La obsesión del mafioso.

En la casa de los padres de Augusto, el ambiente todavía estaba un poco extraño, el almuerzo transcurrió en silencio y todos estaban pensativos, hasta que Alice decidió romper el silencio.

— ¿Ya han pensado en qué van a vestir esta noche? — preguntó a sus padres.

El padre de Alice suspiró y se levantó del sofá, ese tema todavía lo irritaba, así que su madre respondió primero.

— Aún no hemos pensado en nada, podemos elegir algo de último momento, de hecho, todavía estamos tratando de procesar el hecho de este compromiso de tu hermano.

— En este momento Augusto necesita el apoyo de su familia, sé que no va a ser fácil para él esta situación, así que mi hermano nos va a necesitar — intentó convencer a sus padres.

— No estoy de acuerdo, creo que el padre de Pietro tampoco aceptará esta idea, esta noche voy a cuestionar esta decisión.

— ¿De verdad crees que deberías entrometerse? Nuestra familia no está en posición de dar opiniones y lo sabes, además, ¿qué vas a decir? ¿que se quede conmigo en vez de Augusto? ¿Acaso olvidaste que fuiste tú quien dijo que si existía otra forma de librarme de este matrimonio, harías lo que fuera? Mi hermano encontró esa manera, aunque no sea la solución que tú querías, pero sigue siendo una solución, además, ya estoy comprometida con otra persona — les contó de una vez.

— ¿Qué? ¿De qué estás hablando, hija mía? — se levantó del sofá.

Su madre la cuestionó sorprendida por esa novedad y, al igual que su padre, querían saber de qué estaba hablando su hija.

— Pietro canceló nuestro compromiso, pero me comprometió con su hermano, en un año tendré que casarme con él, mientras tanto nos conoceremos.

La madre de Alice se llevó la mano al rostro y pareció afligida, cuando fue a consolar a su madre, sonó el timbre de la puerta y la chica fue a abrir. Cuando Alice abrió la puerta, se encontró con uno de los guardias de Pietro, que de inmediato dijo lo que quería.

— Buenas tardes, el señor Pietro me pidió que viniera a buscar un esmoquin de Augusto, dijo que está en el armario, dentro de una caja.

— Espere aquí, voy a buscarlo.

Alice no quería que él entrara a la casa ni que sus padres se molestaran con esa petición, así que ella misma fue a buscar rápidamente el paquete, encontró ese paquete rápidamente y luego bajó a entregárselo al guardia.

Una vez que el hombre se marchó, Alice habló con sus padres sobre lo que quería, sabía que al principio había sido inmadura con respecto a ese asunto, pero necesitaba ser más sensata, no podía permitir que nadie más se sacrificara por ella y sabía que tenía que enfrentar sus problemas de frente.

— En cuanto a este matrimonio que impuso Pietro, voy a acatar su orden, si no me hubiera comportado así al principio, Augusto no habría tomado una decisión como la que tomó, respecto al compromiso de esta noche, espero que ya estén pensando en qué vestir y estén listos a tiempo, imagino que Pietro enviará a alguien a recogernos, necesitamos estar al lado de Augusto en este momento difícil para él, yo estaré, porque sé que de alguna manera todo esto es culpa mía.

Quería que sus padres fueran conscientes de eso, el prejuicio de su padre en ese momento no serviría de nada, así que al menos tenía que hacer su papel de hermana, su hermano no merecía estar solo en ese problema.

En la casa de Pietro, él se quedó en casa después del almuerzo, él y su hermano resolvieron algunas cosas en la oficina, mientras que Augusto se aburría en esa casa, en ese momento estaba una vez más en el jardín y se encontró con uno de los guardias que estaban de guardia ese día y que ya estaba al tanto de los rumores recientes.

— Mira si no es el protegido del señor Pietro, siempre supe que tenías a alguien detrás de ti, no en el sentido malicioso, por supuesto — sonrió al hablar.

— ¿Puedes ser más claro? No me gustan las medias tintas — Augusto le respondió de manera seria.

— Nunca te destinaron a misiones peligrosas, siempre conseguías días libres con facilidad, siempre parecía haber alguien que te protegía, ¿verdad? Ahora sabemos por qué, ¿no es así? Está claro cuál era el precio que estabas pagando por esa protección.

Augusto no era tonto y entendió lo que el hombre estaba insinuando. Se sintió ofendido porque sugería que ya tenía algo con Pietro antes. No pudo contenerse y le dio un puñetazo en la cara, haciendo que cayera al suelo.

La boca del hombre resultó cortada por ese golpe. Cuando intentó levantarse para contraatacar, fue detenido por otro guardia que sabía que si le hacía daño a Augusto, estaría muerto.