Sinopsis:
Ana hija de una familia de mafiosos muere y renace en el cuerpo de Luna la hija de un poderoso duque que fue engañada para casarse con el principe heredero de su imperio. Pero al renacer decide cumplir el ultimo deceo de la dueña del cuerpo.... Venganza.
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Capitulo 23
Al amanecer, Max todavía no había podido dormir nada. Se pasó la noche enfadado, pensando en todo lo que su padre le había dicho. Él sabía que había tratado mal a Luna, pero no lo quería admitir. Él amaba a Carolina y al casarse con Luna la había lastimado y por eso, lastimaba a Luna cuando esta hacía daño a Carolina. Además, esta aún no estaba enterada de que en realidad no era su concubina, y cuando se enterara se enojaría con él. De eso, estaba seguro. Al no poder tener la firma de Luna en el documento, tenía que encontrar otra manera de que Carolina estuviera con él.
Para la hora del desayuno se fue a hablar con Luna, tenía que asegurarse que no se quisiera separar. Su coronación dependía de ese casamiento. Además, estaba en peligro su relación con Carolina si esta se enteraba.
Al llegar pidió hablar con Luna y al rato lo dejaron pasar.
Luna estaba en el jardín desayunando, muy alegre.
-¡Buenos días!
-Buenos días, Luna.
-Ven, siéntate, ¿quieres desayunar aquí?
-Sí, gracias.
Mientras desayunaron en silencio, Max pensaba en como hacer para que le crea, de que quiere arreglar la relación y hacer que caiga en sus manos otra vez.
Por el contrario, Luna estaba feliz, porque el emperador le prometió el divorcio.
Una vez terminado el desayuno, Luna fue la primera en hablar.
-Bueno, dime, ¿para qué querías hablar conmigo anoche?
-Quería pedirte disculpas por lo de anoche y por todo lo que te he hecho!
-Ok. ¡Yo te perdono, no soy una persona rencorosa, pero no voy a olvidar todo lo malo que me hiciste!
-Yo te entiendo, pero quiero que nos demos otra oportunidad.
-¿Otra oportunidad de que, si se puede saber?
-De que este matrimonio funcione.
-Ja ja ja ja. ¿Hablas en serio?
-Claro que hablo en serio.
-¿Tú estás ebrio?
-¡No!
-Entonces no entiendo como puedes decir esa estupidez? Entre tú y yo, ya todo murió. Todo lo mataste tú.
-¡Yo lo puedo arreglar!
-Yo no quiero arreglar nada, yo quiero el divorcio solamente.
-Pero yo no pienso dártelo.
-Es tu padre quién me lo dará, no tú.
-Pero no estoy desacuerdo.
-Eso no importa en este momento, es decisión del emperador concederme el divorcio.
-Luna iras a decirle a mi padre que no quieres ni el divorcio ni la compensación, entendiste?
-¡Ah, esto es por la compensación! ¡Y yo creyendo que era solo porque tenías miedo de que no pudieras ascender al trono!
Justo cuando Max iba a hablar, Sofía se acerca.
-Mi señora, el príncipe Frederix esta aquí para hablar con usted.
Luna sorprendida le dice...
-Hazlo pasar al estudio Sofía.
-Si mi señora.
-¿Qué hace mi hermano aquí?
-No lose, pero cuando lo vea lo averiguaré.
-¡Te acompaño!
-No, vino a hablar conmigo, no contigo. Yo iré sola.
-¡No es correcto que vayas sola a ver a un hombre estando casada!
-Tampoco era correcto que me engañaras, ni que me meterías los cuernos con tu concubina.
Luna se levantó y se fue a ver que era lo que quería el otro príncipe. Hoy estaban lloviendo los príncipes en ese palacio ja ja ja.
Al llegar, Frederix ya estaba sentado esperándola mientras se tomaba un café.
Cuando la ve llegar se levanta y se acerca a tomarle la mano, para darle un beso en ella.
-Mi lady es un placer el poder verla otra vez.
-El placer es mío, alteza. No esperaba verlo hoy y menos aquí.
Se sentaron y entonces Frederix le dijo.
-La verdad estoy sorprendido con usted.
-¿Por qué?
-Estaba anoche en el balcón, cuando mi hermano entró a hablarle y escuche la conversación que tuvieron.
-Mmm...
-No eres lo que pensaba, estaba seguro de que eras una tonta enamorada que morirías ciega, pero has cambiado y me gusta lo que veo ahora.
-¿Cómo?
-Sé que te suena raro, pero me gustó mucho tu forma de hablarle a mi hermano. ¿Estás segura de que ya no sientes nada por él?
-Yo ya no siento nada por él. ¿Pero por qué preguntas, no entiendo?
Frederix se fue acercando a Luna de a poco. Al llegar a ella se inclinó un poco y le dijo al oído.
-Al momento en que te vi con ese hermoso vestido mirando la luna, quede completamente cautivado. Casi dejé de respirar.
Luna quedó helada. ¿El hermano de su esposo le estaba coqueteando?
Sin que ella se lo espere, este le dio un suave beso en la mejilla haciendo que las mariposas que sintió anoche volvieran a surgir.
Exaltada se levantó y mirándolo le dijo...
-Será mejor que se vaya alteza.
-Disculpa si te ofendí, no era mi intención, es solo que me deje llevar por lo que sentía.
-No me ofendiste, es solo que me sorprendiste. No esperaba que me... besaras la mejilla.
-Mira que tal si nos vamos conociendo poco a poco. Tal vez en un futuro me dejes darte más besos.
-ja ja ja, si que eres gracioso y muy seguro de ti mismo.
-Si quiero algo, lo consigo.
-¿Y por qué no eres el príncipe heredero todavía?
Dijo Luna
-Porque no he querido nunca ser el heredero.
-¿Es en serio?
-Sí, jamás lo he querido. Por eso no lo soy.
-Cuanta seguridad. ¡Me gusta! Ja ja ja.
-¡Hay otras cosas que también te pueden gustar!
Dijo Frederix mientras avanzaba hasta ponerse en frente de Luna y tomaba su mano para besarla en forma de despedida.
-Oh, casi lo olvidaba, me enteré de algo que te gustara escuchar!
-¿Qué cosa?
-¡Mi hermano no esta casado legalmente con su concubina!
-¿Qué? ¿Cómo dijiste?
-Lo que escuchas, como necesitaba tu firma para que sea legal, el documento lo falsificó.
-¿Mi firma?
-¿Qué no lo sabías? Si quieres tener concubinas, tu esposa debe aceptarlas y firmar un consentimiento, eso es a menos que seas emperador. Por lo cual le mintió a ella y le hizo creer que estaban casados.
-Ja ja ja no lo puedo creer, el maldito le mintió al amor de su vida ja ja ja. Gracias por esta información.
Dejando a Luna en un estado de alegría por el chisme tan jugoso que le contaron ahora si se marchó.