Maldita Sea Mi Suerte

La vida de Fátima no fue fácil desde pequeña tuvo que sufrir perdidas y la primera de ellas fue cuando su madre murió, Fátima era una niña de tan solo seis años había perdido a su madre su vida había sido perfecta antes de ese suceso, tenía una madre amoroso al igual que su padre, ellos vivían en una antigua hacienda los negocios de la familia principalmente era la agricultura y la ganadería, ellos eran una de las familias más respetadas de la zona, pero sin duda la vida cambia de un momento a otro y aquella pequeña niña tuvo que aprender muy pronto que la vida puede ser amarga, su madre había estado enferma hacia picos días jamás supieron que clase de enfermedad le arrebato la vida, todo fue tan rápido y ahora la estaban velando, Fátima sabía que su mamita se había ido y ya no regresaría se podía ver en su carita la tristeza, su padre estaba igual o quizá peor, en esa hacienda donde hubo muchas risas ahora somos habiz llanto, durante el entierro Fátima al ver que su mamá estaba siendo sepultada se desmoronó comenzó a llorar y gritar con desesperación.

—¡Mami! ¡Mami! Llévame por favor yo quiero estar a tu lado— Los llantos de aquella niña desgarraron hasta el más frío de los corazones o al menos a la mayoría pues su padre estaba sumido en el dolor que fue el párroco quien tomo a la niña que estaba a punto de lanzarse a la tumba de su madre.

Después que terminó el sepelio se fueron para la hacienda, la niñera llevo a la pequeña a su habitación mientras que su padre se había encerrado en el despacho.

Los días pasaron para ser más exactos quince días habían pasado cuando el padre de Fátima le dio la noticia que se casaría con la niñera y mañana Fátima se tendría que ir a un internado.

La vida de Fátima ese día se transformó no podía creer lo que su padre había hecho su madre acababa de morir y el ya se había casado con la niñera además la niñera tenía una hija de la misma edad que ella al salir de su habitación para ir al internado aquella niña entro a su habitación era como si la estuvieran reemplazando como si ella fuera un objeto sin valor el cual pueden tirar a la basura sin ningún remordimiento, su padre no salió a despedirse de ella solo el chófer y su Nana lloraron su partida.

Los años pasaron Fátima estaba por cumplir 18 años desde un año antes había decidido iniciar su noviciado en algunos meses podría profesar su padre jamás la había ido a visitar al internado en Canadá ya que hasta allá la había enviado al internado para señoritas, el internado era de mucho prestigio ya que era atendido por religiosas para Fátima era la única vida que conocía o quizá era la única con la que quería vivir ya que al parecer está a sola su único refugio era Dios.

Julio Fernández Alcázar era un joven lleno de vida estaba a punto de casarse el tenía todo lo que quería, su vida estaba llena de felicidad pues tenía amor y dinero cosas que no se pueden llevar siempre juntas, Julio estaba feliz pues de iba a casar en dos meses con Paloma Montenegro ella era una mujer de su misma clase, bella, inteligente ellos habían sido novios prácticamente desde la preparatoria, claro que el era un mujeriego cosa que Paloma sabía perfectamente pero es que ser novia de Julio era un gran privilegio pues su familia era una de las más poderosas y reconocidas del país, era reconocido por toda la región y tenía un nivel mucho más alto que su familia así que no iba dejar que un par de trepadoras quisieran usurpar su lugar, Paloma se hacía de la vista gorda muchas de las veces las aventuras de Julio le mandaban fotos donde ellos se encontraba en fiestas, besándose, incluso teniendo sexo. Paloma jamás le reclamo ya sabría que hacer después de la boda y más ahora que Julio se había convertido en el heredero universal de su abuelo siempre y cuando cumpliera con algunas cláusula donde le pedía que debía obtener matrimonio para acceder completamente a ella, además en un plazo no mayor a diez años debía de contar con un heredero varón, si su abuelo era el clásico que decía que solo un hombre podía manejar los negocios era un tipo misógino y machista aunque era una buena persona pero que se le podía hacer ante tal educación, Paloma no quería tener hijos así que ese punto lo arreglaría después.

Julio no era muy creyente del matrimonio, pero si le gustaba todo lo material además sabía que en la vida hay veces que se deben hacer algunos sacrificios además él y Paloma tenían buena atracción sexual su química era perfecta. La boda sería el gran evento del año, todo estaba listo la boda sería en la hacienda familiar, Julio muy pocas veces visitaba ese lugar desde que había muerto su padre le traía muy malos recuerdos pues su padre había sufrido un accidente al salvarlo de ser embestido por los toros que entendían, no entendía como se pudo salieron destrozando la cerca, para Julio su padre era la persona que más quería así que le dolía mucho estar en ese lugar aunque julio no lo aparentaba siempre llevaba su máscara de absoluta frialdad, desde que se había mudado a vivir a la ciudad con su abuelo no había vuelto a ese lugar, ahora había decidido recorrerlo algo lo hizo ir hasta el lugar del accidente de su padre, era como si una fuerza lo llamara, se sentía en aquel lugar contempló todo el paisaje era como si lo invadiera la nostalgia por más que quería comprender que es lo que había pasado no lo lograba era como si la mayoría de los recuerdos se hubieran borrado, la única imagen que tenía era de los toros aplastando a su padre, su padre lo había aventado a lo alto para evitar la embestida, sin embargo, él no pudo salvarse, después de estar en ese lugar por mucho tiempo decidió que era tiempo de regresar.