Contrato Embarazoso (Los Morozova I)

-yo por ejemplo solo sé de ti que eres una mujer necia, que defiende mucho lo que quiere, trabajas hace dos años en mi empresa y en solo ese tiempo alcanzaste a ser una administradora principal en el departamento de finanzas, lo que me da a entender que eres inteligente, además tu currículum me dice que solo un mes después de graduarte ingresaste a mi empresa, graduada en economía a los veintidós años- dijo Nicolai, levantándose - ¿pero qué sucedió desde el año pasado hasta ahora? Pareciera que te perdiste en el camino

-problemas personales eso es todo - Camila sintió que él se estaba metiendo mucho en su vida privada y no quería.

-te das cuenta, te colocaste a la defensiva Camila- él entre cerro los ojos analizándola - ¿qué piensas de mí?

-que eres un CEO mujeriego egocéntrico que piensa que por su dinero puede controlar a todos y sin importarle lo que pienses los demás - Camila se le quedó mirando pensó que él iba a explotar por su sinceridad y se colocaría furioso, pero él solo sonrió y salió de la oficina.

-vamos Camila, muévete te invitaré a comer un helado en un restaurante muy bueno

-me tratas como si fuera una niña - pero él no la escucho porque ya había salido de la oficina.

Camila no sabía si dejar la tablet, ya había enviado la agenda para la otra chica y ella había respondido con un simple ok. Se decidió por dejarla, Nicolai quería hablar si la llevaba se distraía con los continuos mensajes que llegaban. Lo siguió hasta llegar al auto, donde se montó y lo miro.

-sabes que agradezco de ti Camila, que seas sincera con respecto a lo que pienses y creo que ese es un punto a favor para ti... - él la miro por un momento y continuo conduciendo y hablando - la mayoría de mujeres que he conocido nunca me llevan la contraria, no eres la primera a la que pregunto que piensa de mí, casi todas dicen que soy guapo, rico y muy inteligente

-no tengo ningún interés en que yo te guste meramente pienso que soy tu asistente, tengo que hacer bien mi trabajo y por las noches acompañarte en la cama- dijo Camila, no estaba molesto por su sinceridad todo lo contrario, así que no cambiaría eso, lo pensó mejor y se daba cuenta de que Nicolai no era tan impaciente como pensaba, siempre se detenía un momento para analizar lo que estaba pensando y como él había dicho, los dos habían estado a la defensiva.

-que específica y quiero que continúes así moy kotenok ¿qué quieres saber de mí? - él no paraba de sonreír, estaba contento quizás porque ella le estaba siguiendo el juego y entreteniéndolo.

-bueno es difícil, ya que nos decidimos a no tener ningún sentimiento.

-podemos tener una amistad Camila y además quisiera saber un poco más de ti.

-creo que para ti el concepto de amistad no existe Nicolai, eres una persona que no parece tener sentimientos, realizas comentarios sin importarte que quizás diga algo que pueda afectar a algún tercero.

-para mí los sentimientos están fuera de mi vida, soy empresario tengo que tener una cabeza fría, si me dejo llevar cada vez que alguien me intenta provocar, ya hubiera perdido millones, pero quieres saber algo, tú haces que me irrite con mucha facilidad

-quizás porque estás acostumbrado a que ninguna mujer te lleve la contraria

-quizás es a que me falten el respeto - él la miró, no estaba irritado, pero quizás si volvía a hacer algún comentario para denigrarlo explotaría

-¿ese es tu trauma con las mujeres?, ¿qué te falten el respeto? ¿qué te traten como un dios?, ¿qué tu palabra sea la última? - camila soltó las preguntas sin analizarlas mucho, él quería que se conocieran esa era una parte que ella tenía mucha curiosidad, por la forma que la trataba.

Aún recordaba una vez que hubo un gran escándalo en la empresa con una mujer, que no tenía vergüenza, ya que había llegado gritando que habían tenido una aventura, pero que él no había tenido el respeto hacia ella de formalizar alguna cosa, que le había hecho falsas promesas de una relación, aún recuerda a la pobre mujer siendo arrastrada por los de seguridad hacia el estacionamiento privado del edificio y poco después saliendo el CEO con un rostro sombrío, nunca más se supo de la mujer y ni se volvió a hablar del tema, los gerentes lo prohibieron.

-estoy acostumbrado a que mi palabra sea la última, el respeto es lo primero que debes de infundir a tus socios, así que para mí es muy importante.

-¿solo piensas en todo como una empresa? - camila sonrió sarcástica y lo miro.

Nicolai se estacionó y la miro, le gustaba ver ese brillo en los ojos de Camila, lo alentaba a hacer más.

-el mundo entero es una empresa Camila.

-¿no crees que los sentimientos son importantes?- la sonrisa desapareció y lo miro con dolor, Camila sentía dolor de un hombre que quizás no disfrutara de la compañía de otra persona. - tú quieres a tu hermana, ¿no te gusta sentir ese sentimiento?

-para mí no es importante, mi madre se dejó llevar por los sentimientos y mira como termino, muerta, nosotros nos dejamos llevar con los sentimientos por Celia y estamos metidos en un gran problema

-ese es tu trauma Nicolai, la muerte de tu madre

él se echó a reír y salió del auto, le abrió la puerta y tomo su mano.

-¿ahora quieres ser psicóloga mi gatita? No, para mí no es un trauma la muerte de mi madre, es solo un ejemplo.

Camila lo miro intentando leer su expresión, quizás estaba mintiendo y sí le afectaba, pero él se estaba burlando de su pregunta, no le molestaba. El restaurante estaba en el último piso del edificio así que tenía una vista bellísima, Camila se acercó a la ventana y observó todo con una gran sonrisa, la maravillosa vista de Nueva York daba una paz quizás para quien estuviera acostumbrado a vivir en ella, para alguien nuevo solo pensaría en la cantidad de tránsito que existía, lo difícil que era movilizarse y la sobrepoblación, pero ella sabía que la ciudad era más que eso.

-tus ojos son más verdes cuando sonríes- dijo Nicolai

-¿qué?

-¿qué? - él sonrió nuevamente y la agarro por la cintura guiándola para la mesa - pide lo que quieras

-¿tú no vas a pedir? - camila vio que él no había tomado ningún menú.

-odio los dulces

-te pierdes de las buenas cosas de la vida - Camila miro el mundo, no podía creer que alguien odiara los dulces, ella adoraba cualquier cosa dulce, le llamo la atención un brownie caliente con helado de vainilla -quiero esto

-disfrute de comer el dulce de tu boca, son dos buenas cosas así que no me pierdo de nada

Camila sonrió con su atrevimiento, le parecía divertido que lo estuviera diciendo con orgullo

-te voy a obligar a comer dulce Nicolai

-si es tu boca no me niego

-no seas atrevido - Camila rio, se divertía y por primera vez se sintió relajada con Nicolai - ¿por qué crees que los sentimientos no son importantes?

-creo que las personas se dejan llevar por ellos, sin pensar con raciocinio tienden a cometer errores de los cuales después se arrepienten - él colocó los brazos sobre su pecho y la miro serio.

-¿lo dices por tu madre?

-es un ejemplo, nuestra familia no se casa por amor, eso no existe en nuestro vocabulario, la mayoría solo piensa en ganar un buen heredero y que ellos busquen una forma de hacer crecer el nombre y eso conlleva a los matrimonios arreglados y mi madre fue así, era la heredera de un magnate austriaco, con una de las mayores empresas de inmobiliaria en el país, mi abuelo vio una gran oportunidad para entrar en el mercado austriaco y la caso con mi padre.

-¿y tu papá llego a sentir algo por tu mamá?

-no, mi madre siempre vivía lejos de él, una vez lo escuche decirle a una amante, que su esposa ya había cumplido su trabajo, darle dos varones si uno moría estaba el otro para remplazar el puesto.

Camila pensó que de ahí venía todo, de su padre, siempre los trataron como meros objetos

-¿tu padre no te obliga a casarte?

-no, hago más por la empresa soltera - el mesero llego con el helado y camila miro el dulce con mucho afán, Nicolai se sentó más cerca de Camila- dijiste que me ibas a obligar comer dulce

-creo que voy a ganar un premio por hacer que Nicolai Morozova haga algo contra su voluntad - coloco un poco de helado en su boca y Nicolai la miraba como un niño, anhelando probar, espero que ella tomara otro bocado antes de tomarla del rostro y probar el dulce sabor del helado directamente de su boca, sobornando sus labios con lentitud, chupando con suavidad el dulce

-creo que me voy a volver adicto a comer dulce de tus labios

Camila lo observó y sintió que se sonrojó, quería que la besara más, él la miraba con deseo, él tomó la cuchara de las manos de Camila y tomo otro pedazo y se lo dio, ella comió y él volvió a besarla. Cada beso parecía más largo y sentía que él mismo no quería que el juego acabara.

-Camila... moy kotenok - el susurro apoyando su frente en la de ella, luego de terminar el beso y sentir los labios hinchados y dulces de camila.