Roxana: La Bastarda

El juicio no solo hundiria a la emperatriz, si no a cualquiera que hubiera colaborado con ella. La lista que le había dado Roxana al archiduque fue revisada por él y había conseguido la suficiente evidencia para hundirlos a cada uno de ellos.

Magnus estaba en el palacio junto con la pelinegra, quien estaba lista para reunirse con el emperador.

Al momento en que ingresaron pudieron percibir las miradas llenas de rechazo de los que servían a la emperatriz, ni siquiera se molestaban en disimular. Cassius había llegado.

“Roxana está aquí a hablar un tema importante con el emperador, nadie tiene permiso de ingresar a la habitación aparte de ella”. El papel que jugarían Magnus y Cassius era de escudo, mientras ella ingresaba a la habitación del archiduque ellos cuidarian la puerta.

“Pero, su majestad se encuentra en una situación crítica...”. Habló la primera rata, Roxana iba memorizando sus rostros.

“Él no puede hablar por sí mismo”. La segunda, una de las ratas le susurro algo a otra. La emperatriz podía ingresar en cualquier momento.

Roxana entró de manera deliberada a la habitación. No había tiempo que perder, sacó las medicinas que escondía debajo de su vestido.

“No tenemos mucho tiempo, soy Roxana”. El emperador entendió de inmediato y no se negó a tomar la medicina, ya había sido informado por Cassius sobre la situación.

“Gracias por ponerte en riesgo por mí, hija”. El emperador toció, hace tiempo había sido abandonado por todos los nobles. Dejaron que su esposa tomará fácilmente el poder y ninguno permaneció a su lado, solo el archiduque.

Sin el archiduque, la emperatriz hubiera logrado matarlo sin dudar. Estaba agradecido.

“Les dejaré algunos debajo de la cama, volveré la otra semana. El juicio de la emperatriz será pronto”. Roxana le sonrió, sin duda esa joven era encantadora. Cassius había elegido bien.

“El juez de la Corte ha sido comprado por ella”. Recordó el emperador.

“Lo sabemos, todos los nobles qué en algún momento le dieron la espalda serán condenados, su majestad”. Él sonrió, sintió la paz que le había sido arrebatada ya hacia tiempo. Podría volver a respirar con la tranquilidad de antes.

"Gracias”. Roxana hizo una reverencia y la puerta fue abierta de golpe.

“Hola, esposo”. Era la emperatriz, su sonrisa era asquerosamente despiadada.

“Yo me retiro”. En el momento en que Roxana había completado su saludo y se iba a retirar la emperatriz la detuvo.

“Debes saber de que lado estar”. Susurró lo suficiente alto solo para que solo Roxana escuchara. Fueron las palabras más descaradas que le habían dicho, ella sabía de que lado estaba.

Su lado sería el ganador.

La emperatriz se había quedado en la habitación con el emperador y pudo visualizar afuera a su concubino. Parecían tener miedo de lo que pudiera hacer, o mejor dicho de su padre.

“Saludos a la joya de este imperio, la única hija del archiduque”. Saludó y Roxana correspondió. Intentó tomar su mano para besarla pero fue detenido por Cassius y Magnus que se pusieron en frente de ella.

Confirmó los rumores al ver sus ojos, él solo estaba con quien tuviera el poder. El coqueteo de su acción era evidente.

El concubino levantó las manos, de manera en que decía "no estoy haciendo nada"

“Puede venir a visitarme en cualquier momento, estaré encantado de servirle”. El tono con el que lo decía no podía ser más que coqueto, era un asco pero su belleza era innegable, después de eso no tenía nada.

Solo era un cascarón vacío que solo usaba a las personas a su conveniencia.

La emperatriz salió.

“Ya podemos irnos”. No se miraba contenta, algo había salido mal. Quizás ya el hecho del que el emperador no hubiera muerto aún.

Cassius y Magnus caminaban con ella al lado.

“¿Cuando será el juicio?”. Preguntó Roxana.

“Mañana, hoy temprano fui a dejar la copia de las evidencias”. Respondió Cassius y ellos asintieron. Sabían que todos en esa sala estarían del lado de la emperatriz pero gracias al emperador habían conseguido más evidencia, como la medicina y el libro mayor de cada uno de los nobles de manera más rápida.

Esto haría que si o si tuvieran que ir a la cárcel, también estaría Cassius presente. Esperaban que todo saliera bien.

Anexo al capítulo - Presentación de los personajes.

Personaje principal: Roxana, hija del único archiduque de todo el imperio.

Algunas características/observaciones:

- Alta

-Es considerada la joya maldita del imperio debido a su mala suerte al ser ilegítima y aparte beta.

-Sabe manejar bien la alquimia debido a su madre.

-Tiene un hoyuelo en la mejilla derecha, solo es notorio cuando sonríe de manera genuina.

-Considera a su padre el hombre más hermoso de todo el imperio y después está Cassius.

- Fan #01 de su padre.

- Terca.

-Estratega.

-Juguetona.

- Beta¿?, el aroma que desprende es dulce, que te hace sentir reconfortado y en confianza.

Deuteragonista: Cassius, príncipe heredero.

Algunas características/observaciones:

- Egoísta.

- Obsesivo.

- Altamente celoso.

- Piensa en llevarse a vivir con él a Roxana en un descuido (si no ocurre hará que ocurra el descuido)

-Determinado.

-Odia a cualquier hombre que respire el mismo aire que Roxana (menos a su suegro, espera que lo acepte pronto)

- Adora tener la atención de Roxana.

- Espera que Etténi se muera y deje de infectar el aire que respira su futura esposa, Roxana.

-Alfa dominante, el aroma que desprende es a sangre mezclada con tierra mojada.

Posible rival amoroso: Etténi, hijo del marqués.

Algunas características/observaciones:

- Resentido.

- Está enamorado de Roxana desde pequeños.

- Indeciso

- Odia a Cassius porque siempre está en medio de él y Roxana.

- Irracional, a veces.

- Omega, desprende un aroma cítrico mezclado con flores.

Familiar de la protagonista: Gian, padre de Roxana.

Algunas características/observaciones:

- Su hija es primero.

- Le gusta lo mismo que le guste a Roxana.

- Determinado.

- Inteligente.

- Alfa dominante, desprende un olor a muerte por eso es descrito como el perro rabioso del emperador.

- Celoso.

- Espera que Cassius deje de molestar a su hija.

- No quiso tener otra esposa (aunque su madre lo quería obligar) porque Roxana podría dejar de ser su sucesora.

- Su única hija es Roxana.

- No tiene interés amoroso.