Nelly es una elfa a quien el destino le ha jugado una mala pasada, siendo engañada por su hermana, ella se ve envuelta en una situación tensa. ah pasado la noche en la habitación de un hombre al que no conoce. Al perder su honor es exiliada de su familia. Cuatro años después regresa por trabajo acompañada de un pequeño niño, y siendo acosada por un hombre que solo quiere pagar una deuda, por petición de su abuela... Ellos no sabían que sus destinos ya habían sido marcados por el lazo de un Después.
NovelToon tiene autorización de KeliindA RojanO C. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
tarjeta de crédito
El hospital quedó atrás, y con él, el aroma a desinfectante y la tensión silenciosa. Mi siguiente parada: la trinchera familiar. La casa de la abuela. Sabía lo que me esperaba. Una cena, sí, pero también una sesión de "asesoramiento matrimonial" forzado.
Al abrir la puerta, el olor a comida casera me envolvió. Mi abuela estaba en la cocina, tarareando una vieja canción. Se giró al oírme, y sus ojos se iluminaron.
—¡Mi Skailer! ¡Por fin! ¡Ya estaba preocupada! ¡Ven, siéntate, la cena está lista!— Su voz era un bálsamo, pero sabía que la calma era solo la antesala de la tormenta.
—Abuela, ¿Que haces cocinando? No debes esforzarte, para eso tienes empleadas—
—Hay hijo, me gusta hacerlo y quería consentirte. Ve a sentarte—
Me senté a la mesa riendo e intentando relajarme.
Comimos juntos y tranquilos hablando de algunas cosas de trabajo y demás.
Y entonces llegó.
Justo después del postre, con la taza de café en la mano, mi abuela me miró fijamente. —Skailer, mi niño... ¿Y Nelly? ¿Ya hablaste con ella? Sabes que no hay otra mujer para ti. Ella es la indicada. ¡Es una buena muchacha! ¡Tan educada, tan de casa!—
Respiré hondo.
Esto era un clásico.
—Abuela, ya te dije. Estoy haciendo lo que puedo. Pero Nelly... ella no se quiere casar. Ni siquiera me soporta, para serte sincero—
Ella negó con la cabeza, y su ceño fruncido. —¡Tonterías! ¡Eso es porque no te esfuerzas lo suficiente! ¡Una mujer siempre cae, Skailer! ¡Solo tienes que conquistarla! ¡Llévale flores, escríbele cartas! ¡Es imposible que Nelly no caiga enamorada de ti! ¡Mi nieto es el más guapo y el mejor partido de todos!— Su voz era una mezcla de amor incondicional y una fe ciega en mis habilidades de "conquistador", que, claramente, no coincidían con la realidad.
Intenté cambiar de tema, desviando la conversación hacia mi trabajo, pero ella era implacable. —¡El trabajo puede esperar! ¡Nelly no! ¡Tienes que pensar en tu futuro, en una familia! ¡No quiero irme de este mundo sin verte casado con una buena mujer como ella!—
La presión era real.
No podía decirle lo de Selene, lo que pasó hace cuatro años, lo del accidente. Eso le provocaría un infarto, seguro. Para ella, el mundo giraba alrededor de Nelly y nuestro supuesto matrimonio.
—Abuela— dije, forzando una sonrisa. —Estoy en eso. Es un plan un poco más... complejo. Como un juego de estrategia. Hay que mover las piezas con cuidado. Nelly es un hueso duro de roer, pero no me rindo como te lo prometí—
Ella me miró con escepticismo, pero al menos la metáfora la hizo pensar un poco. —Pues más te vale que te des prisa con ese 'plan'. Que el tiempo pasa volando, Skailer—
Asentí, resignado. La cena terminó. Me despedí, sabiendo que la próxima vez sería la misma historia.
La conversación sobre Nelly siempre me dejaba agotado. Era una presión constante que no sabía cómo manejar sin herir sus sentimientos.
Llegué a mi casa y la sensación de alivio fue inmediata. El día había sido largo y pesado.
Me quité la ropa y fui directo a la ducha. El agua caliente me ayudó a relajar los músculos tensos y a intentar despejar la mente de todo lo que había pasado.
Después de ducharme me senté en el sofá un momento, pero no encendí la televisión. Solo quería un poco de silencio.
Mañana tenía un vuelo temprano. Otro viaje de trabajo, necesita revisar documentos en temería. Y claro, ver a Nelly.
Esperaba que Elena pudiera manejar todo lo de Selene mientras yo no estaba.
Me levanté, apagué las luces y me fui a la cama.
El cansancio era profundo.
Cerré los ojos, sintiendo el peso del día en cada parte de mi cuerpo. Había sido un día muy ajetreado, sí, pero al menos ya estaba en casa, listo para descansar.
Necesitaba dormir bien para el viaje de mañana.
POV ELENA
El teléfono estaba pegado a mi oreja, y mi voz era un susurro emocionado. Al otro lado de la línea, Nalia, mi confidente, mi cómplice en esta obra maestra. La habitación del hospital seguía siendo la misma, con ese olor a desinfectante y el pitido constante de las máquinas que mantenían a Selene en su estado de "bella durmiente". La fatiga me pesaba, sí, pero la adrenalina de lo que acababa de pasar me mantenía despierta.
—¡No te lo vas a creer, Nalia!— dije, intentando contener la risa que burbujeaba en mi garganta. —¡Skailer... Skailer nos dio una casa! ¡Una casa, entiendes! Con chófer para lo que necesite, ¡y una tarjeta de crédito sin fondo!—
Escuché la exclamación ahogada de Nalia al otro lado. —¡Lo sé, amiga! ¡Es una locura! ¿Y todo por qué? ¡Por la inerte de Selene!— La última parte la dije con una risa que ya no pude contener.
Una risa corta, aguda, llena de satisfacción.
—Te juro que no lo puedo creer— continué, con mi mirada fija en el rostro pálido de Camila. —Y es que, a pesar de que atropellar a Camila, la actriz... bueno, aunque eso no estaba en los planes originales... ¡salió mejor de lo que esperábamos! ¡Mucho mejor!—
Me acomodé en la silla, sintiendo una punzada de dolor en la espalda, pero el buen humor me hacía ignorarlo. —Ahora, gracias a eso, todo está funcionando de maravillas. ¡Como un reloj suizo—
Nalia me hizo algunas preguntas, y yo le respondí con lujo de detalles, disfrutando cada palabra. —Mientras está mujer siga así, Nalia, Skailer seguirá al pendiente de ella. ¡Nos seguirá enviando dinero y dándonos lo que se nos antoje! ¡Es el plan perfecto! ¡El mejor que hemos tenido!—
La risa volvió a escaparse, esta vez un poco más fuerte. Miré a Camila. Tan quieta, tan ajena a todo. Una marioneta inconsciente en mi juego. Y Skailer... Skailer, el tonto, el ingenuo, el que creía que estaba haciendo lo correcto.
—Así que, sí, estoy cansada— le dije a Nalia, mi voz volviendo a un tono más bajo, más conspirador. —Pero esta fatiga vale cada centavo. Cada casa, cada chófer, cada compra con esa tarjeta. ¡Esto es solo el comienzo!—
Colgué el teléfono, y una sonrisa se dibujó en mis labios. La habitación del hospital ya no me parecía tan aburrida. Ahora era mi centro de operaciones. Y Camila o Selene... era mi boleto dorado de crédito...
porque si no es como yo lo pienso o me lo imagino y de verdad Skailer cayo en la trampa y le dio la casa y la tarjeta confiando en que Elena hará lo que el dice sería idiota y un ingenuo
y esa será la prueba que ellas necesitan para su mentira
pd: espero que no la encuentren
ya que cuando estuvo con Nancy el sintió muchas cosas y que se de cuenta que eso es una trampa