JAQUE MATE EN EL AMOR

Narra Alejandro

Cuando encontré a Analia con Max no podía creerlo, su encuentro casual casi fue una tragedia.

Le afecto mucho lo que pasó en casa, tanto que iba rápido, que casi sufre un accidente.

Después de irse con su amiga Mari, lleve a Max a casa y por el camino me relato que vieron un auto, que les cruzó al taxi en el que iba, a gran velocidad y de repente dió unos giros quedando en el medio de la autopista, él chófer del taxi a toda costa quería llamar a la policía pero él le detuvo, bajando a ver cómo estaba la mujer que conducía.

-Al verla fue como ver a un ángel... De unos ojos que me cruzaron aquí. Relata tocándose el corazón. - Y después ese físico... Estaba en bikini... Podía lavar la ropa en esas abdominales. Comenta suspirando.

-Te recuerdo que es mi novia. Le digo.

-Y según me contó no la presentaste como tú novia. Me responde.

-Aparecio Maisa... No sé porque no reaccione. Le digo.

-Yo lo sé... Aún estás interesado en ella... Así que deja libre a Analia... Yo le daré todo. Me dice.

-Deja de bromear... No me causa gracia. Le respondí.

Ingresamos a la casa.

-Vaya... Quedó muy bien... Así que la hiciste pensando en Maisa. Me dice Max.

-La cambie... Renové todo. Le aclaró.

-Pero en un principio fue así... Y no se lo dijiste a Analia. Me dice.

-Si vas a seguir jodiendo de ese modo no te quedas. Le digo.

-Perdiste el sentido del humor. Me dice Max.

-Estoy preocupado... Analia es lo mejor que me pasó... Es una mujer increíble... Paso por mucho... Le jure que no sufriría a mi lado. Le respondo.

-Nunca jures lo que no estás seguro que puedas cumplir... En la vida nunca todo es como uno anhela... Hay que vivir el momento... Si dejas para mañana todo...Si dejas ser feliz para despues... Después de casarme... Después de tener mi bebé... Si dejas para después, sufres... Si prometes que nunca le harás daño, debes saber que siempre surge lo que puede producir daño. Me dice Max.

-Ella en un día perdió a su hija, se enteró del engaño de su esposo... La vi como a pesar de todo, lucho por seguir adelante... Enfrentó un divorcio difícil... Su esposo nada quería aportar a su hijo... La justicia se lo impuso... Ella sabía que a pesar de eso él encontraría la manera de evadir lo que la justicia le imponía... Y fue así. Le cuento.

Llaman a la puerta y voy a atender.

-ALEJANDRO. Me saluda agitado Nico.

-Nico... Te presento a Max, mi primo. Los presento.

-Un gusto... Venía a ver si sabes dónde fue Analia... Mari dijo que salía con ella... Pero no dónde iban. Me dice.

-No... No lo sé. Le respondí.

-Es que le hice la pregunta... Y no me confirmó del todo... No sé si fue por el momento que pasábamos o solo por el acto en si... Al repetir la pregunta... Fue que se fue a buscar a Analia... Y desde entonces no se nada... Solo el mensaje que salían. Me cuenta nervioso.

-Dejame entender... ¿Qué pregunta?. Le digo.

-Si se casaba conmigo. Me responde.

-Aha... Ahora entiendo. Le digo.

-Dejame ver. Le digo mirando mi celular y noto que marcaba un bar.

-Estan en un bar. Le respondo.

-Un bar. Dijo preocupado.

-No pueden ir a buscarlas... Necesitan su espacio. Nos dice Max.

-Podemos ir sin que lo sepan. Propone Nico.

-Tengan fe por sus chicas. Nos dice Max.

-De ellas no desconfiamos... De los hombres. Dijo Nico.

-Vamos... Pero de lejos nos aseguramos que están bien. Le digo a ellos.

-Esto no puedo creerlo... Aunque los entiendo... No sé cómo es Mari... Pero si Analia. Expresa Max, por lo que Nico le enseña una foto.

-¿Por qué dios no me envia una así?... Voy a tener que mudarme aquí. Dijo.

-Ya te acostumbraras... Le gusta bromear así. Le aclaró a Nico.

-Llamo a mi chófer... Ese vehículo no conoce Analia. Anuncio Max.

Nos vestimos de manera casual, con lentes.

Mi primo Max siempre es amante de su campera de cuero, eligió todo un atuendo en un color oscuro.

Por mi parte me decidí por una camisa celeste de algodón y unos pantalones claros.

A Nico le hicimos sacar su saco y su camisa la dejamos fuera de sus pantalones, para que tenga un estilo más relajado.

Una vez listo nos dirigimos al bar donde estaban Analia y Mari. Las divisamos en la barra por lo que elegimos una mesa en lo oscuro para que no nos detecten.

-Bajo ese vestido no lleva nada... No sé le marca. Comenta Max.

-Puedes ser más discreto al hablar. Le digo cuando veo que señala a Analia.

La moza llegó y pedimos cerveza con una picada.

-Esto sabe muy bien... Disfruten... No estamos conduciendo. Dice Max.

-Solo están las dos conversando y bebiendo. Observa Nico.

-Te lo dije ... Ellas son así. Le respondo.

-Esto me gusta ... Salida de vagos... Buena cerveza... Buena picada ... Prueben estás aceitunas rellenas. Comenta Max, comiendo a gusto.

Apenas comía los mani salados mirando hacia las chicas, solo hablaban entre ellas tranquila.

-Miren se mueven. Dice Nico señalando.

-Van hacia el baño. Le digo.

-Pero se ve que se van, ya abonaron. Comento Nico.

-Tranquilo... Cuando salgan la veremos. Dijo Max disfrutando de su bebida.

Nico movía nervioso su rodilla, comía los manís como si se terminará el mundo.

-Nico ... Tranquilo. Le digo al ver como estaba.

-Si... Es que... Hace cuánto no tenía una relación... Y ahora que la tengo... No sé si fui precipitado. Expresa.

-No lo fuiste... Aprovechaste el momento... Es tener valor ... No ser precipitado. Le dice Max.

Vemos que las chicas salen y veo que tras de ellas va Fernando.

-ES FERNANDO. Digo lleno de furia.

-Alejandro tranquilo... No te precipites. Me dice Nico.

-¿Quién es?. Pregunto Max

-Es el exesposo de Analia... La acosa cada vez que la ve... Él la engaño... Traicionó... Podía salvar a su hija y eligió a su amante... Y no soporta verla feliz y con otro. Le cuenta Nico.

-Alejandro se supone que no estamos aquí... Si reaccionas delataras nuestra presencia... Analia se puede enojar más porque la espias que por la presencia de su ex. Me dice Max.

Los dos me tienen del hombro atajandome para que no vaya en su dirección.

-Vamos a ir a ver... Pero solo eso. Me dicen.

Nos encaminamos al estacionamiento, escuché lo que le dijo Analia, de manera firme y contundente, hasta nos enteramos que tenía el cinismo de anunciar que tenía una bebé con la que fue su amante.

La vemos que suben a su vehículo.

-Vi que tomaron mucho...No puede conducir así. Dijo Nico.

-No se mueven. Comenta Max.

En eso suena mi celular.

-Es Analia. Les digo.

"Responde" me gritan.

Atiendo y escucho que del otro lado pedía un Uber Analia.

-Me pide que la lleve. Les susurré.

-Dile que si. Me dice Max.

Les respondo como si fuera uno, ella me habla y su tono es ebrio, se ve que no se dió cuenta que era mi número.

-Debo buscarlas. Le digo.

-Usa el auto de mi chófer. Me dice Max.

-Pueden llevar el auto de ella... Tengo su llave.

-Perfecto... Les seguiremos. Me dice Max entusiasmado como si fuera una aventura.

Le entrego las llaves a Nico e intercambiamos con él chófer de Max lugares.

Le envio un mensaje a Analia anunciando que llegó su Uber. Sonrió a mis adentros, tan tomada está que no se dió cuenta que me llamo a mi, al segundo me pongo serio, diciendo menos mal a mi y no a otro, al verla venir con Mari del brazo, las dos se ven demasiado bien, y tenía razón Max, debajo del vestido de Analia no se ve ninguna ropa interior, no se le marca y se notan sus puntos elevados por el frío.

Ellas suben debatiendo donde ir, por lo que le digo que ya me dijo dónde quería que la lleve, trato de poner mis voz distinta para que no me descubra, aunque al parecer eso no hace falta, casi no me presta atención, solo hablan entre ellas.

Escuchando su conversación me enteré que se bañaron juntas, que se dieron un beso, solo para saber que se sentía cuando eran adolescentes.

La parte que me interesó fue la primera vez de Analia, quería saber que tanto disfrutaba con su ex, y si era diferente conmigo, pero no dijo mucho, solo que se lo contaría en la tina, cuando ambas se bañen juntas.

Las lleve a casa, y atrás de nosotros llegaron Max y Nico en el vehículo de Analia, mañana si pregunta solo le diré que me pidió que lo busque, capaz no recuerde mucho por el estado etílico en qué se encuentra.

Ellas bajaron y enseguida Nico aprovecho a llamar a Mari. Ella al verlo grito emocionada mi futuro esposo, eso dibujo una sonrisa en Nico que lo dejó más tranquilo.

Veo que Ana intenta abrir la puerta y le saco la llave revelando mi presencia. Ella cree que está en su casa, por lo que le sigo la corriente.

Le anuncie que Nico estába preocupado por Mari y use de escusa para ir a verla en su casa.

"Conoces la salida", escuché que me dijo.

Me corría de mi propia casa, aunque en su estado pensaba que era de ella.

La retuve del brazo, colocándola a centímetros de mi.

"Debemos hablar", le dije firme.

Ella empezó a desprenderme cada botón de mi camisa, anunciando que al tenerme así lo menos que quiere es hablar.

Cólo sus manos entre mis prendas acariciando mis pectorales.

-Ana ... Me vuelvo loco sin ti. Le declare con la voz cortada.

Ella se soltó y desató un nudo de su vestido que tenía en el cuello dejando que caíga al piso, revelando su magnífica figura, tenía puesta una tanga tan diminuta que casi no se notaba y su sostén de una tela transparente que apenas cubría sus lomas, era todo un deleite contemplarla. Ella se encamino a las escaleras haciéndome señas con el dedo que la siga.

Atrás mío escuché que se cayo un vaso, me gire a ver y estaba Max con la boca abierta, los ojos fuera de órbita al ver a Analia luciendo esa lencería tan sexi color piel.

-Si vos no vas, voy yo. Dijo en un susurro.

-ALE... TE ESTOY ESPERANDO. Escuché la voz de Analia que me llamaba.

-Me llama a mi... Y borra esa cara. Le dije a Max.

-Solo venía por un vaso de agua. Se excusó buscando con que limpiar.

Llegué a mi cuarto y la Vi en la cama, era una obra de arte, me quite torpe mis prendas ansioso como un adolescente para lanzarme en ese mar a sumergirme sin oxígeno ni patas de rana, solo quería sentir que sus olas me golpeen por completo.

La sentí cálida, acogedora, mas intensa que otras veces, me doblo y ato como nudo de marinero, creí que quedaría dormida, pero no fue así, nos enredamos bajo las sabanas saboree su piel tersa, ese sabor a frutilla que es de su crema corporal y me fascina.

A altas horas de la madrugada me quedé dormido con ella entre mis brazos.

Escuché la alarma y maldije entre dientes, no quería levantarme, solo quería seguir con Analia sobre mi durmiendo tan plácidamente, me quise mover y se me prendía más fuerte, por lo que le puse mi almohada con mi perfume para que abraze y poder salir.

Este lunes lo odiaba, me bañé y coloque unas gafas que cubrían mis ojeras de trasnochado. Me hice de una taza fuerte de café y me dirigí al colegió.

Llegué a mi oficina y me encerré, no quería atender a nadie y rogaba que ese día sea tranquilo.

-Hola Ale... Así que este es tu trabajo. Escuché la voz suave de Maisa.

"No puede ser", pensé.

Justo ahora se le ocurre aparecer aquí, habiendo miles de colegios.