La Esclava Del Emperador

Sara llega a la cocina, en las últimas semanas las chicas casi no la habían visto, pues siempre salía muy temprano en la mañana, y ya extrañaba conversar con ellas.

- ¡Sara!, pero que guapa te ves _ exclama Olivia al verla.

- vaya asta pareces una princesa, asta me avergüenza lucir así en tu presencia _ agrega Emily tomando su delantal y Olivia ríe por su expresión.

- por favor, no digan eso _ sonríe _ ustedes son muy hermosas.

- no tienes que devolver el cumplido, no necesitas mentir _ dice Emily y cambia su expresión por una sonrisa.

- no miento _ busca un lugar para sentarse.

- dime Sara, ¿por qué usas ese vestido tan lujos y esas joyas? _ pregunta Olivia maravillada _ es acaso que el emperador pidió tu mano _ muestra el dorso de su mano con una radiante sonrisa.

- no digas tonterías, por tu culpa y la de tus cuentos me he metido en varias confusiones con su majestad _ cubre su rostro al recordar lo sucedido en la asamblea semanas atrás, o lo de la confesión que al final no lo era _ el señor Franklin me dijo que usara el vestido para asistir a la asamblea, dijo que si lucía como un igual no me irespetarían más.

- ¡AH! _ grita emocionada asustando a Emilio y Sara _ es verdad hoy terminaban tus pruebas ¿cómo te fue?, anda dímelo todo _ la sacude entusiasmada.

- Olivia, déjala la vas a marear _ la reprende Emily _ aunque tienes razón, Sara tienes que contarnos todo con detalle, dime ¿cómo quedaron sus caras cuando vieron tus asombrosas calificaciones?

- seguro se cayeron sus anteojos, no, seguro se desmayaron por la vergüenza _ ríe Olivia.

- bueno, no exactamente _ baja la mirada, triste _ fue muy diferente.

- ¿qué?, esos viejos tontos se atrevieron a desperdiciar tu talento, iré a hablar con ellos ahora mismo y dejarles en claro lo talentosa que eres _ dice Olivia y se encamina a la puerta pero Emily la toma del brazo.

- ¿qué vas a hacer, darles con el plumero? _ la suelta y se acerca a Sara _ bueno, Sara tal vez hoy no lo lograste, pero recuerda que todavía estarás a lado del emperador, ya tendrás una segunda oportunidad, digo alguien que puede poner a Lilit en su lugar sin ser castigada por la señora Bárbara tiene que ser lo suficientemente inteligente para lograrlo todo _ le guiña un ojo.

- yo nunca dije que no me hayan aceptado, de hecho a partir de mañana seré la nueva asistente del emperador de Garnet _ sonríe.

- AH _ gritan ambas con mucha alegría mientras saltan como niñas.

- lo sabía, yo sabía que lo lograrías _ dice Olivia.

- muchas gracias, de verdad me hace muy feliz que me apoyen y confíen en mí, son las mejores, mis amigas _ las abraza _ y les aseguro que haré todo lo que pueda para que ustedes también logren avanzar.

- bromeas _ se aparta _ lo que tienes que hacer es conquistar al emperador, ya que él no se anima, hazlo tú _ sonríe y le da un golpe leve con su codo _ nosotras estamos bien.

- Olivia por favor no digas tonterías, si yo le llego a decir cualquier frase melosa a su majestad es probable me lance por una ventana como quiere hacer con la señorita Marion.

- ja, ja, ja, ja, Olivia tiene razón, no tienes que preocuparte por nosotras, lucha por ti.

- lo ves, si Emily está de acuerdo es porque tengo razón, además he escuchado a decir a las doncellas antiguas que desde que llegaste el temperamento de su majestad es mucho mejor, y que el nunca ha permitido que nadie esté a su lado como lo hace contigo _ coloca sus manos en sus mejillas _ es obvio que la flecha del amor ha traspasado su frío corazón de hielo.

- yo no dije eso _ replica Emily.

- ja, ja, ja, hay una cosa en la que tienes razón, tiene un corazón de hielo, y no le importan mis sentimientos _ recuerda las veces en que la ha dejado esperando un beso.

- di lo que quieras, pero cuando ustedes se miran las estrellas brillan en todo su esplendor.

- ja, ja, ja, ja, deberías dedicarte a hacer teatro o a escribir novelas, eres muy buena inventando dramas.

- dejando de lado las fantasías de Olivia, ¿te gusta su majestad? _ la pregunta de Emily sorprende a Sara.

- bueno... yo _ llegan a su mente las imágenes de Connor _ es un hombre de carácter, no le gusta que fallen, pero es dedicado a su trabajo, nunca sonríe, pero cuando llega hacerlo es inevitable no sonreír con él, tiene la imagen de alguien frío, pero en realidad hay alguien completamente diferente en su interior, él es...

- Sara, te pregunté si te gusta, no como es él.

- eh, je je je _ desvía la mirada _ yo... creo que sí _ susurra.

- no te escuché, ¿que dijiste? _ interrumpe Olivia.

- si me gusta _ vuelve a susurrar.

- Sara no tengo un oído super desarrollado, ni mucho menos leo la mente, podrías decirlo más alto _ insiste.

La presión pone nerviosa a Sara y termina gritando _ SI SU MAJESTAD ME GUSTA Y MUCHO.

- ah, yo lo sabía _ dice Olivia _ y todavía mejor porque a él no le eres indiferente.

- Olivia, por favor calla, decir esas cosas te va a meter en problemas a ti o a Sara, somos esclavas, no lo olvides.

Sara solo se recuesta sobre el sofá, pero Olivia no se queda en silencio _ y que, Sara ya no es como nosotras, a partir de mañana ella será como cualquier otro ciudadano, ella ha logrado lo impensado para cualquiera que no fuese de la nobleza, incluso para cualquier mujer, ganar el corazón de un emperador le será muy sencillo, así que no debe avergonzarse de sus sentimientos _ sonríe.

- QUÉ ESTÁ PASANDO AQUÍ, A TRABAJAR _ grita la señora Bárbara.

- estamos en nuestro descansando _ réplica Olivia.

- el descanso ha terminado, a trabajar todas _ mirada fulminante.

- si señora _ dice Emily y hace una reverencia para salir de la cocina, Olivia se molesta, pero hace lo mismo.

- señorita Sara, no escuchó, a trabajar _ intenta levantarla, pero Sara se enoja.

- su majestad me dio el día libre, lo que significa que no tengo que hacer nada _ desafiante.

- la comida será preparada en un momento, y ya que estás aquí, ayudarás _ le mantiene la mirada.

- ¿desafía una orden imperial?

- yo decido sobre el personal.

- bien _ sonríe al ver a alguien a las espaldas de la señora Bárbara _ entonces está diciendo que debo obedecerla a usted sobre la orden de su majestad, porque usted decide sobre el personal.

- la señora Bárbara no está por encima de su majestad _ dice Franklin dejando muda a la señora Bárbara.

- fa... fa... Franklin... yo.

- no necesitas explicar nada, he escuchado todo, me parece el colmo que tu visión se nuble a tal punto que quieras pasar por encima de una orden imperial, solo porque odias a la señorita Sara _ molesto.

- no creí que dijera la verdad, podría ser un truco para no trabajar.

< oiga, cuando he hecho algo así > le lanza una mirada de enojo.

- para su información, a partir de mañana la señorita Sara formará parte del consejo, como la asistente de su majestad, dudo quiera buscar escusas que bajarían el alta estima que el emperador le tiene.

- eso es imposible, ella no es nada, es una simple esclava y nada más _ hace énfasis en esclava.

- pues ya no _ sonríe _ mañana seré la esclava que se convierte en asistente _ guiña.