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Aún Te Recuerdo

Aún Te Recuerdo

Status: Terminada
Genre:CEO / Amor de la infancia / Amor a primera vista
Popularitas:5.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Drica Samoura

Nick era el típico chico popular, arrogante y seguro de sí mismo, mientras que Rafaela era sencilla y sin pretensiones, un blanco fácil para sus burlas. Una fiesta inesperada crea una conexión improbable entre ellos, pero el orgullo y los temores de Nick hacen que la aleje.

Años después, incapaz de olvidarla, se da cuenta de que Rafaela fue la única capaz de cambiar su corazón. Ahora, Nick está dispuesto a hacer cualquier cosa para encontrarla de nuevo y demostrar que el tiempo no ha borrado lo que siente por ella.

NovelToon tiene autorización de Drica Samoura para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 15

Al llegar al pasillo, Rafaela se giró para irse, intentando evitar a Nicolas.

— ¿Por qué huyes, Rafa? —preguntó él, haciendo que Rafaela se detuviera.

Ella respiró hondo, girándose finalmente para mirarle a la cara.

—No estoy huyendo, Nicolas. Solo que no veo por qué quedarme aquí más tiempo del necesario.

Él inclinó la cabeza, analizándola como siempre hacía, con esa mirada penetrante que la ponía nerviosa.

—¿Eso es lo que piensas? ¿Que está todo resuelto? ¿Que lo que pasó entre nosotros ya no significa nada?

Rafaela sintió un nudo en la garganta, pero se obligó a mantener la compostura.

— Lo que pasó... ya han pasado tantos años. No sé qué esperabas oír...

Él dio un paso al frente, acercándose a ella.

—¿De verdad te crees eso? Porque, para mí, todo lo que siento ahora solo me demuestra que nada ha cambiado.

Rafaela sintió que el corazón se le aceleraba, pero antes de que pudiera responder, la puerta del ascensor se abrió, y alguien bajó interrumpiendo la conversación.

— Me equivoqué de piso —dijo la persona, volviendo al interior del ascensor.

— Adiós, Nicolas. Me alegró verte —se despidió Rafaela aprovechando la distracción, dejando a Nicolas completamente atónito al verla entrar apresuradamente en su apartamento.

Rafaela cerró la puerta del apartamento tras de sí con fuerza, como si así pudiera también acallar la confusión que Nicolas había provocado en su mente. Pero nada parecía funcionar. Su respiración aún era rápida, y el corazón seguía latiéndole a un ritmo desenfrenado.

Por la noche, cuando Nicolas fue a dormir, estaba inquieto, pasando horas dando vueltas en la cama. La imagen de Rafaela no salía de su mente: la mirada firme que le dirigió cuando se iba, el tono decidido de su voz al decir que tal vez era mejor que no empezara a hablar del pasado e incluso la forma en que desviaba la mirada cuando intentaba ocultar algo. Conocía a Rafaela lo suficiente como para saber que ella aún sentía algo. Podía negarlo con palabras, pero su mirada contaba otra historia.

"¿Por qué la dejé ir así?", se preguntaba, mirando al techo de la habitación a oscuras. Cada vez que cerraba los ojos, el recuerdo de ella se apoderaba de sus pensamientos. Esa Rafaela seguía siendo la chica que él conoció: decidida, llena de energía, y con esa luz única que parecía iluminarlo todo a su alrededor.

A la mañana siguiente, cansado de luchar contra sus propios pensamientos, Nicolas se incorporó en la cama. Su reloj marcaba las 6:17 de la mañana. Sabía que era una locura, que debía esperar, y que tal vez no fuera el momento adecuado. Pero ya había esperado demasiado, y el vacío que sentía desde que Rafaela lo dejó solo en el pasillo parecía insoportable.

"Solo voy a aclarar las cosas...", pensó, pero sabía que no era solo eso. Necesitaba verla, decirle todo lo que se había quedado sin decir.

Sin pensarlo mucho, se puso una chaqueta antes de dirigirse al apartamento de ella. Al abrir la puerta, vio a Rafaela dentro del ascensor, viendo cómo las puertas se cerraban lentamente.

Nicolas se quedó parado en el pasillo unos segundos, intentando procesar lo que acababa de suceder. Ver a Rafaela en el ascensor, tan temprano, claramente inquieta, solo confirmaba lo que él ya sospechaba: ella estaba tan afectada como él por ese reencuentro.

Sin dudarlo, volvió a pulsar el botón del ascensor, pero el tiempo parecía conspirar contra él.

—¡Maldita sea! —dijo irritado al darse cuenta de que el otro ascensor subía mientras que el de Rafaela bajaba. Decidió correr por las escaleras, bajando los escalones de dos en dos.

Cuando llegó a la planta baja, miró a su alrededor, buscando cualquier señal de ella, pero no la vio.

Rafaela, al igual que Nicolas, pasó la noche en vela. Intentando evitar un nuevo encuentro, decidió salir. No sabía exactamente adónde ir, pero sus pasos la llevaron directamente al apartamento de Ava.

Después de tocar el timbre varias veces, la puerta se abrió lentamente, revelando a una Ava con el pelo revuelto y los ojos hinchados de tanto dormir.

—¿Rafa? —Ava estaba sorprendida por la llegada de su amiga—. ¿Qué haces aquí? ¡Son las siete y poco de la mañana! —preguntó después de mirar la hora.

—Déjame entrar... —pidió Rafaela, pasando junto a su amiga antes de que ésta pudiera protestar.

Ava cerró la puerta y siguió a Rafaela hasta el salón, dejándose caer en el sofá.

— Está bien, ahora dime qué ha pasado, y más vale que sea importante, porque todavía estaba soñando con Chris Hemsworth cuando has llegado... Oh, Dios...

Rafaela soltó una risa nerviosa, pero enseguida negó con la cabeza.

—He visto a Nick...

Ava abrió los ojos como platos, desapareciendo el sueño al instante.

—¿Qué? ¿Dónde?

—En el edificio donde vivo... ¿Te acuerdas de Francesca? Es su nieto...

—¿Francesca? ¿Tu vecina? —Ava parpadeó, incrédula—. Espera... ¿cómo es posible?

— No lo sé.... —Rafaela empezó a caminar de un lado a otro—. Ayer le llevé flores, y no te imaginas la sorpresa que me llevé cuando abrió la puerta.

— Y entonces, ¿te reconoció? ¿Qué te dijo?

— Sí, me reconoció... dijo algunas cosas... que había cambiado, que nada había cambiado, que aún sentía algo... —contaba Rafaela.

—¿Y tú qué dijiste?

—Para ser sincera, no recuerdo bien lo que dije, Ava... No sé qué espera de mí después de tanto tiempo.

Ava la observaba atentamente, curiosa y preocupada al mismo tiempo.

—¿Y tú qué esperas, Rafa? Porque, sinceramente, no parece que hayas superado del todo lo que pasó.

—No puedo simplemente revivir todo eso... No después del tiempo que me costó seguir adelante... y solo con cruzar unas palabras con Nick, no he dormido en toda la noche... cuando salía de casa, lo he vuelto a ver, creo que iba a buscarme.

— Mujer, vuelve a casa, tenéis que hablar...

— No, no sé si estoy preparada... hoy voy a pasar el día contigo —dijo Rafaela, abrazando un cojín en el sofá.

— ¡Solo me faltaba esto! —dijo Ava sentándose a su lado, pero no obligaría a Rafaela a hablar con Nicolas, necesitaba tiempo.

Nicolas se quedó en la terraza del apartamento de su abuela durante unos minutos, con la esperanza de ver volver a Rafaela, pero pronto su esperanza se fue desvaneciendo poco a poco. El tiempo pasó, y quedó claro que ella no volvería en un buen rato.

Su mente trabajaba a mil por hora, intentando encontrar la forma de hablar con Rafaela sin dejarla escapar de nuevo. El recuerdo de ella en el pasillo, intentando mantener la compostura, pero con la mirada llena de emociones, hacía que su corazón se acelerara. Nicolas sabía que ella estaba huyendo, pero ahora sería diferente. Él no dejaría esa conversación inacabada.

Una idea empezó a tomar forma en su mente, una estrategia que garantizaría que Rafaela no tuviera escapatoria.

Francesca, sentada a la mesa, observaba a su nieto con curiosidad.

—Estás muy pensativo, bambino. ¿Qué estás tramando?

Nicolas esbozó una sonrisa, esa sonrisa decidida que siempre aparecía cuando tenía la certeza de algo.

—Nada importante, abuela. Solo pensando en el trabajo.

— Pero ¿no dijiste que ibas a dejar el trabajo?

— Sí... pero tengo algunos compromisos antes... —Nicolas aprovechó para coger el móvil y abrir el calendario de eventos de la empresa donde trabajaba. Pronto habría un evento importante, y él sabía exactamente a quién quería contratar para que se encargara de él—. Rafaela... Ava... eventos...

Nicolas tecleó las palabras clave en el campo de búsqueda, encontrando en cuestión de segundos el sitio web de la empresa de eventos de Rafaela y Ava. Con unos pocos clics más, consiguió el número de contacto. Lo guardó y dejó el móvil sobre la mesa.

—A ver si ahora me esquivas —se dijo para sí mismo, con un plan en mente.

1
Eliana Gantus
guau ,más q guau !!!
Eliana Gantus
Bueno
Eliana Gantus
me gusta ...y mucho
Libros Odi
genial me encanta la trama
Yolanda Godoy de Rivas
Excelente
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