perderla.

En fin. Pareciera que Clark había convocado al diablo mismo.

Manuela apareció en ese instante en un taxi. Le miró a él y a su abogada con cierto asombro y luego con verdadero odio en sus rutilantes ojos marrones .Luego con total indiferencia empezó a marcharse hacia donde estaba Luis..

Y fue ahí, que el auto de Marcelo freno frente a su casa y ese degenerado bajo con un ramo de flores en los brazos.

_ Esa chica es su novia ? - preguntó la abogada.

Pero Clark solo podía mirar a Manuela mientras tomaba el mazo de Flores un poco marchitas y le despedía al tal Marcelo Gotti con un beso en la mejilla.

Manuela espantó a las avispas que entraron debajo de su pollera cuando vió a Clark con esa rubia y entró feliz a la casa.