Lucía, luego de morir despierta en la última novela que leyó, pero lo más extraño de todo eso fue que despertó en el personaje que más odiaba...
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capítulo 12
El príncipe Esteban, se encontraba mirando desde lejos a Sarah cuando de pronto escucho a unas señoritas decir.
— Escuche que la señorita Milton quiere cancelar el compromiso con su Alteza... se dice que tiene otro pretendiente que ha estado cortejándola por meses y que puede que sea un noble de alto rango del imperio vecino.
— Yo escuché que el conde Ferreira visita mucho el ducado últimamente y es el quién ha estado cortejando a la señorita Milton.
— Tal vez al ver que su prometido estaba insatisfecho con su compromiso decidió buscar atención de otros jóvenes. Miren lo hermosa que se ve esta noche, la señorita Milton es hermosa, cualquier hombre de este o cualquier imperio se sentiría orgulloso de poder cortejarla, sin contar que proviene de una de las mejores familias de este imperio...
Esteban quien ya no podía soporta escuchar más, se acercó a su prometida y al ver como bailaba con un joven Lord dijo.
– Compromiso caballero, quiero bailar una pieza con mi prometida.
Sarah se despidió del joven y tomando posición de baile nuevamente con su prometido, empezaron a bailar. De pronto escucho al príncipe decir.
— Hace mucho que no viene a visitarme al palacio señorita Sarah... ¿Hay algo que esté impidiendo hacerlo?
Sarah sin mirarlo al rostro, puesto que estaba muy nerviosa, solo contesto vagamente.
— Sí, he tenido algunos compromisos últimamente.
— ¿Qué clase de compromisos son eso?
Sarah al escuchar que la pregunta parecía ser de alguien que estaba enojado miró de reojo al príncipe y contestó.
— ¿Por qué el interés ahora alteza? Nunca se ha interesado por mis actividades...
Esteban al ver que la joven parecía evadir directamente su pregunta, la apretó un poco más contra su cuerpo y dijo.
— Me interesa saber por qué tú eres mi prometida...
Sarah al tener tan cerca a Esteban y comportándose de esa manera dijo.
— Alteza por favor, las personas nos miran.
Del otro lado de la pista, Dayana sonreía por cómo el príncipe se comportaba, pero al ver como este se estaba empezando a enojar, camino hasta llegar al joven duque y dijo.
— Joven Milton...— Víctor quien se encontraba hablando con algunos nobles volteó y al ver quien lo llamaba se acercó un poco más— ¿Le gustaría bailar?
Víctor quedo sorprendido por esta propuesta y al ver como los demás lo miraban rápidamente dijo.
— Sí...
— Muy bien, usted invite a bailar a su hermana antes de que su Alteza la mate por lo que acabo de hacer...– Víctor miro de reojo a los príncipes que bailaban y al ver la cara que tenía su Alteza preguntó.
— ¿Qué hizo?
— Digamos que capte la atención de su Alteza hacia su hermana, pero... ella aún no lo sabe, vaya a rescatarla.
Víctor frunció su rostro y antes de ir con su hermana dijo.
— Usted y yo hablaremos luego de esto.
Sin más Víctor camino hasta llegar a los príncipes y sacando a bailar a su hermana la apartó del príncipe quien parecía estar muy enojado. De pronto su vista se volvió a cruzar con la de Dayana y caminando en su dirección se acercó a ella. Dayana ya se esperaba esto por eso en cuanto lo vio mantuvo la calma y espero a que llegara. Cuando ambos estuvieron frente a frente, el príncipe habló.
— Señorita Lauren, esperaba el momento en que pudiera sacarla a bailar. Le gustaría bailar una pieza conmigo...
– Lo siento alteza, lamento tener que rechazar su propuesta...
El príncipe miró extrañado a la jovencita y dijo.
— ¿Vino acompañada esta noche?
— No, pero espero que la persona que me interesa me tome enserió. Quiero que vea que no tengo ojos para nadie más.
El príncipe sonrió por lo inocente que parecía ser Dayana y agregó.
— Entiendo, pero tal vez no la note si se queda esperando, debería ponerse en un lugar donde él pueda admirar más su belleza.
Dayana sonrió por las palabras tan rebuscadas del príncipe y agregó.
— Tiene razón, porque esperar a que él me invite a bailar, puedo invitarlo yo.— Sin más Dayana inclinó su cabeza y dejando al príncipe con su mano extendida, volteó a ver a los jóvenes que estaban con víctor y al ver al ministro de guerra y a su hermano allí, camino hasta llegar a ellos y dijo.
— Por favor, ayúdenme, no quiero bailar con su Alteza...
Cristian al ver esto miró por encima de la chica y agregó.
— Parece estar enojado... ¿Qué le hiciste?
— Rechace su oferta de bailar, no me interesa ser otra de las que quiere lucirse esta noche.
Cristian al ver que el príncipe decidió seguirla dijo.
— Pues parece que no lo has hecho bien, porque vienen hacia acá.
Pronto el príncipe se quedó parado junto a ellos y Dayana dijo.
— ¿Qué dice joven Ferreira, acepta un baile conmigo?
Cristian al ver como la chica parecía tener agallas sonrió, pero antes de poder contestar la voz ronca de su hermano se escuchó detrás de él diciendo.
— Por supuesto que me encantaría bailar con usted.
Sin más dio un paso al frente y extendiendo su mano llevó a la señorita Lauren al centro de la pista. Los nobles miraban a la pareja maravillada, puesto que el ministro de guerra jamás había sacado a bailar a ninguna jovencita y al ver que la señorita con la que estaba bailando era algo joven los comentaba de los nobles no se hicieron esperar.
Dayana por su parte intentaba concentrarse en no pisar al ministro cuando de pronto escucho.
— Mireme a mi...
— Tengo miedo de pisarlo.
— No importa si lo hace, solo mírame.
Dayana levantó la vista y al ver que los profundos ojos negros del ministro solo la miraban a ella se sintió algo intimidada. Pronto escucho nuevamente su voz preguntando.
— Veo que en verdad es leal a la amistad que tiene con la princesa, pero no está bien ir por ahí invitando a hombres solteros a bailar.
— ¿Por qué lo dice? ¿Por qué soy mujer?
Stefan miró serio a Dayana y contestó.
— Lo digo por qué primero invito al joven duque Milton...
— Le pregunté si quería salvar a su hermana. El príncipe parece estar furioso por lo que hice y por eso...
— ¿Qué hizo?
– Nada del otro mundo— El ministro la miro con más seriedad y esta agregó – Quisas invente un rumor de que la princesa tiene otro pretendiente y que se está replanteando el compromiso con su Alteza...
El ministro al oír esto, frunció su rostro y contestó.
— ¿Por qué hizo algo como eso? Sabe en los problemas que puede meter a la señorita Milton por esas declaraciones — Dayana al ver que esto lo había enojado, miró intrigada al ministro y sin reparo preguntó.
— ¿A usted le interesa ella verdad? — El ministro detuvo su paso y mirando enojado a la señorita Lauren dijo.
— No sé dé donde saca todas esas ideas extrañas usted, pero será mejor que deje de inventarse ideas extrañas.
— Tranquilo su secreto está a salvo conmigo. Por otra parte, solo quería que el príncipe se diera cuenta de que mi amiga no es ninguna tonta, si ella quisiera tendría a todos los jóvenes de esta corte cortejándola. Además, es solo un rumor inocente no creo que pase más que esto.
El ministro al ver lo que la jovencita decía, agregó.
— Será mejor que esto no manche la reputación de la princesa, o me veré obligado a decir la verdad.
Sin más la música termino y cuando ambos se despidieron, Dayana volvió junto a su padre y hermana aún confundida por todo lo sucedido. Parecía que con solo cambiar su intención no era suficiente, el príncipe parecía estar interesado en ella aunque ella lo rechazara, y el ministro parecía ser que desde antes que se casara con la señorita Milton, él ya la amaba, la trama parecía ser tan fuerte que tenía que pensar en hacer cambios más radicales si quería que su destino cambiará. Ella era la protagonista, pero no quería terminar con un príncipe idiota por esposo, tampoco quería perder su amistad con Sarah, todo esto le estaba causado tanto dolor de cabeza, que en cuanto pudo interrumpir a su padre de sus conversaciones, le pidió volver a su hogar, puesto que no se sentía bien y quería descansar.