Cuestiones Del Amor

Gerald.

Me pregunto cómo es que la estoy odiando, sí pienso en ella a cada rato. Mejor dicho, no es que pienso a cada rato, es que ella está allí, cómodamente instalada cómo si del dueño de casa se tratase.

En las noches es peor, cuando estoy despierto la pienso y cuando estoy dormido la sueño.

Es así, sueño con todo lo que vivimos en esas pocas horas, es que fue todo tan intenso que solo bastó ese breve tiempo para que invadiera mi alma, mi mente, mi corazón, y todo mi ser. Pareciera realismo mágico.

Además de que soy masoquista, me la paso viendo el vídeo y las fotos, de hecho duermo con sus braguitas alrededor de mi amigo, que si me quedaran, dormiría con ellas puestas. ¡Que locura!. Parece mentira todo lo que se hace en nombre del amor... ¿Amor?... ¿Cómo se puede llegar a creer que se puede sentir éste sentimiento tan noble, bello y hermoso, por alguien a quién recién se conoce, y con la que supuestamente solo hubo sexo del bueno que compartieron por unas horas?... Es la interrogante que me hago, pero la única respuesta que obtengo es que cuando el amor llega, llega, y ya. Y cómo dijo alguien:

"No tiene horario, ni fecha en el calendario"**

Lo cierto es que me enamoré, y por eso es que estoy tan mal por todo el engaño, me siento tan vulnerable con toda ésta situación, y precisamente yo, que soy todo un hombre hecho y derecho. Un hombre que quizás muchos verán con admiración y respeto, como por ejemplo, lo que me expresaron en éstos días cuando me invitaron como ponente a un foro sobre la importancia del empresariado en el país, allí hubo destacadas personalidades importantísimas, y al finalizar mi intervención recibí aplausos y comentarios muy positivos, y sin embargo, a pesar de todo, me siento tan débil e inferior ante todos éstos recuerdos.

La tarde en qué hice que viera el tatuaje, cuando ella tomó mi mano, sentí esa electricidad, esa conexión tan especial, esa energía que por nadie había sentido antes de conocerla. Es más, lo que deseé en ese momento, fue olvidarme de todo, abrazarla, besarla y expresarle todo mi amor. O sea, que quise hacerla sentir mal y el que salió mal fui yo.

Me salió el tiro por la culata.

Lo cierto es que me tiene casi trastornado, tanto, que incluso hasta la he seguido en varias oportunidades cuando sale de la oficina. Me he podido dar cuenta que su rutina prácticamente es la misma todos los días. Llega a su casa y ya no sale mas, de hecho me he quedado por horas esperando dentro del auto, y nada que se ve que vuelva a salir. Es muy casera.

Pero cuando pienso en todo lo que hizo, no puedo evitar llenarme de odio, porque sé, que todo lo hizo, cómo dijera un abogado: "con premeditación y alevosía"

Sé qué tengo que hacer que pague, lo prometí, y lo cumpliré, llorará lágrimas de sangre.

Hoy cuando llegué a la oficina me dirigí de una vez a la sala del café. Escucho a las chicas conversando muy animada y disfrutando su desayuno. Hablan de un hombre en particular pero muy emocionadas, y antes que digan algo subido de tono las saludo.

—Buenos días chicas.

—Buenos días buenmozo — me dice Nairobi, la más osada de todas.

—¿Y a qué caballero están descuartizando?

—No señorito, nosotras no hacemos eso con los bellos bellos de éste mundo mundial «jejeje».

—Ah, pero a mí me pareció.

—No Gerald. Es que un papacito qué está más bueno que comer con las manos, trajo ésta mañana a Elizabeth. Pero te juro que ese tipo no es de éste mundo, no tiene desperdicio.

—Ah ok, ¿y que? — ¿es su novio? — Les digo casi con rabia.

—Le pregunté, y solo dijo que es un amigo, pero yo no me como ese cuento, primera vez en tantos años que alguien la trae, y te aseguro que si no es su novio, pues está interesado en ella — dijo Ginette .

—Es lindo se parece a Ozuna. Pero Gerald, no está más bueno que tú, te lo aseguro. — dijo Nairobi. Ésta chica es una cosa seria, si yo le diera oportunidad, ya me hubiese llevado a su cama.

Bueno, salgo de allí un poco descompuesto, voy directo a su oficina y de una vez digo:

—Buenos días. Oye, Elizabeth, no te comprometas a mediodía para que almorcemos juntos. Tengo que hablar contigo un asunto.

—¿Que? — No puedo, ya tengo un compromiso para esa hora.

—Pues lo cancelas. Vendré por ti a las 12.

Regreso a mi oficina con un sabor amargo, o sea, tenía una invitación, seguro con ese tipo, quien sabe quién carajos será, recordé lo que las chicas dijeron que se parece a ozuna, por supuesto he escuchado las canciones de éste cantante, pero no sé cómo es físicamente. Así que lo busco en Google, y veo sus fotos, ah ok, si el tipo ese, se parece a éste, no estaría mal para las chicas, pero no para la mia, de paso dicen que tiene ojos claros. ¿Y que?. Gran cosa, yo los tengo grises.

Antes de las 12, llamé a su extensión, pero no contestó ella. De igual manera pregunté, y para mayor rabia me dijeron que ella había salido hace menos de diez minutos.

¿Que?... O sea, que no aceptó mi invitación y me dejó plantado. ¿Pero qué se ha creído ésta mujer?

Pues no salí a almorzar. Esperé a que regresara. Vi cuando llegó y para mayor bronca, sonriente con una rosa en sus manos. No cabe duda que estaba con ese tipo, pues bueno, me dirigí a su oficina y le dije:

—Elizabeth, te dije que vendría por ti a las 12.

—Ah si, pero yo salí unos minutos antes.

—Si, pero te dije muy claro que cancelaras tu cita.Yo tenia que hablar contigo.

—No, no tenía porqué cancelar mi cita.

—Claro que si. Yo soy tu jefe.

—Mire señor Hans, voy a decirle algo con todo el respeto que usted se merece. Si usted quiere hablar conmigo sobre trabajo, puede hacerlo aquí en donde quiera, en el auditorio, en su despacho, en la biblioteca, en la sala de conferencias, en el archivo, y hasta en el baño si así lo prefiere, pero aquí hable lo que tenga que hablar, ya que usted es el dueño y es mi jefe. Sin embargo fuera de éste edificio usted ante mis ojos no es más que un ciudadano común y corriente, y yo por supuesto puedo hacer lo que quiera. En éstos años que tengo trabajando aquí, no he tenido ningún incoveniente con nadie, he sabido respetarlos a todos, y no tengo que ver con la vida de los demás, ya que sencillamente no me interesa. Así que por favor respete mi tiempo y mi espacio, y espero le quede claro. Otra cosa, si usted después de esto, quiere despedirme, puede hacerlo, total, la empresa no ha firmado un contrato de perpetuidad conmigo, ni yo con la empresa —¿Tiene algo más que decir?

Me he quedado asombrado, sin palabras. No le importó hablarme en ese tono delante de sus compañeros y de algunos qué observaban la situación, tan solo le dije

—Está muy bien Elizabeth, de todas maneras en un rato ven a mi oficina para hablar contigo — hablé en un tono sumamente serio como dándole a entender mi superioridad y autoridad. Ahora siento que la estoy odiando más, sentía tanta rabia, que si me pinchan no saldría ni gota de sangre. Además, prefirió irse con ese tipo, es así que lo que me da a entender, es que, ni siendo Elizabeth, ni siendo Ada, soy importante para ella.

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Nota de autor:

Hola hola .

¿Qué les está pareciendo la historia hasta ahora?

Imagino que un poco fuerte sobre todo para lectores muy sensibles. Sin embargo los invito a que prosigan leyendo que los próximos capítulos son decisivos.

La frase a que hago referencia:

"No tiene horario ni fecha en el calendario", pertenece al tema Caballo viejo del cantautor venezolano Simón Díaz, canción que ha sido interpretada en muchos idiomas, e incluso por Ray Conniff. Los invito a que la escuchen.

Recuerden:

La lectura es cultura