_Princesa, llegó la hora de que vuelvas a tu hogar, es allí en dónde me encargaré de mostrarte la verdad.
_Eras tú el que estabas ese día allí. Jamás podría olvidarlo. No olvidaría jamás la voz del sujeto que juró quitarme la vida.
Me llamo Alice o al menos así me conocen los mundanos y mi historia no es cómo la de cualquier otra chica, un misterioso secreto y una terrible promesa me llevarán a desenterrar los secretos escondidos de mi verdadera sangre. Los oscuros deseos, la codicia, la ira y la pasión serán los encargados de llevarme por el camino de mi verdadera identidad.
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Capítulo 2
Luego de que mi madre me sacara como a un maldito perro de su habitación, sentí que algo en mi se habia quebrado. Sentí que mis ojos se llenaron de lágrimas y las contuve, pero era demasiado. Sentí como que algo en mi interior lentamente se quebraba, la decepción y el dolor se apoderaban poco a poco de mí, las últimas esperanzas que mi corazón guardaba y todo lo que me hacía amarla y tenerla como el centro de mi mundo, se desvaneció. Todos los sentimientos de amor que tenía hacia mi madre simplemente se destruyeron o apagaron, así de fácil, así de rápido; como cuando destruyes ese enorme castillo de naipes, asi de rápido se destruyeron mis sentimientos hacia mi madre. Creo que esta última acción de mi madre fue el punto límite, fue lo último que necesitaba ver y sentir para así abrir los ojos por completo. Aún me pregunto ¿porqué aguanté tanto tiempo?.
Iris sólo Iris, así la llamaría de ahora en adelante, solamente es la mujer que me parió. Si pudiese contarle esto a alguien tal vez no me sentiría tan cargada y sola, pero no tengo a nadie y el contar estás cosas sería muy difícil. Si tan sólo tuviese alguien en quién confiar plenamente cómo una amiga, un amigo o incluso una mascota, harían de mi existencia menos despreciable. No puedo confiar por completo en nadie, por más que lo intente me cuesta hacerlo. Me guarde tantas cosas, cosas horribles me pasaron y nisiquiera en esos momentos Iris estuvo para apoyarme, ojalá mi querido padre estuviera vivo en lugar de ella, desearía que ella hubiese muerto en aquel accidente y no él.
Mientras me encontraba pensando todo esto, sentada tras la puerta del cuarto de Iris me doy cuenta de la hora. Corro a mi habitación y estando allí me apresuro a tomar mi ropa limpia para ir a bañarme, tengo turno doble está noche en el Bar ya que al fin dejaré de estar trabajando solo como la actúal lava platos ya que hoy es mi primer día como mesera y debo darme prisa. Entro a darme una ducha, tomo la esponja y el jabón para así empezar a lavar cada parte de mi cuerpo, pero en un momento toco mi muslo izquierdo y logró sentir la cicatriz, esa maldita marca con la que he nacido y la cuál me atormenta desde que tengo memoria, está vez la toqué con mis manos y no con la esponja. No logro sacar eso de mi mente, nisiquiera se que es pero atormenta de ves en cuándo mi mente. Golpeo con fuerza la pared del baño y empiezo a sentir mi corazón latir más rápido, siento como si me estuviese ahogando, como si en cualquier momento fuese a caer, el dolor empieza a inundar mi corazón e incluso me mareo. Gritos sólo escucho mis gritos y esa voz desagradable en mi mente, el olor a sangre me envuelve nuevamente y me quedo allí arrodillada en el baño ante los recuerdos de un pasado del cuál nisiquiera sabía que tenía. Controlo las voces en mi cabeza y trato de regresar al presente pero me cuesta, mi mente y mi cuerpo el cuál está completamente desnudo, sólo recuerdan esa maldita masacre.
_Necesito calmarme -me repito una y otra vez mientras intento ponerme de pie- Poco a poco me recupero, creí que el momento que hasta hace unos momentos pase con Iris era todo lo que pasaría, pero me equivoque. Mi cuerpo se encargará de recordarme lo sucedido en esa vida siempre. Lo que sucedió aquel día no lo puedo olvidar, es cómo si estuviera maldita. ¿Acaso mi maldición es cargar con recuerdos de otra vida.?
Con mi corazón aún algo pesado me termino de duchar, me seco y rápidamente me visto y salgo de la habitación. Paso por la habitación de Iris y veo la puerta abierta, me pregunto dónde estará y rápidamente me respondo a mi misma, sólo salió a buscar en la nevera algo de beber, ¿donde más iria? -Al pasar por la cocina la veo bebiendo tal y como lo suponía. Me avergüenza que sea mi madre, me avergüenzo de ser su hija.
_¿A dónde vas Emma? -La escucho decir mientras se acerca a mi lentamente, a pesar de su estado y de ser como es, siempre me parecerá una de las mujeres más bellas. No sólo digo esto porque Iris sea mi madre, pero sus ojos cafés van a la perfección con su cabellera rojiza y esa perfecta marca de nacimiento sobre su ojo derecho, la hace ver misteriosa y aún así bella. Ojalá pudiera ser alguien distinta pero no lo es. Nisiquiera es capas de demostrar amor hacía ella misma.
_Voy al trabajo ya lo sabes. -Le respondo en tono frío y distante. ¿Porque? ¿Porque no puedo ser más ruda con ella, cuando ella ha sido una de las personas que siempre me ha despreciado?. Me doy la vueltay sin agregar más me dirijo al Bar.
Suspiro y miro al cielo, falta poco para que empiece a anochecer y estoy llegando tarde. Debí haber traído una chaqueta ya que el aire está cambiando y siento escalofríos al sentir el viento, aúnque siendo sincera no me importa, porque amo sentir el viento frío aunque me de escalofríos a veces y adoro la lluvia. Si me protejo de la lluvia o incluso del viento es sólo para no enfermar, ya que si enfermo nadie cuidaria de mi Y podría perder mi empleo. Sé que Ana y Clarice me aprecian pero no podría abusar de su confianza nunca.
Deseo que la noche termine rápido, para mí es un día más como cualquier otro, nadie sabe que hoy cumplo años. Tampoco podrían saberlo ya que no le veo sentido decirlo a todos. Ana me ha preguntado varias veces pero siempre consigo la manera de librarme de responder.