"UNA MADRE DESESPERADA, UN SALVADOR AMENAZANTE
¿Qué límites cruzarías por salvar a tu hijo?
Adelaida, una madre desesperada, hará cualquier cosa para proteger a su hijo, incluso si significa sacrificar su orgullo.
Pero cuando Kento, un misterioso y poderoso hombre, se convierte en su única esperanza, Adelaida se encuentra atrapada en una red de rencor y pasión.
Kento, su redentor y verdugo, no sabe que Adelaida es la clave para desentrañar su propio pasado.
¿Podrá Adelaida salvar a su hijo y descubrir la verdad detrás del enigmático Kento?
Descubre esta historia de amor, venganza y redención."
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ℂapítulo Veintidos
Kento, se fue desde la mansión hasta la empresa que se lo llevaba el diablo. No entendía la actitud de Adelaida, en qué momento pasó de ser una mujer sumisa a ser una mujer altanera. Ya le había marcado infinidad de veces al costoso celular que le había regalado y ella no le contestó ni una llamada. Eso lo enfureció más de lo que ya estaba.
Al llegar a la oficina ya le había gritado a Elías, su leal chófer, a Anita, la asustadiza recepcionista, y ni que decir del grito que le metió a su pobre asistente, Desiderio.
—Buenos días, señor Kimura, bienve… —Kento interrumpió con un grito lo que Desiderio le iba a decir.
—¿Qué tienen de buenos? ¡Lárgate! Necesito estar solo —de Desiderio, no se vio sino el polvo abandonando la oficina.
Todos los empleados estaban aterrados, no veían a su jefe desde hace más de dos meses que se había ido a Japón y cuando se fue, era un amor de persona. ¿Qué le pasó en Japón, se preguntaban? Pero ya todos tenían la respuesta: su cambio de actitud se debe a que cambió de prometida y eso los pone nerviosos a todos. ¿Cuánto darían porque Adelaida DuPont siguiera siendo su prometida? No entienden a su jefe y su cultura.
Kento suspiró ante lo que estaba pasando con Adelaida, ella tuvo el valor que a él le ha faltado y le declaró su amor. ¡Ella lo ama! Y aunque él también, es solo un estúpido al no dejar todo por ella, un cobarde como muy bien su Eloísa se lo dijo. ¡Un cobarde! Y la iba a perder para siempre; por eso mismo, debía buscar la forma de que Adelaida se quede a su lado para siempre.
Luego recordó el informe que su detective le entregó antes de viajar con Adelaida al Japón, el cual había decidido no leer y confiar en su Eloísa. Pero fue más su intriga que la confianza depositada en ella, por lo que se puso sus gafas de lectura y abrió el sobre.
«Informe final de la señora Adelaida DuPont.
*Casada con el productor de cine François Pinault en ceremonia civil hace ocho años, se firmaron capitulaciones en la boda.
*Hace seis años nació su primer hijo, aquejado de una extraña enfermedad. El señor François lo registró al día siguiente solo con el apellido de su progenitora.
*El señor François Pinault se casó con la modelo Madeleine Gibrault en ceremonia privada, al día siguiente de la sentencia de divorcio con la señora Adelaida DuPont.
*Una semana después de la boda, François Pinault fallece en un accidente en su auto.
*En la lectura del testamento que ya tenía elaborado como presintiendo su fin, le dejó el 90 por ciento de sus bienes a su nueva esposa y el hijo que venía en camino. A la señora Adelaida DuPont, su exesposa, no le heredó nada y a su hijo lo hizo pasar con una prueba falsa de ADN como si no fuera suyo, para tampoco tener que heredarle o que Adelaida impugnara el testamento».
Kento, no entendía por qué Adelaida no hizo nada para aclarar ese atropello, entonces lo que leyó a continuación lo dejó asombrado.
«*Pero en retribución, al tiempo que estuvieron casados, recibió un cheque por un valor de cien mil euros».
Kento estaba indignado, Adelaida lo había engañado. Recibió una jugosa suma de dinero por su divorcio y aun así pidió su ayuda.
Salió de la oficina furioso, estaba dispuesto a enfrentar a Adelaida y que le explicara qué había hecho con el dinero que Pinault le dio por el divorcio.
Llegó a la mansión y Adelaida aún no llegaba. Se encerró en su despacho y se sirvió un vaso de whisky mientras esperaba a que apareciera la dueña de sus tormentos.
Dos horas después sintió que un taxi paró en la entrada a la mansión y salió a verificar que, en efecto, era Adelaida la que había llegado. Se hace en la puerta con su mirada amenazante.
—¿Dónde, diablos, estabas Adelaida? —Era claro para ella que aún estaba enojado. Cuando no le dice Eloísa, es mejor evitarlo. —Te llamé infinidad de veces al celular, ¿por qué no me contestas las llamadas?
—Haciendo unas diligencias personales y el celular se me quedó en la habitación —fue lo único que contestó Adelaida, al pasar, por un lado, de Kento para entrar a la mansión.
—¿Ya estás buscando a otro hombre para embaucar? ¿Por eso te quieres mostrar como una mujer desvalida? —Adelaida se devolvió al escuchar la estupidez que acaba de decir Kento.
—¿De qué hablas, Kento? —Adelaida por un momento rogó que hubiera escuchado mal.
—Maestro Kento para ti —«¿Y este quién se cree?», pensó Adelaida.
Adelaida negó con la cabeza sin decirle nada, es mejor no decir todo lo que tenía atorado en su garganta queriendo salir al igual que sus lágrimas, y terminó de subir las escalas de la entrada. No iba a permitir que otro hombre al que ella ama la siguiera pisoteando. Sí, debía callar, pero eso lo hacía pensando en que todo es por su hijo. Por su hijo es que aceptaba todas las humillaciones que François y Kento le hacían.
Entró a la mansión como toda una dama y Kento se quedó mirando cómo esa mujer se iba digna y él solo se sentía como un gusano que merecía ser pisoteado porque era una peste.
Kento no fue capaz de entrar detrás de ella y se fue al bar al que acostumbraba ir con su amigo Leroy. Lo llamó y acudió a su llamado a pesar de que estaba en medio de una junta, la cual dio por terminada, pues su amigo se escuchaba muy alterado.
—Amigo, soy un estúpido —Leroy asiente ante lo que Kento dice —. Pensé que ella me amaba como yo la amo a ella y hoy descubrí que recibió un cheque por cien mil euros con su divorcio. No sé entonces por qué me pidió ayuda para el tratamiento de Francis. Eso debe ser que ella, al ver que no logró nada con François, quería buscar a otro millonario para embaucarlo, por eso me pide que rechace de nuevo el omiai y que me case con ella.
—Eres un imbécil, un idiota, un.. —Kento lo interrumpió.
—¿Por qué dices eso? ¿No ves que esa mujer se aprovechó de que es la verdadera Eloísa y me quería atrapar así como Madeleine? ¡Todas las mujeres son iguales! —Leroy lo miraba con rabia.
—¿Y no te has puesto a pensar que Adelaida pudo haber rechazado ese cheque? Esa mujer es intachable, ella te lo ha demostrado. Y estoy seguro de que ella prefirió rasgar ese cheque en mil pedacitos que dejarse humillar más de esa familia. Mira que el idiota negó a su propio hijo porque nació enfermo.
—¿Sabes qué? —Leroy seguía alegando — No te mereces una mujer como Adelaida. Ella merece un hombre que esté con ella sin tanto enredo, que ame y valore la mujer que es.
Ya están más cerca de Adelaida cuando se encuentren y se enteré de que su rayito de sol está vivo será muy emotivo de parte de ella.
Kento realmente merece el perdón por haber salvado a Francis te llamé papá aún sin saber que va a ser padre de gemelos.
Ya Tanchy confirmo que su hija es Adelaida y le tocará contar su versión a su hija.
Que casualidad que la misma psicóloga Itzel Lions es amiga de Kento ahora veremos cómo será ese encuentro ❓❓❓🤔🤔😱😱
Gracias 😌 querida escritora @𝓐𝓷𝓰𝓲𝓮 𝓭𝓮 𝓢𝓾𝓪𝔃𝓪 🦋 por actualizar 😌 sigamos apoyando con me gusta publicidad comentarios y 🎁💝🎉
Por otro lado Tanchy ya confirmo que su hija es Adelaida tendrá que buscarla y hablar con ella de como sucedió todo y confirmar Del Vechio es su padre veremos qué pasará.
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