Amor de Marisa por Ian. El cual es discapacitado y deberá pasar su vida en una silla de ruedas. Marisa es una joven de 22 años, que proviene de una familia humilde y trabaja como Asistente Personal de Ian Andrew.
Ian es el CEO de una Planta Fundidora, probablemente la mas grande y productiva del país.
Ian está recluido de por vida a una silla de ruedas como consecuencia de las secuelas que le dejó un accidente automovilístico en el que murieron sus Padres y su Hermana mayor.
Cuando se leyó el Testamento de su Padre, quedó perfectamente estipulado que Leticia Zambrano quedaría como Tutora legal de Ian y que ella debería ir a vivir a la Mansión Andrew y hacerse cargo ella y solo ella de administrar los bienes de Ian hasta que cumpliera los 21 años. Y en ese lapso de tiempo, de los 8 años que tenía Ian al morir su familia , hasta que Ian cumpliera los 21, Leticia Zambrano sería La CEO de la Fundidora, ya que Leticia era una persona integra y honesta. Hasta que aparece Marisa Salvatierra.
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NEW YORK PARTE 3
Si, el sueño de Marisa Salvatierra se había hecho realidad.
Iban caminando juntos y tomados de la mano Ian Andrew y ella por el Central Park en la Ciudad de Nueva York. Así recordaba su sueño y así lo estaba viviendo con una gran emoción y no quería que esa misma emoción se diluyera. Ian cada vez tomaba su mano con mas fuerza y seguridad y Marisa se sentía felíz, si muy felíz.
Los dos lo iban disfrutando y los dos con una sonrisa sana y limpia, donde solo existía la sinceridad.
Marisa comentó, Alicia, mi hermana menor y yo somos las mejores amigas, siempre nos platicamos todo, cada que llego a casa, su única pregunta es: Detalles, quiero todos los detalles. De qué detalles me hablas?.
Tu ya sabes. Me contesta y ante su insistencia tengo que ponerme a platicarle todo lo que sucedió durante mi semana de trabajo.
Jajaja, rio de buena gana Ian y dijo que era en estos momentos cuando mas extrañaba a su hermana, ella y yo éramos muy unidos a pesar de que aún eramos unos niños. Jugábamos mucho al Ajedrez, Damas Chinas, Parkase, en fin, nos gustaban los juegos de mesa.
Y te siguen gustando Ian?.
Si pero los juego muy poco, a Leticia casi no le gustan y a veces juego al Póker con Danilo, uno de los choferes.
Creo que ya lo conozco, dijo Marisa, un señor morenito y alto.
Si el, dijo Ian. Cuando quiero hacer algo fuera del protocolo de seguridad, solo tengo que llamarlo, Danilo nos vamos a portar mal. Lo que quieras Ian.
Apaga el GPS y vamos al parque de diversiones. El otro día nos subimos a la Montaña Rusa, yo bajé con un color casi transparente en el rostro, el se alarmó y dijo que me iba a llevar al servicio médico. Le dije que no era necesario, que solo me proporcionara una botella de agua azucarada y que con eso tenía y el me dijo, que tal un refresco de Cola. Y me lo tomé, me supo a gloria.
Ian tu no tienes permiso de tomar eso, le increpo Marisa.
Vamos, es la única vez que lo he hecho, además de vez en cuando no hace daño.
Lo sabe Leticia?
Claro que no, y ni se te ocurra decírselo, es capaz de despedir a Danilo y no me parece justo.
Está bien. Se trata de nuestra intimidad.
Qué bueno que lo comprendas. Y sabes una cosa, quiero un refresco de Cola ahora.
Ian, eso es chantaje, pero que crees, yo también quiero uno, vamos a comprarlo.
Si vamos.
Y se fueron a la fuente de sodas mas cercana. Y siguieron charlando en la mesa.
Marisa cuéntame de tu Mamá.
Pues mira mi Mamá es la mejor, siempre tiene la palabra correcta para ubicarme y no equivocarme en todas las cosas que me pasan en la vida: Marisa llegaste dos días tarde a casa, recuerda que aún eres hija de familia. Siempre sabe lo que voy a hacer y dónde voy a estar y con quién.
Entonces sabe que estamos pasando una tarde deliciosa en una fuente de sodas muy cerca de Central Park.
Jajajaja aún no se lo he dicho, lo haré durante la llamada que les hago a mi familia todas las noches.
Te envidio Marisa y es envidia de la buena. La única persona que platica conmigo así es Leticia, bueno, y ahora tu. Creo que ya te considero mi amiga.
Ian haces que me ponga de colores.
Y quiero ser tu amigo.
En verdad Ian?.
Si Marisa, además de mi asistente, quiero que seas mi amiga.
Y yo acepto encantada.
Regresaron al Central Park y siguieron su camino tomados de la mano.
Si, el sueño de Marisa se había hecho realidad.