Luego de ser traicionada por su mejor amiga y su prometido, Bella busca la manera de vengarse de las personas que una vez quiso como a su propia familia.
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capítulo 15
Bella...
Pasaban de las siete y media de la tarde cuando baje vistiendo un conjunto de pantalón palazo y blazer negros, qué lo había combinado con una blusa pegada al cuerpo blanca y tacones nut. Quería verme elegante, pero a la misma vez casual. No sabía a donde iríamos, pero esta vez quería verme hermosa. Peine mi pelo negro en una gran coleta alta con un flequillo algo despeinado y colocandome algunos accesorios baje.
Al ver que en la sala aun se encontraba todos los hombres de mi familia, mire a Gian curiosa, pero rápidamente fui interceptada por mi abuelo, quien al verme así vestida sonrió y alagando mi belleza dijo.
— Hija te ves preciosa, le haces honor a tu nombre Bella... — Sonreí algo apenada por su comentario y conteste.
— Gracias abuelo, pero eres un exagerado. — Veo como este sonríe y agregó — Lamento tener que dejarlos, creí que ya se habían marchado.
Mencioné al ver que ninguno se había movido prácticamente de su lugar, fue entonces cuando mi hermano dijo.
— Estábamos esperando que arreglen nuestros autos. Además no íbamos a irnos sin despedirnos de ti. — Veo como se acerca con una sonrisa en sus labios pero aun así de manera burlona menciona— ¿Por qué lo preguntas hermana? ¿Es que acaso no querías que viéramos con quien ibas a salir?
Frunzo mi rostro y de la misma forma contestó.
— Para nada hermano, es más, esta noche saldré con uno de tus socios, Vladímir Salvatore.
Veo como su sonrisa se esfuma y la mía crece aún más.
— ¿Y se puede saber que es lo que vas a hacer con ese tipo?
— Eso es algo que a ti no te incumbe. Además quiero recordarte hermanito que en dos meses cumplo treinta años, ya no tengo por que darte explicaciones. Es más ni cuando era niña se las daba a papá, así que calma tu temperamento y no me hagas enojar ¿quieres?
Me acerqué para besar su mejilla y tomando el brazo de mi abuelo me dirigí con el hacia el sillón nuevamente a esperar a que llegarán por mi. La mirada de Marco era penetrante, podía sentir sus ojos en mi espalda, pero aun así no iba a dejar que mi hermanito mayor quisiera a estas alturas de mi vida controlarla.
Pronto la hora llego y el timbre sonó en la entrada, tome mi bolso y en cuanto me estaba por levantar a abrir la puerta Marco con una sonrisa dijo.
— Tranquila hermana, yo abro.
No me dio tiempo a decir nada cuando él ya se encontraba en la puerta recibiendo a Vladímir. Mi abuelo solo miraba toda la escena sonriente al igual que mis primos y mi padre. Sin esperar ambos se dirigieron a la sala y al estar frente a toda mi familia Vladímir solamente saludo.
— Buenas noches.
Se veía hermoso, se notaba que se había esmerado en su apariencia. Llevaba puesto un traje azul marino de tres piezas.
Al dirigir su mirada hacia mí, pude ver como me miraba y eso me hizo sentir algo incómoda. No ocultaba su deseo por mi y al estar rodeada de toda mi familia, me hizo sentí algo nerviosa. Vi también que el estaba disfrutando de mi reacción hasta que mi hermano y mis primos intervinieron en nuestro corto y fugaz momento.
— Buenas noches señor Salvatore, — Saludaron los tres para luego extender sus manos y saludarlo y luego Marco agregó.
— Me sorprendió saber que usted conocía a mi hermana.
Dijo recalcando la palabra mí. Vladímir miro seriamente a Marco y contestó.
— Hasta hoy supe de su conexión. No sabía que la señorita Bella era su hermana.
— Ya veo...— Dijo Marco aún con seriedad.
Al ver que había hecho una pausa bese la mejilla de mi abuelo y despidiéndome de mi padre me acerqué a Vladímir y tomando su brazo dije.
— Muy bien hermano, te veo en otro momento, como veras ya vinieron por mi.
— Espera Isabela, ¿A qué hora vendrás a casa?
Al mencionar aquello todos los presentes voltearon a verlo como haciéndole ver lo ridículo que él se veía, pero antes de poder contestar Vladímir dijo.
— No tiene de que preocuparse señor Mussicardi, me aseguraré de dejarla en su casa sana y salvó.
Marco se acomodo algo incomodo las mangas de su camisa y mirando nuevamente hacia mí agregó.
— Hermana tú sabes por qué lo digo, solo me preocupo por tu seguridad.
Veo como Vladímir levanta una de sus cejas y es entonces cuando el abuelo quien hasta ese momento solo se había quedado en silencio observando todo, dijo.
— Tranquilo muchacho, mis hombres los estarán siguiendo de cerca, no tienes de que preocuparte.
— Abuelo...— Dije quejándome como una niña chiquita y este agregó.
— Isabela nosotros tenemos un trató. — Dijo determinante, y fue entonces cuando recordé nuestra conversación de más temprano. Suspiré y mirando directamente en su dirección dije.
— Bien solo dos hombres...
— Siete...
— Tres y es mi última palabra.
— Muy bien, tres.
— Muy bien si eso es todo ya me voy, ya pase mucha vergüenza por hoy.
Nadie dijo nada más y tomando el brazo de Vladímir lo arrastré prácticamente a la salida y cuando por fin ambos estuvimos lejos de ellos dije.
– Lamento todo eso... Dios nunca en mi vida me había sentido tan avergonzada.
Dije finalmente para luego cubrir mi rostro con mis manos. Pronto las suaves manos de Vladímir tomaron mis muñecas y bajándolas para poder ver mi cara dijo.
— No tienes de que preocuparte, o avergonzarte. Yo en su caso haría lo mismo.
Sin más solo me quedé viendo sus hermosos ojos color miel y dejé que me guiará hasta su auto. Abrió la puerta y luego lo rodeo para subirse y empezar a conducir. Íbamos hablando de diferentes cosas, como por ejemplo sobre el viaje que estaba por hacer hasta que de pronto dijo.
— Entonces es una decisión tomada ¿Sé irá?
— Sí, debo retomar mi carrera. Mi familia irá conmigo así que tal vez no vuelva por un tiempo.
— Ya veo, debo decir que es una lástima que usted se marche justo ahora que nos estamos conociendo.
— Podría ir a visitarme. Digo, ya más de lo que pasó hoy no va a pasar, mi familia es algo sobre protectora, pero aun así respetan mi intimidad.
Veo como mira por el retrovisor y al ver que una camioneta negra nos sigue dice.
— ¿Está segura de eso? Digo no me molesta que la protejan pero ¿por qué la seguridad?
Mire hacia la ventana y conteste vagamente.
– No lo sé, cosa de ellos.
Luego de esa pequeña conversación llegamos a la playa y frenando cerca de los muelles Vladímir dijo.
— Quería conmemorar nuestro primer encuentro dando un paseo en barco. Espero que no tenga problemas con eso.
Sonreí y bajando junto con él del auto nos dirigimos hacia el yate y al ver lo hermoso que se veía todos iluminado de noche no pude ocultar mi emoción.
— Es hermoso. ¿Es tuyo?
— En realidad era de mis padres, pero sí... pertenece a mi familia ¿Subimos?
Asentí y subiendo los primeros escalones vi como Donato el hombre de seguridad de mi abuelo se acercó a mí y dijo.
— Disculpe señora, debemos revisar primero la embarcación.
Mire enojada al hombre de mi abuelo y antes de que pudiera contestar Vladímir asintió y tomando ni mano para que me apartara dijo
— Por supuesto, pueden hacer su trabajo.
Me corrí a un lado y mirando apenada a Vladímir dije.
— Me das un segundo. — Tome el teléfono y marcando el número de mi abuelo dije.— ¿Abuelo no te parece demasiado todo esto...?
— Tranquila Bella, deja hacer a mis hombres su trabajo y ellos luego te seguirán en otra embarcación. Voy a respetar tu espacio, pero déjame asegurarme de que estarás segura.
Suspiré aliviada al oír que ellos no estarían con nosotros y luego me pregunte como era que ya sabía donde estábamos. Al aceptar que esta sería mi nueva normalidad, volví a suspirar y conteste.
— Está bien, y... gracias por entender.
Luego de eso volví con Vladímir y al ver como los guardias bajaban Donato se acercó a mí y hablo.
— Todo lista señora, si necesita de nuestra ayuda solo marque el número siete de su teléfono. Su abuelo agendo nuestro número en marcación rápida.
Mire a Donato sorprendida por eso, pero aun así no dije nada y volviendo a tomar la mano de Vladímir subimos a su yate. Cuando ambos subimos la tripulación de Vladímir zarpó y ambos dimos inicio por fin a nuestra primera cita.