Amarte Fue Un Error

Hipócrita.

Vivian.

Abro mis ojos lentamente, parpadeo varias veces mientras me acostumbro a la luz de la lámpara, me duele la cabeza, intento llevar mi mano derecha al lugar donde me duele, pero me detengo al ver una vía intravenosa, en ella, frunzo el entrecejo, miro a todos lados y entonces recuerdo dónde estoy y porque estoy aquí.

Mi bebé, lo perdí, ya no está conmigo. La lagrimas salen de mis ojos inmediatamente, sufro al pensar que ya no podre ver mi vientre crecer, que ya no podré conocerlo, que no podré sentirlo en mi vientre.

¿ Por qué? ¿Por qué me pasa esto a mi? ¿ Por qué no morí junto con él?

.

La puerta de la habitación se abre, dejando ver a Jeimy, quién tiene un semblante lastimero.

— Amiga, ya despertaste. — comenta mientras se acerca a mí. — No sabes cuánto lo siento, Vivian, sé que debe ser muy duro lo que estás sintiendo ahora.

— No digas eso. — la interrumpo. — No digas que sabes cómo me siento, porque de verdad no tienes una maldita idea de como yo me siento ahora.

— Sí, tienes razón, no puedo saber con exactitud el dolor que está sintiendo, pero puedo imaginarlo.

— No, no puedes. — vuelvo a negar. — Tu no esperabas a este bebé con ansias, no te derretiste de amor, cuando lo viste en esa ecografia, no soñabas con verlo crecer, yo amaba a ese bebé a pesar de que supe de su existencia hace poco, lo amaba y soñaba una vida con él y ahora eso no va a poder ser... — digo entre lagrimas. — Y todo es por tu culpa, por culpa de tu familia.

— ¿De que habla Vivian?

—¡ Te dije que lo que nos pasará a mi y a mi bebé iba a ser culpa tuya! — me gritó.

— ¿Cómo puedes decir eso? Asaltaron la casa y el hombre te atacó, ¿Cómo puedo ser yo culpable de eso Vivian?— pregunta indignada y me la quedo mirando.

¿Así que un robo eh? No, eso no fue un robo.

Ese hombre me dijo que alguien me quería muerta, la señora Caroll o Jeimy no pueden ser, a ellas no les conviene que Tomas quede libre, pero a él y a Kendall sí, Así que unos de ellos me mandó hacer esto, o tal vez los dos.

— Tu y tu abuela hicieron todo lo posible porque yo no me divorciara de Tomas, si me hubieran dejado hacerlo, yo no hubiera estado en esa casa, y nada de esto me hubiera pasado. — miento, si mis sospechas son ciertas, no puedo decirle nada a jeimy, no confío en ella, además que podría alertar al culpable.

— Eso es absurdo. — dice molestas, suspiro y sonrió.

— Dime algo Jeimy, ¿ Tu fuiste quien nos drogaste cierto? — Al hacer esa pregunta ella se queda en silencio mientras mueve la cabeza un poco, luciendo desconcertada. — He estado analizando tanto, todo, pero me negaba a creerlo, porque se supone que somos mejores amigas, pero, después todo lo que ha pasado, ya no me queda más duda, tú fuiste quién pusiste droga en mi bebida y en la de Tomás, es más estoy segura que tu abuela tiene que ver en todo esto también, atrévete a negarlo. — digo mirándola a los ojos. — Mírame a los ojos y niégame que no fuiste tú la que lo hiciste. — ella baja la mirada sintiéndose avergonzada y eso me basta para corroborar mis sospechas.

Sonrío irónicamente. — Eres una hipócrita. — grito y me mira horrorizada. — Tanto que vociferas de Kendall, " que es una arpía, una mala persona " ¿ Y tú qué Jeimy? No te has dado cuenta que tu odio hacia ella te ha convertido en lo mismo.

— Eso no es así.

— Claro que sí, eres igual o peor que ella, lo que hiciste fue algo horrible, nos drogaste a ambos y me manipulaste para que aceptará casarme con tu hermano, hiciste todo lo posible para evitar nuestro divorcio, ni siquiera cuando presenciaste como tu hermano me trata

cambiaste de opinión, porque la verdad es que no te interesa mi felicidad, ni la felicidad de tu hermano, a ti Lo único que te importa es hacerle de alguna manera daño a Kendall.

— No, yo lo único que quiero es que tú y Tomás estén juntos, que sean felices y....

— ¡Sí de Verdad te crees esa tontería entonces déjame decirte que eres más ingenua que yo! — exclamó ya harta de su actitud. — O tal vez tu odio ya te hizo perder la razón.

— Se que lo que hice no estuvo bien, pero no queria seguir viendo a mi hermano con esa mujer, tu sabes todo el daño que ella me hizo, eres mi amiga, tienes que entenderme, por favor, perdóname.

— Sal Jeimy, no quiero seguir hablando contigo, me duele mucho la cabeza.

— Vivian por favor.

— Sal Jeimy.

— Vivian por favor, somos mejores amigas

—Una verdadera amiga no hace lo que tú a mí, Sal de mi habitación, no quiero verte.

— Vivian.

— ¡Ya basta! — grita la señora Caroll entrando al lugar. — No tienes porque humillante ante está chica, que piense lo que quiere, eres una Jhonson, Jeimy, tren dignidad. — la señora me mira altiva pero yo la miro igual, no voy dejar que me amedrente está vez.

— Sí, Jeimy, no te humilles, después de todo los Johnson son los que humillan no al revés. — digo con rencor. — Apuesto a que usted está al tanto de todo, es más, estoy seguro que todo el plan fue orquestado por usted.

— Así es niña. — me confiesa y asiento.

— Bueno, señora, va a tener que buscar otra mujer con quien casar a su nieto para mantenerlo alejado de Kendall, porque lo que soy yo, no pienso seguir con esta farsa.

— Mira niña, sé que estás un poquito alterada por lo que te ha pasado, pero más te vale que te calmes y que pienses muy bien las cosas.

— No tengo nada qué pensás señora, sé muy bien lo que quiero, y lo que debo hacer, y eso es alejarme lo más rápido que puedas de todos ustedes, ¿ Qué vas a hacer ahora para impedirlo? Ya mi hijo no está ¿ Qué amenaza va a usar para detenerme? ¿Mi madre? Por qué es lo único que tengo ahora, ¿ Acaso va a amenazarme con matarla?

— ¡Vivian por favor que tonterías dices! La abuela jamás haría algo así!

— Tu abuela es una vieja bruja que cree que porque tiene dinero puede manipular la vida de los demás a su a rojo Jeimy, Más te vale que te vayas dando cuenta de eso pronto.— la mujer se mantiene callada, mirándome de manera amenazante. — Quiero que las dos salgan ahora mismo de mi habitación.

— Mira niña, te lo advierto, o dejas tu altanería o...

— ¡Enfermera, Enfermera! — llamo en voz alta, la enfermera entra rápidamente con semblante al alarmado y preocupado. — Quiero que saque a estas dos personas de aquí, y no quiero que vuelvan a entrar.

— Por favor, salgan de la habitación. — les pide la enfermera, la señora Caroll me mira con ira, mientras que Jeimy lo hace con dolor e incredulidad.

— Está conversación no ha terminado niña.

— Por supuesto que si.

Ambas salen del lugar y respiro aliviada.

No seré más la tonta y buena Vivían