Hermanos Moreau

Llegamos al restaurante de Nico y Kira se muestra eufórica. Tan pronto como pasamos por la recepción, él nos ve y viene a nuestro encuentro, le da un abrazo a ella y suaves palmadas en mi espalda.

Él nos conduce a una mesa que había reservado para nosotros, un poco alejada del flujo de clientes.

— ¿Cuál es la ocasión especial que ha logrado un milagro para sacarte del trabajo?

— ¡Hoy es domingo, Nico!

Kira responde lo obvio, sin duda sabe poco sobre mí. Nico se ríe fuerte, encontrando la situación divertida.

— ¡Él me llevó a tomar café y luego al campo de tulipanes, fue maravilloso! ¿Por qué nunca me hablaste de este lugar?

Nico me mira arqueando una ceja. Desvío la mirada y cambio de tema.

— ¿No tienes problema en alejarte de la cocina por un tiempo?

Él hace una mueca que saca una sonrisa de ella.

— No, mi equipo está muy bien entrenado y puede estar sin mí un tiempo sin ningún problema. ¡Podré disfrutar de este raro momento en familia!

Él me mira y no entiendo por qué esa actitud.

Hacemos nuestros pedidos y Nico nos sirve un vino blanco para acompañar.

— Amigo, debo admitir que eres bueno en la cocina.

— No es lo único en lo que soy bueno, jaja. Pero eso ya no es cosa tuya.

— ¿Nunca van a crecer? Siempre ha sido así en todas las reuniones familiares...

— Ahí está la gracia, provocar a Nero es mi diversión.

— Es difícil ser el ídolo de alguien, siempre intentan llamar la atención, ya sea por el lado positivo o por el negativo.

— hahaha ¡gracioso!

— ¡Lo ves!

Llevamos la comida en un ambiente de total distensión y fue muy agradable pasar ese tiempo con ellos. Ya eran casi las tres de la tarde y decidimos irnos. Prometimos reunirnos más a menudo.

Ella informó que mañana será la primera sesión de fotos y Nico se comprometió a pasar por allí para apoyarla, y me frustré por no poder ir.

El clima incómodo que existía entre nosotros finalmente se disipó. Ella estaba visiblemente más a gusto a mi lado y eso me hizo feliz.

Es una locura imaginar que los años que me llevó alejarla se deshicieron en tres días.

Llegamos a casa y cada uno se fue a su cuarto. Me di una ducha y cambié de ropa por algo más cómodo.

Revisé mi celular, respondí algunos correos y había muchas mensajes de Camille, incluso una diciendo que pasó por casa y no estaba.

Respondí con un único mensaje diciendo que mañana hablábamos y que hoy estaba cansado, lo cual no era mentira, ya que la salida, a pesar de ser agradable, fue larga y ocupó prácticamente todo el día.

Me acosté un momento y terminé quedándome dormido. Desperté alrededor de las siete de la noche, quería pasar un poco más de tiempo con ella, así que decidí arriesgarme. Bajé buscándola y la encontré en el balcón con mi guitarra en las manos, estaba tocando suavemente la canción "Perfect" de Ed Sheeran y cantando. Su voz era suave. ¿Cuál será el defecto de esta chica? Siempre le ha gustado la música y durante años tomó clases de canto y guitarra.

En cuanto me nota, deja de tocar y sonríe.

— No pares porque estoy aquí. Hace mucho que no te veo cantar y tocar. ¡Lo estás haciendo muy bien!

— Aún tengo mucho que aprender... ¿Te desperté?

— No, las habitaciones tienen aislamiento acústico, así que podrías hacer un concierto aquí abajo y si la puerta está cerrada, ¡es imposible de escuchar!

— Entendido.

— Bueno, estaba pensando en ver una película. Si no estás cansada, ¿por qué no vienes a verla conmigo?

Ella levanta las cejas y sonríe.

— Solo si haces palomitas.

Hace una cara de perrito suplicante...

— Claro, señorita, ¡palomitas y Coca-Cola para ti!

Ella aplaude de alegría y yo acabo riendo. ¿En serio Kira me va a poner a cocinar solo para complacerla?

— Voy a guardar tu guitarra y ya bajo.

Ella sube y entonces va a hacer las palomitas. Yo agarro dos latas de Coca-Cola y las coloco en la mesa del centro de la sala. Subo para llamarla, pero me doy cuenta de que está hablando con nuestra madre por teléfono. No quiero interrumpirlas, así que dejo mi celular en la habitación para no ser molestado y bajo a esperarla.

Ella baja radiante y feliz, y se sienta a mi lado tomando la palangana de palomitas.

— ¿Ya elegiste la película?

— Pensé que sería un buen anfitrión si te dejaba elegir a ti.

— Sabes que te vas a arrepentir de eso, ¿no?

— Haha, no tengo dudas de eso, pero vamos, Kira Monreau, ¿qué tal sorprenderme... pero por favor, nada de romance!

— ¿Qué tienes en contra de ellos?

— Son demasiado empalagosos y muy soñadores, ¡habla en serio, nadie vive un romance de película como esos! ¿Te lo han contado, verdad? No he destruido tus sueños, ¿cierto?

Me burlo de ella, que hace una cara de tristeza y pone las manos en el corazón como si estuviera sufriendo.

Termino riéndome de ella mientras me llena la boca de palomitas.

— Perfecto así, ¡callada te ves mucho más bonita!

Ella toma el control de la televisión y selecciona una película.

Coloco uno de mis brazos por detrás de ella y, por un milagro, se aconcha apoyando la cabeza en mi hombro. Ponemos las piernas en un puff frente a nosotros y nos acomodamos bien. En cuanto ella presiona play, aprovecho para sentir el olor de su cabello contra mí.

Noté que se había quedado dormida en medio de la película, pero continué mirando porque, primero, era muy buena, y segundo, me gustaba sentir su cuerpo junto al mío.

No tenía otra opción, necesitaba llevarla a la cama o ambos despertaríamos con dolor en el cuerpo por la mañana.

La alzo en brazos sin dificultad y ella pasa los brazos por mi cuello. Subo las escaleras y la coloco en su cama. La cubro y cierro las ventanas; Kira está profundamente dormida. Me acerco y le quito un mechón de cabello de la cara, soy un desastre en todos los sentidos y soy plenamente consciente de ello.

¡La cuestión es qué voy a hacer ahora!

Le beso la frente y salgo de allí antes de cometer otra locura.

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