Sofía tiene una nueva oportunidad de vida y está dispuesta a tomarla para cambiar su trágico destino, de paso descubrirá lo que significa el amor verdadero y cuan equivocada estaba con las decisiones que tomó en su anterior vida, actuando de manera diferente, pero sin cambiar su esencia.
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23. Habitación de paredes celestes
Estoy parada frente a Cristóbal, con todo el dolor que siento por la experiencia que he pasado antes, con la angustia que experimenté de saberme sin salida y viéndome siempre en el mismo círculo vicioso con una familia que resultó mi enemiga; mi cabello aún está algo mojado por el baño que me di después que las cosas se calmaron lo que me hace sentir frío en la espalda, hice una pregunta que tal vez no debí hacer, por la forma en como él me mira.
Cristóbal estaba por decirme algo, cuando una mujer mayor muy elegante se acerca a nosotros diciendo "¿Hasta cuándo piensas quedarte acá, con tanta gente?, se nota que en la sangre llevas la vulgaridad".
- "Ya se había demorado en venir señora Tudela", dice Cristóbal con voz serena.
- "Haces lo que quieres, porque tu padre siente una culpa innecesaria ante el huerfanito, pero esta sigue siendo mi casa, y ya he tolerado suficiente; te fuiste muy seguro de acá, afirmando que tendrías éxito sin necesidad de los Tudela, pero nuevamente acá te encuentras y trayendo a vivir gente muy corriente como tú", manifiesta Georgina Ferrero de Tudela.
- "Una prueba más, de que solo es el hijo de la amante, sin vergüenza y sin respeto", dice Valeria Tudela respaldada por su madre.
Ambas mujeres miran con desdén a Cristóbal, y noto que él está tratando de contener lo que quiere decirles; esa escena me resulta hiriente, a pesar de que, en mi otra vida, Fabián supo destruir mi autoestima como mujer, había aprendido a ocultar ello en la pantalla de mi vida de pose de diva y lujo en el vestir, así que podía reconocer la misma actuación en frente mío.
Es cierto que soy una invitada en esa casa, pero eso no les daba el derecho de decir que éramos personas corrientes, pongo la botella de vino en la hermosa mesa de cristal que está en el jardín frente al pórtico principal de la casa de huéspedes y me acerco a ellas.
- "Me encantan sus pendientes de oro blanco, la fabulosa incrustación de dos maravillosos zafiros que lo componen, lo hacen definitivamente un diseño exclusivo de la joyería Algeranova; Vincent ha sabido mantener el legado de mi tía Joséphine muy vivo”, digo mientras le sonrío a la esposa de don Rafel.
- "¿Conoces a don Vincent March?”, manifiesta sorprendida la señora Georgina.
- "Claro, como no voy a conocer a Vincent March Algeranova, mi querido primo, se siente como si tuviera muchísima más edad que yo cuando le anteponen ese don adelante de su nombre, pero solo me lleva seis años; su hermano está viviendo en esta casa de huéspedes; y no puedo creer que al hijo de Lady Joséphine Algeranova lo hayan llamado corriente”; digo con un tono de superioridad muy marcado.
Valeria Tudela me queda mirando, parece haberse dado cuenta que habíamos coincidido en aquel hotel cuando su padre le llamó la atención por su descortés comportamiento.
- "Si don Vicent March es su primo, ¿usted guarda relación con la Corporación March?”, interroga Georgina Ferrero.
- "Vincent e Ignacio, quien está viviendo acá, son hijos de mi tío Oscar, quien de la Corporación tiene a cargo los negocios relacionados a seguridad empresarial, claro que Vincent siguió en el campo de su madre, el mundo de las joyas exclusivas; mi padre es Máximo March, que tiene a cargo los negocios relacionados al rubro automotriz y al campo inmobiliario, claro que en este último rubro jamás podrá alcanzar a don Rafael, quien nos has dicho que podemos quedarnos acá el tiempo que queramos; pero si tiene algún problema tal vez debería de llamarlo; ¿cariño me prestas tu celular para llamar a tu padre?; expreso de manera engreída como solía hacerlo en mi anterior vida, tal vez sea el único idioma que ellas entiendan.
- “La vez pasada que nos vimos, te dije que mi hermano es el hijo de la amante, creo que no lo entendiste, ¿a tu familia no le importa el tipo de hombre con quien te relacionas?”, me dice Valeria con ese estúpido raciocinio de que por ser el hijo de la amante, Cristóbal no tuviera valor.
- "Si aún dependiera de mi familia, probablemente me importaría su opinión; pero tengo mi propio rubro de negocios en la Corporación March, soy la responsable de la sociedad de inversión con cartera de participaciones en empresas emergentes, así que puedo decidir mi vida; es algo que ustedes entienden ¿no?; y Cristóbal es un hombre maravilloso, íntegro, que me defiende siempre y me apoya en cada decisión, además de ser muy guapo, sería una tonta si me atrevo a dejarlo ir, por algo tan insignificante como su origen, Dios en qué siglo viven; además que no creo que su origen haya sido malo, ya que supongo que el gran hombre en que se ha convertido ahora, ha sido el legado de su madre”; expreso cambiando el tono y mirándolas de frente.
Ambas me miran, sé que les sorprende mi actuar, en familias como las nuestras, el linaje es muy importante; sin embargo, se dan cuenta que a la supuesta novia de Cristóbal, no le interesan sus palabras, ni sus aires de grandeza.
- "Vámonos Valeria, hablaré con tu padre de esta situación muy pronto”, dice la señora Georgina para inmediatamente retirarse con su hija, sin mayor argumento que su rabieta mal hecha.
Cuando están lejos por fin logro respirar, y dejo salir los nervios contenidos; sé que mentí con ser “responsable de la sociedad de inversión con cartera de participaciones en empresas emergentes”, cargo que solo podré tener al recibir la herencia de mi abuela y para eso primero tendría que casarme; pese a ello, sigo tomada del brazo de Cristóbal.
- "¿Qué significa todo lo que has dicho Sofía?, sé cómo manejar estas situaciones con mi familia no es la primera vez”, me dice Cristóbal para luego tomar la botella de vino e ingresar a la casa.
Al parecer está molesto, “yo y mi bocaza” pensé, pero no podía dejar que lo trataran así, estoy cansada de que hayan personas por ahí queriendo atormentar a otros, menospreciar o maltratar a las personas solo por el mero hecho de creer tener poder para hacerlo,eso es algo muy malo; a Cristóbal lo ha menospreciado y maltratado su familia, y la mía me ha utilizado como si fuera moneda de cambio; me juré a mi misma, que haría hasta lo imposible para no volver estar en esa misma situación.
Dentro de la casa, Cristóbal guardó la botella de vino, abrigó a “happy” que dormía plácidamente en el sillón, respiró profundo y se dirigió a su habitación no sin antes decirme algo.
- "No deberías tomar así, primero haces propuestas absurdas de matrimonio, y de ahí te pones en posición de niña mimada dueña del mundo; está claro que el alcohol te hace hacer tonterías”, dice Cristóbal para acercarse a su habitación.
- "No estoy borracha, llevé la botella es cierto se derramó un poco cuando la abrí, pero no he tomado ni una sola gota, en verdad te propuse matrimonio”, le digo seria mirándolo a los ojos.
Él se sorprendió muchísimo y se acercó a mí, puso su mano en mi frente como si quisiera saber si tengo fiebre, pero yo lo sigo mirando fijamente.
- "¿Qué es lo que tienes en mente, Sofía?”, me pregunta.
Miro alrededor, pensando en que en cualquier momento alguien podría venir a la sala así que lo llevo a mi habitación; por muy avergonzada que me encontrara le tuve que contar qué fue lo que exactamente pasó desde que fui a ver a mi padre, cómo llegué al departamento de Fabián y lo que pasó ahí, hasta en qué forma llegué a la casa de mis padres donde finalmente nos encontramos; la expresión en su rostro mientras le contaba lo sucedido me decía lo cuan molesto e indignado se encontraba.
- "Sofi, ese tipo, ¿en verdad, no…?, ¿no se aprovechó de las circunstancias en que te encontrabas?”, me pregunta tomándome las manos.
- "Fue muy desagradable sentirlo tan cerca y tener que permitirlo, aunque debo reconocer que me sorprendió lo que hizo, pues cuando le dije la verdad se detuvo y no tuvimos relaciones”, le digo tratando de mantener contacto visual, “¿si hubiese pasado algo, ya no te gustaría?”, le pregunto por la forma en qué me mira.
- "Si hubiese pasado algo, ya lo hubiese matado, (tomando suavemente mi rostro) tú no tienes la culpa de lo que pasó, no supe protegerte”, me dice para luego abrazarme.
Su abrazo es cálido y tierno, me aferro a él porque me siento tan segura a su lado, debí conocerlo antes me digo a mí misma, después de un rato me armo de valor para decirle lo que quiero hacer.
- "No tenías porqué protegerme, si somos francos me expuse demasiado, quería creer que mi familia no llegaría a tanto, pero ahora estoy muy segura de que no se detendrán hasta obtener lo que quieren, por eso, debo ganar la jugada antes que ellos”, expreso a Cristóbal, quien se queda intrigado por lo que dije.
Le pido que me escuche hasta el final lo que le voy a decir, y le cuento todo lo relacionado a la herencia de mi abuela, lo que significa financieramente lo que me dejó, el poder que puedo ganar cuando la obtenga, y cómo eso me puede proteger de mi padre.
- "Está perfecto, ¿por qué no dispones de la herencia de una buena vez?”, me pregunta.
- "Porque mi abuela puso una condición para recibirla, solo podré obtenerla cuando me case”, le manifiesto con angustia en mi corazón.
Él parece ya entender lo que he tratado de decirle, su expresión tierna cambia por una seria y se dirige a la ventana.
- "Me preguntaste si quería casarme contigo, ¿por esto?, quieres que te ayude a recibir la herencia de tu abuela, ¿qué tipo de matrimonio seríamos?”, me pregunta visiblemente molesto.
- "Un matrimonio legal que aparenta ante el mundo ser perfecto, pero que nos da la libertad de descubrirnos a nosotros mismos. Puedo obtener el poder que necesito para protegerme, y tu puedes demostrarle a tu familia, que pese a lo mucho que ellos crean que no eres digno, estás casado con una mujer del ‘círculo’ que según ellos no tienes derecho a alcanzar”, le expreso tratando de mostrarme segura de lo que digo.
- “Nunca me ha importado lo que ellos piensen y jamás me importará, yo quiero como esposa a alguien a quien ame y quien me ame, quiero que sea la reina de mi corazón, y que la lleve orgulloso de mi brazo, no por su título nobiliario sino por su alma pura; búscate otro títere para tu objetivo”, me dice dirigiéndose a la puerta.
- “Me gustas, realmente me gustas, sé que aún tengo miedo de aceptar tu confesión, pero estoy segura de no querer rechazarla, tú me dijiste que no me alejara, que me estabas esperando; sé que te estoy pidiendo demasiado, pero no hay otra persona en el mundo en quien más pueda confiar, ni con quién quisiera hacer esto”, le digo esperando que no abra la puerta para salir.
Se ha quedado con la mano en la manija, no se atreve a abrirla, y yo ruego, ruego mucho dentro de mí, que acepte mi propuesta, viene hacia mi y pone su frente contra la mía, tomando mis manos.
- “¿Cómo me pides que esté a tu lado sin estarlo?, ¿Qué para el resto del mundo tenga el derecho de tenerte en mis brazos, pero que realmente no pueda hacerlo?, no tienes idea de cuanto te quiero en mi vida, y tú me pides que viva una falsa, ¿qué te respondo, si soy incapaz de dejarte a la deriva?”, me cuestiona con esa mirada profunda con la que ha estado trazando poco a poco el camino hacia mi corazón.
- "Tal vez en algún momento la falsa se pueda hacer realidad, no me niego a esa posibilidad”, le respondo, buscando un beso que él me niega a dar.
Y ahí estamos en aquella habitación de paredes celestes, que se ha convertido en la única testigo del secreto que nos unirá de una manera que no puedo predecir su final.
iba a ocurrir algo a Cristobal porque no se tomaron las medidas necesarias