Reencarné Para Vengarme

— Con que es así, pido disculpas por las acciones de mis subordinados, pondré a Menfis como jefe de los caballeros sagrados, espero que este malentendido no arruine nuestros negocios—.

— Solo por esta vez haré de cuenta que no pasó nada, agradece a tu subordinado que tomó la decisión correcta—. Declara Zero.

— Agradezco su ayuda por su puesto —.

— Muy bien Trinidez seré clara, quiero un territorio propio para mí y para los míos, un distrito de demonios por así decirlo—.

— Es un poco complicado darles tierras en este pequeño reino—.

— Entonces olvídate del acuerdo, tomaremos el reino entero por la fuerza—. Declara a lo alto y con hostilidad.

—¿Qué? Creí que venían a negociar con nosotros—. Trinidez se sorprende.

— Lo hago, pero recuerda que cada paso que doy en este lugar un humano esta en mi zona sufriendo de hambre y esclavitud, tuviste el descaro de mostrarme esto sabiendo que mi raza es una evolución de la humana y por su fuera poco nos atacan por sorpresa, tienes suerte de estar parada frente a mi—.

— Espere por favor señorita Zero, si se trata de eso podemos resolverlo, le aseguro que no fue intención de mi Dios mostrarle algo de mal gusto—. Reclama con etiqueta y agachando la cabeza.

— Bien dicho Menfis ¿Y como piensas resolverlo?—.

Menfis se da media vuelta para pedir como favor a su Dios que libere a todos los humanos con una cara sería.

— Eso es imposible, nunca me perdonarían por quitarles lo que les pertenece—.

— Mi Dios ¿Dice que prefiere la guerra? ¿Cree que podemos ganar sin el apoyo de las otras razas?—. Declara en alto dando información valiosa a Zero y Rafael.

— Vaya ¿Así que las otras razas te han abandonado? Entonces será mucho más fácil de lo que pensé—.

Ante las palabras de Zero el Dios frente a ellos deja ver el sudor frío caer de su frente y sin opción decide ceder a la petición de aquella mujer.

— Entonces me darás tierras y liberarás a los humanos, eso me gusta Trinidez, hiciste lo correcto, no luches una pelea que está destinada a perderse y otra cosa; Xion está aquí si quiere saludarlo, ahora trabaja para mí—.

— Lo entiendo, permítame charlar con él—.

— Menfis, guíanos a nuestra nueva tierra—. Ordena ella.

— ¿Qué tierra le dará Dios?—.

— Les daré la entrada al bosque de la luna—.

— Lo entiendo, las guiaré—.

Menfis asiste para mostrar el bosque de la luna, no es un territorio utilizado, no es más que un bosque lleno de animales y vegetación, naturaleza sin mancillar, algo que está a punto de cambiar.

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— Trinidez—. Saluda un viejo conocido.

— Xion, realmente estás aquí—. Saluda con alegría.

— Amigo mío, han pasado tantas cosas, no te imaginas todo lo que sufrí—.

— Por favor traigan algo para beber—. Trinidez pide a los presentes.

— Aunque pareces estresado, también pasaste por mucho amigo mío—.

— Todo me sale mal, mi reino no confía en mí, siempre me aclamaron como una deidad de los cielos hasta que nos quitaron el reino humano, desde ese momento todo se fue a la mierda—. Declara con ira.

Las copas de oro llegan junto a vino, los caballeros le sirven a ambos y Trinidez no duda en beber de su copa.

— Debí invadir apenas tuve noticias—.

— Puede que no sirviera de nada, desde que su Dios apareció estábamos condenados—.

—¿¡Lo viste!?—. Pregunta exaltado.

— Solo una enorme estatua de concreto y joyas, no tuve la oportunidad de ver su rostro—.

— ¿La estatua lleva una máscara?—.

— Así es, típica forma de ocultar la identidad, te diste cuenta—.

— Escuché rumores que nunca deja ver su rostro—.

— Es cierto, nadie ha visto su cara, ni siquiera Primera—.

— Esa mujer...—. Murmura para apretar los dientes.

— Siento mucho ignorar tus órdenes, tenías razón, no debí hacerlo—. Expresa arrepentido.

— No debiste, de verdad no debiste ¿Cómo fue que perdiste? Tú, el mago más fuerte—.

— La invasión fue un éxito, entramos en su reino y destruimos gran cantidad del territorio, luché contra dos de los seis primeros; Canon y Clarissa—.

— ¿Son fuertes? Dime sus debilidades—.

— Canon es tan fuerte como un rango S, el más entrenado caballero sagrado, Clarissa, por otro lado, no representa gran peligro, diría que es una novata a caballero—.

— Entonces el problema es ese tal Canon—.

— Casi los mato, los tenía en mis manos, lucharon bien en equipo, debo decir que cruzar espadas con ellos fue lo que buscaba en una batalla, un desafío realmente—. Declara con una sonrisa nostálgica.

— Podríamos armarnos y levantarnos ¡Tenemos esperanzas contigo a nuestro lado!—. Declara con gran alegría.

Pero su ánimo dura poco al ver a Xion moviendo la cabeza de lado a lado, una mirada fija despierta un sentimiento de seriedad en aquel Dios.

— Nada se compara con la reina, no pude hacer nada, ni el más mínimo daño, lo intenté todo y solo supo humillarme sin esfuerzo, es un monstruo en toda regla—.

— Conozco su fuerza, es abrumadora, pero podríamos vencerla contigo y la alianza, si conseguimos aliarnos nuevamente, necesito convencer a Destello y a Xanzarioth-Zylforalt, con Ivory muerta volverá a nacer un nuevo Dios, está vez será nuestro aliado y—

Xion levanta la mano para detener a su compañero.

— Zero sabía que harías eso, ahora que los Driades te consideran un enemigo ¿Con quién crees que se aliaran? ¿Contigo o con ellos? Rafael tenía la misión de vigilar por qué les beneficia a ellos, por si eso fuera poco ¿Te olvidas de su Dios? Es superior a Primera en batalla, no es el caso donde el caballero de Dios es más fuerte que el mismo, está vez la jerarquía empieza desde ese sujeto, de hecho se comenta que nunca mostró ni mostrará su máximo potencial, ya que no existe quien pueda hacerle frente—.

— ¿Más fuerte que Primera? Eso es imposible ¿Dices que es superior a ese monstruo? Deben ser simples rumores ¿Intentas engañarme Xion?—.

— No pierdas la calma, puedes tomar la decisión que más te convenga, deseo lo mejor para mí raza, pero si te dejas atrapar por ellos te esperan los pensamientos fatalistas, la tortura es tan cruel; hambre, sed, huesos rotos, insomnio, experimentos, todo lo hace "Máscara blanca"—.

— ¿Quién es ese?—.

— Es quien se encarga de las torturas, lleva una túnica, capucha y una máscara que no deja ver su rostro, cuando aparece sabes lo que viene, cada vez que veía esa figura mi cuerpo temblaba por instinto, es un sádico del dolor y el sufrimiento ajeno, no se lo deseo a nadie—.

— ¿Eso te hicieron a ti? Esos bastardos de mierda—. Declara enojado y a la vez frustrado.

— Gracias por pensar en mi, la razón por la que te digo que no te conviene es por qué se dice que quien se encarga de las torturas es esa mujer Zero, es posible que ella sea máscara blanca—.