Deseo Prohibido

El lunes temprano salí de casa, necesitaba un abrazo, me sentía mal, pero no quería contarle nada a Ethan que pensaría el de mi, si mi madre piensa que soy una cualquiera.

El me miró y corrió a abrazarme.

Apenas sentí sus brazos llore como una niña.

- ¿Tanto me extraño señorita, o que le pasó?

No podía hablar, estaba muda, solo lloraba.

- ¿Tranquila que paso, respira hermosa?

- Discutí con mi madre, sobre un problema familiar, al grado que ella me odia y no me mira.

- tranquila se le va olvidar, tu mamá te quiere mucho.

El me secaba mis lágrimas.

- no te vez linda cuando lloras, dijo sonriendo.

Volví a llorar

- perdón linda, sabes que es broma hermosa, solo no me gusta mirarte llorar, jamás lo había visto y me duele mirar que sufres Bianca, el se acercó a mis labios.

- Vamos princesa que puedo hacer para mirar una sonrisa.

- Solo abrázame, dije mientras lo abrazaba con fuerza.

- Tengo un cirugía en una hora, que te parece si dejamos el curso pendiente, mejor pasamos ese tiempo juntos tu y yo.

- ¿seguro?

- Si ven vamos a comer algo por qué creo que llevas días sin comer, te miras débil.

- Caminamos juntos a la cafetería que está a unas calles del hospital.

El pedía por mi yo no tenía hambre pero el tomaba la comida con la cuchara y la metía en mi boca.

- Yo puedo Ethan, gracias.

- Solo quería consentir a saltamontes.

Lo besé.

- Te extrañe hermosa.

- Y yo

Todas las mañanas iba a desayunar con el, a veces entrábamos a ver una película en el cine con la función matutina.

Tomábamos café mirando los patos del lago que estaba frente al hospital.

El me contaba sobre sus casos clínicos, siempre me abrazaba de manera dulce.

Nos besamos cada 20 minutos, nos reíamos juntos, termino el verano, solo era feliz estando lejos de mi casa, todo era diferente mi madre no me hablaba y mi papá discutía todo el tiempo con ella.

Las clases comenzaron, entre de nuevo a prácticas pero está vez Ethan ya era médico de base y las prácticas eran en el servicio de ginecología.

Ahí me tocó trabajar con la Doctora Dalila, ella fue alumna de mi madre así que como sabrán me trataba bien, siempre decía que mi madre era grandiosa. Cada que decía algo de mi madre me dolía porque sabía que mi madre aún seguía enojada conmigo.

Estudiaba mucho, por alguna razón me encantó este servicio, me di cuenta que era buena, al grado de que atendía partos sola, claro con la supervisión de Dalila, me di cuenta que eso lo herede de mi madre, ella amaba tanto su profesión que tenía una foto del primer bebé que recibió, Dalila me tomo una, pero no sé la enseñe a mis padres, ellos aún seguían discutiendo y yo me sentía culpable, buscaba la mirada de mi madre pero ella procuraba no estar en casa y mi padre también, quería recuperar a mi familia pero era imposible mi papá decía que todo estaba bien pero viajaba todo el tiempo.

Mi mamá se encerraba en su habitación, para no mirarme.

Decidí pasar más tiempo en el hospital, Ethan y yo nos mirábamos solo por las noches, el ya tenía otro cuarto de descanso este era su oficina.

Todo el hospital sabía que el y yo teníamos una relación, así que nadie miraba raro que yo entrara por las noches a su oficina.

Yo contaba con un juego de llaves, porque en ocasiones el se quedaba dormido profundamente y no me escuchaba cuando tocaba.

Aún no tenemos sexo, la verdad no lo deseo, una parte de mi está apagada, se que el me desea lo miro en sus ojos y también en la manera que me besa, le dije que aún no estaba lista, el me dijo que sería paciente.

Pero dormir juntos nos encanta, sentir el calor y sus brazos sobre mi, me dan paz.

Termine ese año escolar, con mi alma rota, mi familia estaba destruida y aún había algo que no podía quitarme de la mente, lo que el pronunció esa tarde a mi madre.

Que me amaba y que lo que tuvimos no fue calentura.

El confesó su amor a mis padres sin miedo, el había logrado lo que yo no podía ser libre y decir lo que siento.

No se si aún en mi corazón hay sentimientos por el, pero mi cabeza es difícil de dominar, las letras de la nota retumban en mi mente y sus palabras, se que el también debe estar sufriendo, yo dejé de hablar con Ramiro y Romi solo me dijo que el se alejo de ellos.

Salía de Tococirugia, cuando vi a una residente coqueteando con Ethan.

Me di la media vuelta y suspire.

Después de media hora salí de ahí, subí a la oficina de Ethan, tome mi mochila, le dejé las llaves en su escritorio y una nota.

*Voy a dormir en casa*

Al día siguiente baje del auto y el estaba parado en el estacionamiento.

-Olvidaste las llaves, dijo el abrazando por atrás.

- te vi ayer ocupado con una residente y pensé que lo mejor era dormir en casa.

- ¿Estás celosa saltamontes?

- No dije mirando su rostro sería.

- Amor por favor solo me preguntó sobre un medicamento.

-Pues que estudie la burra, dije enojada.

El me besó, yo lo mordí.

Me prende mirarte celosa.

- Déjame en paz, lo empuje.

Entre al hospital y el iba atrás de mi, entre a mi servicio.

En pocos minutos el invito el café para todos los del servicio y donas para todos.

- Gracias doctor, le gritaban las enfermeras.

- Este es para ti, decía Dalila

En el vaso, tenía escrito.

- Te amo saltamontes, no lo olvides.

Sonreí, era la primera vez en estos meses que el me decía que me amaba.

Al salir estaba parado con su sexi camisa, con un vaso de café.

Se acercó yo seguía caminando, tome el elevador y el subió sin decir nada.

- vamos saltamontes, no me vas aceptar el café.

Yo no decía nada y seguía sería.

- ok, si quieres que no hable con las residentes lo haré.

Llegamos al piso de su oficina, me pare frente a su puerta.

El abrió la puerta, yo entre deje mi mochila me quite la bata.

El saco unos papeles y me ignoro, se sentó en su sillón con los papeles en la mano.

Yo se los quite y el me miró.

- Bianca no hice nada malo.