La Mafia Turca.

Eran las dos de la mañana cuando salieron de la habitación de entrenamiento, Yasemin estaba cansada y su brazo le dolía mucho a causa del ejercicio.

Mehmet: Sé que te duele el brazo.

Ven vamos a la casa para que te limpie la herida y te tomes algo para que puedas descansar tranquilamente.

Yasemin: De verdad que no se me habría ocurrido que mi cuerpo estuviera en tan mal estado físico.

Mehmet: Bueno, la verdad es que esto fue solo un calentamiento y usé ejercicios que no hicieran daño en tu brazo, ya que lo último que quiero es que los puntos que te colocaron se abran y tengamos que volver al hospital.

Yasemin: Dios, eso quiere decir que soy muy débil.

Mehmet: Todos somos débiles Yasemin, pero no debemos demostrarlo.

Además, quiero que estes segura de ti misma en todo momento y que esta experiencia te sirva para ser más fuerte y segura.

Yasemin: La verdad espero que pueda ser de ayuda para poder salir de esto con vida.

El frio de la madrugada golpeaba sus rostros y llenaban sus pulmones con aire fresco, ella miraba a los guardias que hacían su recorrido y se recordó de algo.

Mehmet, ¿Qué paso con el guardia que me disparo?

Mehmet: Esta encerrado en una de mis casas de trabajo.

Yasemin: ¿Sigue con vida?

Mehmet: Sí, solo porque no he tenido el tiempo para darle su merecido, pero no quiere decir que la está pasando bien, mis hombres siempre saben qué hacer para que su estadía sea amena.

Yasemin: Todo tú cambia cuando hablas de ese trabajo.

Mehmet: Tiene que cambiar, si llegan a ver una mínima debilidad en mí eso sería mi final.

Por eso es que quiero que te vuelvas fuerte, tú tienes que ser la cazadora y ellos la presa, tienes que convertirte en una reina que está dispuesta a pisotear, aunque ese no sea tu fuerte.

Yasemin se acercó a Mehmet y lo miro a los ojos.

Yasemin: ¿Tú crees que yo sería capaz de matar?

Mehmet: Con la presión adecuada todos somos capaces de hacerlo, el pensar perder algo valioso, como la vida de alguien que amas o la tuya, en la vida puede que tengas varias pruebas en la que tengas que ser tú u otra persona y es cuando tu cuerpo y mente activan el matar o morir.

Y en mi caso, mi padre me obligo a matar cuando tenía 16 años, no te voy a decir que te acostumbras a ello porque te estaría mintiendo jamás te acostumbras a matar, pero no te voy a negar que en algunas ocasiones si sentí placer al matar a algunos.

Yasemin: Como al que mato a Derya ¿cierto?

Mehmet: Sí, no sabes cómo disfrute, sus gritos, sus suplicas, nunca antes había disfrutado tanto hacer sufrir a alguien.

Yasemin: Sabes a pesar de eso puedo llegar a entenderte, no creo poder reconocerme si le hacen algo a mi hermana.

Pondré todo de mí, no te aseguro poder matar a alguien, pero hare mi mayor esfuerzo.

Mehmet: No espero que tengas que matar a alguien, yo estaré para ti.

Él tomo su mano y juntos entraron a la casa.

Mehmet: Si quieres ve a ducharte y después te ayudo para ver cómo se encuentra tu herida.

Yasemin: Esta bien, yo espero que ya me puedan quitar los puntos.

Mehmet: Bueno después de revisarte te diré cuanto tiempo lo tendrás.

Cada uno fue a su habitación y se dio una ducha, poco tiempo después la puerta de la habitación de Yasemin fue tocada y al abrir un Mehmet con un pijama apareció, para ella fue muy raro verlo vestido de esa manera considerando que siempre lo ha visto con traje y en la práctica de hace rato solo se quitó el saco y arremango sus mangas hasta sus codos lo cual lo hizo ver muy sexy, tan rápido como ese pensamiento llego lo mando al vacío de su mente.

Mehmet: ¿Por qué me miras así?

Yasemin: Mehmet, pasa es que es raro verlo en pijama.

Mehmet: También para mi es raro verla con shorts y blusa de tirantes.

Aunque Mehmet pueda escucharse muy tranquilo, la realidad es que su mente estaba muy mal.

Dios como esta mujer se va a poner ese pijama ¿acaso quiere matarme?

Yasemin: Ven, aquí están todas las cosas para mi herida, me coloco una bolsa alrededor del brazo para que no se moje.

Ambos se sentaron en un mueble que hay en la habitación y él comenzó con la cura para tratar de salir lo más rápido de ahí, su cuerpo se estaba saliendo de control.

Mehmet: *No sé en qué carajo seguir pensando para que mi entre pierna se quede en su lugar\, por favor no te vayas a levantar\, no me vayas a traicionar*

Su mente se estaba devastando, ¿Y cómo no? Su piel era tan suave, sus pechos que podía ver a través de la blusa de tirantes que tenía puesta que, aunque no se miraba nada porque la tela no era transparente, la realidad es que no estaba usando sujetador y eso le dio rienda suelta a su imaginación y los shorts cortos les daban una buena vista a sus piernas, piernas que deseaba tocar, acariciar, lamer y apretar.

Maldecía, no podía creer que su cuerpo quiera traicionarlo de esa manera a él un hombre con tanto control de todo y de todos estaba perdiendo el control de sí mismo, eso era inaceptable.

Pero él no era el único que estaba sufriendo por su cuerpo, pues Yasemin estaba experimentando un calor en su cuerpo, sabía lo que significaba le atraía Mehmet y eso era evidente para ella, cuando toca su cuerpo puede sentir una corriente, un cosquilleo que se siente agradable, sabía que su cuerpo en algún momento le pediría eso, pero no con él, ¿precisamente tenía que ser con su jefe?

Podía sentir como su cuerpo disfrutaba su tacto y no quería que dejara de tocarla.

*por Dios contrólate ya no eres una adolescente hormonal*

Para ambos el cuarto comenzaba a sentirse caliente, pero sabían disimularlo muy bien.

Cuando Mehmet termino se sintió aliviado pues sabía que salir de ahí era lo mejor, ella solo lo tentaba a ir directo a su perdición.

Mehmet: Bueno ya está listo, para cómo se encuentra en estos momentos yo diría que en unos 8 días te los pueden quitar.

Mañana tengo que salir temprano y es posible que no esté para desayunar con Ayse, pero tratare de estar para el almuerzo.

Yasemin: Esta bien, yo le diré que tuvo que trabajar temprano, además estamos con lo del jardín y estaban bastante emocionadas con el proyecto de jardinería.

Mehmet: Me alegra saber que se emociona por un proyecto, la verdad te agradezco mucho por ayudar a mi hija en tan poco tiempo.

Yasemin: No hay de que, Ayse es una hermosa princesa que merece ser feliz al igual que mi hermana.

Luego de que Mehmet se fue a su habitación, Yasemin noto que su excitación crecía y su centro estaba húmedo, aprovecho la soledad de su habitación para poder darse placer así misma, aunque no había estado con ningún hombre anteriormente sabía muy bien como darse placer y hacerse llegar al clímax, pero esta vez Mehmet era el que estaba presente en su mente mientras su mano acariciaba su sexo de manera placentera.

Por su parte Mehmet no se quedaba atrás pues él también se auto complacía en su habitación, recordando cada parte de cuerpo de Yasemin que ya miro y que quiere tocar, poseer y mucho más al saber que ningún hombre la ha podido tocar, quería ser el primero lo deseaba con todo su ser y así fue como termino de derramar su liquido liberando su placer al máximo nivel.

Ambos en sus respectivas habitaciones, pensando en el otro, dándose placer hasta que sus cuerpos les pidieran descanso, quedando dormidos entre su placer.

La vida a veces te puede dar la felicidad donde menos te lo esperas, pero ¿Será posible que Mehmet y Yasemin puedan ser felices?