Emily es la hija del Alfa de la manada Luna gris, del reino Silver Moon, uno de los cinco reinos que rigen en el mundo. Su vida ha sido la de una esclava. Cuando nació, su madre murió, y su padre, el Alfa Mauro, la culpó por ello y jamás la aceptó como su hija.
Durante la cumbre del Reino Silver Moon, es atrapada por el enemigo y llevada a un lugar desconocido. Allí, conoce a un hombre con una presión autoritaria que la hace temblar, sin imaginarse que él se convertirá en su pareja destinada.
Draven es el Rey Alfa del reino Shadow Moon, un reino enemigo de Silver Moon. Es un rey audaz que gobierna con rigidez, y nadie se atreve a traicionarlo, ya que quienes lo hacen sufren la peor de las muertes.
Ahora que la ha encontrado, no dejará que se la arrebaten. Emily es suya, la única con la que será un dócil y obediente cachorro. Quienes se atrevan a querer quitársela sufrirán su ira.
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Mi macho, solo mío
Emily continuo con su entrenamiento los siguientes días, debía estar preparada para su regreso a Silver Moon, el miedo poco a poco dejaba de atormentarla y todo era gracias a Draven, ese sexy hombre hacía todo para complacerla, para que se sintiera cómoda, la trataba como toda una reina.
- Gamma – Lo llamó\, estaban tomándose un descanso antes de continuar con su entrenamiento.
- ¿Pasa algo Luna? – Preguntó Karim\, en tan pocos días ella había avanzado mucho\, incluso ya no titubeaba a la hora de hablar.
- Yo… - Calló a pesar de tener un poco mas de confianza\, no se había atrevido a preguntar en que reino se encontraba ahora.
- No debe titubear Luna\, sin miedo al hablar- Hablo Karim con firmeza.
- ¿Qué reino es este? – Pregunto con sus mejillas sonrojadas.
Karim trató de no reír, no esperaba esa pregunta, pero bueno, no podía culparla ella llegó ahí por medio de un secuestro.
- Shadow Moon- Respondió.
Emily abrió los ojos de sorpresa ante la respuesta de Gamma Karim, estaba en el reino mas temido de los cinco, no, ella era la pareja destinada del temible Rey Lycan Oscuro. Su respiración se agito por unos segundos, el miedo se apoderaba nuevamente de ella.
Karim lo notó, aun había mucho que trabajar con ella.
- El Rey llegó\, continuemos mañana – Karim hizo una reverencia y se marchó.
Emily levantó su mirada, pero justo en ese momento se encontró con los oscuros ojos de su Rey, él era el temblé y sanguinario Rey Oscuro, así era conocido en Silver Moon, de hecho, sabía que el rey de Silver Moon y él eran rivales, no tenían una buena relación.
- ¿Pequeña? – Draven llegó ante ella\, podía ver como su cuerpo temblaba.
- Es el rey Oscuro – Susurró.
Draven sonrió ante eso y asintió, así era como lo llamaban sus aliados y enemigos, pero su sonrisa se desvaneció al ver como seguía temblando.
- ¿Me tienes miedo? – Preguntó suavizando su mirada.
Emily suspiró, todo mundo le temía al rey oscuro, pero desde que llegó ahí, él la había tratado con tanta ternura, la ha protegido, y sin decir que durante el sexo le da el mejor de los placeres.
- No – Susurró con sinceridad.
Draven asintió, la rodeo en sus brazos, por un momento se preocupo de que ella decidiera alejarse de él por ser el rey Oscuro, no soportaría estar sin ella.
Emily aspiro el aroma a cedro proveniente de él, como le encantaba estar en sus brazos, llegaba todos los días para la comida, y pasar toda la tarde juntos.
- Usted es diferente majestad\, en poco tiempo\, me ha dado mucho cariño – Susurro con ternura.
Draven sonrió ante eso, no era cariño, era amor, porque él amaba a su preciosa mate, pero ella aun no podía entenderlo, así que no la corregiría, no de momento.
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Karim aprovechaba las tardes libres para revisar la situación de las autopsias de aquellas mujeres que habían muerto sin ninguna razón. Cada día era preocupante, pues la muerte de las mujeres del Reino había provocado la carencia de parejas, no podían procrear ni siquiera cachorros, y eso preocupaba al reino entero.
- Seguimos sin tener algún indicio de lo que sucede – Dijo el doctor encargado de llevar a cabo cada autopsia.
Karim asintió, revisando el informe, tal vez si era porque estaban malditos, pero si era, así ¿Entonces todo cambiaria ahora que el Rey encontró a su mate? ¿La llegada de Emily sería la salvación de todo?
La puerta de su oficina se abrió y entro Liam, él también tenía las tardes libres desde que su rey decidía realizar todos sus pendientes y regresar temprano al palacio para estar con su Luna.
- ¿Algún resultado? – Preguntó Liam\, tomando asiento en el sofá.
- Lo mismo de siempre – Respondió Karim – Gracias\, doctor\, continuemos con las investigaciones – Dijo con una leve sonrisa.
El doctor hizo una reverencia y se marchó.
- Luna Madre\, probablemente asista a la coronación de nuestra Luna – Dijo Liam una vez que quedaron solos.
- ¿Tanto así? Si asiste\, Luna Emily será considerada una Reina especial en los cinco reinos – Comentó.
Liam asintió, eso era lo que Draven quería, así que solo esperaba que Luna Madre aceptara la invitación, ella era poco de salir de su propio palacio, era una persona tan importante que incluso se podía decir que sus mismos aliados podrían llegar a traicionarla.
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Los gemidos de Emily se escuchaban en toda la habitación, Draven entraba y salía con ella tan duro, tan preciso, en cada embestida llegaba tan profundo. Ella no se cohibía durante la intimidad, se veía tan hermosa, le encantaba escucharla gemir de placer, un placer que solo él podía darle.
Emily mantenía su mirada fija en él, Draven la miraba con tanto deseo, apretaba sus dientes con cada estocada, ella lo sentía tan duro, tan profundo, le encantaba. Coloco sus manos en su cuello y lo atrajo para darle un beso apasionado, entrando su lengua a explorar cada rincón de su boca, ella ya tomaba la iniciativa, el control, y eso le gustaba, además de que Draven no se lo negaba, dejaba que su dulce hembra lo dominara algunos segundos durante el sexo.
- Vamos mi hembra\, gime más fuerte- Gruño Draven terminando bruscamente el beso.
Emily obedeció, soltaba gemidos más fuertes, apretaba en su interior, señal de que estaba llegando a la culminación del placer. Arqueo su espalda al sentir las oleadas de placer recorrerla por todo el cuerpo, al mismo tiempo que la esencia caliente de Draven quedaba en su interior.
Draven la beso, esta vez lento y tierno, mientras ambos se recuperaban del excitante momento.
Emily abrió sus ojos, repentinamente unas imágenes empezaron a inundar su mente, las cinco siluetas peleaban contra aquella que se había atrevido a dañar a la silueta de la mujer, una guerra, que parecía tan real, el dolor en su abdomen volvía, como si a ella la hubiera apuñalado.
- ¿Emily? – Susurro Draven al ver como algunas lágrimas recorrían sus mejillas.
Emily no dijo nada, enredo sus piernas alrededor de la cintura de Draven, y llevó sus labios a su hombro, sus dientes se afilaron y los hundió en su tersa piel.
Draven gruño de dolor, pero no la aparto, sintió un extraño calor recorrer todo su cuerpo, la saliva de Emily parecía un veneno letal, tan placentero, que quería seguir experimentándolo.
La lengua de ella se deslizaba en aquella marca que había hecho, sin su permiso, pero su instinto la llevo a hacerlo, ¿Él se enojaría? ¿Se molestaría que ella lo haya marcado sin su permiso? Un Rey Lycan no era marcado jamás, pues la marca de su pareja destinada significaría eterna y si ella moría, el rey jamás podría tener una nueva oportunidad.
- Mi macho\, solo mío – La voz de Emily se combino con el de Noah\, ella lamía la marca enrojecida que le había hecho a Draven.
Draven no decía nada, solo la escuchaba, ella lo marco, si ella moría jamás tendría una nueva oportunidad. Pero ¿Le importaba? ¡No! Él era fiel a su dulce hembra, solo la quería a ella y así como ella le pertenecía solo a él, ahora él le pertenecía a ella.
La excitación volvió nuevamente, él empezó a moverse dentro de ella, provocando que liberara sus gemidos.
- Tu macho te hará gemir hasta el cansancio mi dulce hembra- Gruño Draven a su oído.
Emily no podía responder con palabras, sus gemidos lo hacían, ella sentía como él crecía en su interior y le fascinaba, estaba dispuesta a recibir todo el placer que él le quería dar, no se cansaría de ello, de eso estaba seguro.
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Emily despertó durante la madrugada, lo había hecho tantas veces con Draven que terminaron rendidos en algún momento, se levantó con mucho cuidado de la cama, necesitaba ir al baño, su amado macho dormía a su lado totalmente desnudo y le gustaba verlo así, pero seguiría disfrutando de la vista una vez que hiciera sus necesidades.
Al entrar al baño se miró al espejo, sus labios estaban rojos e hinchados de tantos intensos besos que su macho le daba, además de que también uso su boca para darle el placer que él se merecía.
- Lo marque… y no se enojó – Susurro rozando las yemas de sus dedos sobre sus sensibles labios.
Ella sonrió con orgullo.
- Es el Rey de Shadow Moon – susurro – Y es mío\, mi macho – Dicto.
Haber marcado a Draven la hacia sentirse orgullosa, ella a quien habían tratado como una esclava desde niña, había marcado al temible Rey Oscuro.
La puerta del baño se abrió, y entro él, totalmente desnudo, se colocó detrás de ella y la abrazo.
- ¿Qué pasa? – Preguntó hundiendo su rostro en su cuello del lado donde yacía su marca.
- Soy feliz de ser tu mate\, Draven – Dijo en un suave susurro.
Draven la aferró más a él, ella lo llamo por su nombre sin necesidad de estar teniendo sexo, eso lo hacía feliz, porque la sumisa y temblorosa Emily, aquella que decía ser una esclava, estaba quedando en el olvido y se estaba convirtiendo en su hermosa hembra, en su Luna Oscura.