La Pianista

Capítulo 23

Jacob no durmió y no dejó de buscarla toda la noche, estaba furioso. Su amigo Israel que trabajaba en la policía llegó para darle noticias.

-viejo amigo, vine a darte buenas noticias. Gracias a las cámaras de vigilancia la

Localizamos. Quieres saber los detalles o quieres ir directamente a buscarla?

-está bien? Dijo el todo exaltado

-si, se percibe en una de las vialidades cerca de la playa que huía de unos delincuentes. Dimos con ellos y los tenemos. También se ve un extraño con un arma de fuego y le ayuda a espantar a los vándalos. Ella se va con él, y sabemos que el ciudadano en cuestión es Nicolas Vital Durand, obviamente tenemos su dirección.

-maldita sea y por qué se fue con él. Vamos rápido.

Se prepararon para salir, Jacob iba como

Alma que se la lleva el diablo. Quien era ese hombre porque Alejandra se fue con él, no era casualidad. Ella no se iría con un desconocido, ella debía conocerlo. Estaba muriendo de celos.

Alejandra estaba dormida en la recámara de la hermana de Nicolás, él estaba terminando un cuadro y también estaba pensando en la comida para ambos. Era un excelente cocinero, todo lo aprendió de su abuela materna. Se esforzaba para hacer sentir bien a Alejandra, el se sentía atraído a ella. Él sabía que ella era una mujer dulce y frágil. Con su carácter pero sencilla y sensible.

-Nicolás, que pintas?

-Ya despertaste, estoy terminando una pintura quieres ver?.

-Es un colibrí

-exacto, sabías que Si alguna vez has encontrado un colibrí en casa, significa que esta ave te lleva un mensaje de júbilo y esperanza, de esta manera te querrá decir que tu inspiras a aquellos que necesitan renovación y que tratas de sacar lo mejor de ellos, así que bríndale la ayuda a quien lo necesite.

-No lo sabía, me encanta como te quedó la pintura.

-Lo quieres, te lo regalo.

-te agradezco pero es tu esfuerzo, además puedes venderlo.

-Debes aprender a aceptar lo que te damos de corazón, es tuyo lo prepararé para que te lo lleves.

-Aún no decidí que haré Nicolás.

-No te preocupes, puedes quedarte aquí el tiempo que necesites. Es un gusto para mí tenerte aquí.

-Eres una persona increíble, muchas gracias.

Alejandra lo abrazó, él se conmovió y le correspondió el abrazó.

-Listo aquí está tu cuadro empacado. Que te parece si cocinamos algo, o quieres que salgamos a comer?

-Cocinemos, te parece?

-De acuerdo

Nicolás puso algo de música oldie para amenizar el ambiente, ambos estaban cocinando. Y cantaban las canciones memorables de Abba, Aretha franklin, the Beatles, etc. Alejandra recordaba a su padre con esas canciones, por que se sentía en casa? Por que jamás se a sentido así con su esposo?. Ella no pertenecía a su mundo, por eso jamás iba a sentirse en un hogar al lado de él, aunque estaba enamorada ella no encajaba. Aún no podía superar la imagen de su esposo siendo abrazado por quien debería ser su esposa. Ella no quería volver a él.

-Nicolás, dijiste que podías ayudarme a librarme de mi matrimonio verdad?

-Depende, mi hermana tuvo que hacerlo de manera radical. Ella se fue a Estados Unidos con otro nombre y otra identidad. Jamás la volvió a ver su esposo, él la reportó como desaparecida. Ella viene aquí no muy seguido, pero aún lo hace.

Podemos hacer lo mismo contigo, otro nombre, otra identidad, otra ciudadanía etc. Borraríamos tu rastro totalmente y así puedes ser libre. Yo conozco a la persona que se encarga de ello.

-Creo que eso sería un excelente idea.

-Si tu esposo es poderoso, jamás va a dejar que te vayas aunque el contrato termine. Y te buscará hasta el fin del mundo.

En eso tocan el timbre con desesperación, Nicolás mira por él postigo, es la policía y varios hombres armados.

-Alejandra creo que vienen por ti.

-No quiero irme con él, que hacemos?

-Escóndete, abriré la puerta y les diré que yo te ayude pero que volviste a irte de acuerdo necesitan una orden para registrar la casa.

Alejandra se escondió y Nicolás abrió la puerta.

-Disculpen es que estaba cocinando, en que puedo ayudarles?

-Estamos aquí por la señora Alejandra Souberville. En las cámaras de vigilancia se aprecia que usted la ayudó cuando fue asaltada por unos delincuentes.

-Si claro yo la ayude, pero ya se fue.

-Podemos revisar su casa?

-Traen una orden de cateo?

-Si no nos dejas entrar, te procesaré por el secuestro y desaparición de la señora Alejandra Souberville.

Nicolás volteó a ver al hombre imponente que estaba rodeado por sus escoltas.

-Tu eres el esposo, verdad?

-Que le has hecho a mi esposa, donde la tienes? Dímelo o aquí mismo haré que procedan las autoridades y haré que jamás vuelvas a poner un pie fuera de la cárcel.

Alejandra escuchó la amenaza que le hacían a Nicolás, no podía permitir que él pagara los platos rotos de sus malas decisiones. Decidió salir hacerle frente.

-Es suficiente, aquí estoy.

-Alejandra no dejes que controle tu vida no seas cobarde, yo no le tengo miedo.

-No puedo dejar que arruine tu vida, como arruine la mía.

En ese momento Jacob se acercó a Alejandra la tomó del brazo y le ordenó que caminara que se iban a casa.

-No hasta que se haya ido la policía y que me prometas que lo dejarás en paz. El me ayudó, me salvo la vida.

Jacob pidió que se fuera la policía.

-Alejandra vámonos.

El la sujetó fuertemente del brazo.

-Me lástimas, deja voy por mi cuadro y mi anillo.

Nicolás y Jacob se miraban desafiándose uno al otro.

-Usted no se merece a esa mujer, ella no es un objeto que pueda poseer.

-pague por ella y me pertenece.

-Eres un poco hombre.

Jacob lo golpea.

-No te vuelvas a cruzar en el camino de mi esposa. Jamás la conociste, o te matare.

La seguridad de Jacob detuvo a Nicolás, antes de que fuera tarde.

-déjalo por favor, no lo lastimes. Exclamó Alejandra

-Vámonos que no escuchas.

-estás bien Nicolás?

Un escolta toma las pertenencias de Alejandra, y Jacob la saca casi arrastras de la casa de Nicolás.

Nicolás se queda herido y preocupado por Alejandra, él sabía que debía ayudarla.

Alejandra dejó en la bolsa de su chamarra sus datos del conservatorio ahí él podría encontrarla.