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La Protegida Del Abuelo

La Protegida Del Abuelo

Status: En proceso
Genre:Malentendidos / Traiciones y engaños / Matrimonio arreglado / Amor eterno / Familias enemistadas
Popularitas:30.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Meche

Leoncio Almonte tenía apenas trece años cuando una fiebre alta lo condenó a vivir en la oscuridad. Desde entonces, el joven heredero aprendió a caminar entre las sombras, acompañado únicamente por la fortaleza de su abuelo, quien jamás dejó que la ceguera apagara su destino. Sin embargo, sería en esa oscuridad donde Leoncio descubriría la luz más pura: la ternura de Gara, la joven enfermera que visitaba la casa una vez a la semana.

El abuelo Almonte, sabio y protector, vio en ella más que una cuidadora; vio el corazón noble que podía entregarle a su nieto lo que la fortuna jamás lograría: amor sincero. Con su bendición, Leoncio y Gara se unieron en matrimonio, iniciando un romance tierno y esperanzador, donde cada gesto y palabra pintaban de colores el mundo apagado de Leoncio.

Pero la felicidad tuvo un precio. Tras la muerte del abuelo, la familia Almonte vio en Gara una amenaza para sus intereses. Acusada de un crimen que no cometió —la muerte del anciano y el robo de sus joyas—

NovelToon tiene autorización de Meche para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

La conversación frustrada.

El desprecio.

Gara se sentó a su lado, acomodándose con delicadeza en la silla, y lo observó fijamente.

Él, aunque no podía ver, sintió ese peso invisible de una mirada prolongada. Su respiración se agitó un poco y se removió en la silla.

—Me estás mirando, ¿verdad? —dijo con una sonrisa nerviosa.

Gara no lo negó.

—Sí… y justamente porque quiero hablar contigo. —Su voz sonaba clara, firme, pero no agresiva.

Leoncio sintió que el corazón se le aceleraba de golpe. Un mal presentimiento lo cruzó como un rayo. Imaginó lo peor: '¿Querrá hablar de matrimonio? ¿De un futuro inmediato que yo no puedo ofrecerle aún?' Tragó saliva, con la garganta seca.

—Dime… —respondió él, bajando un poco la cabeza—. Te escucharé—

Gara estiró las manos y tomó las suyas. Sus dedos se entrelazaron con los de él con naturalidad, con calor, con una ternura sincera que lo desarmó por completo.

—Leoncio… soy una mujer adulta. —Hizo una pausa, como si buscara las palabras correctas—. Y hasta mayor que tú. Hay muchas cosas que me definen, y una de ellas es que he aprendido a amarme como soy… y también a defenderme de quien me hace daño—

Leoncio apretó sus labios, temiendo lo que vendría después.

—Lo que hiciste esta mañana… no estuvo bien —continuó ella, mirándolo fijamente—. Si quieres que esto… —se interrumpió un segundo, consciente de que todavía no había un “esto” claro entre ambos—. Si quieres que nosotros funcionemos, no vuelvas a tratarme mal—

Las palabras lo golpearon con fuerza. Leoncio abrió la boca, pero no supo qué decir. Estaba impresionado. En su voz no había reproche cruel, ni veneno. Había dulzura, sí, pero también carácter, firmeza, dignidad. Era como si Gara le hubiese mostrado, en unas pocas frases, la esencia de la mujer que tenía delante: tierna y fuerte al mismo tiempo.

Él bajó la cabeza, avergonzado.

—Discúlpame… —dijo en un hilo de voz, con un nudo en la garganta—. La verdad… jamás me había pasado algo así. No sé por qué reaccioné de esa manera. Pero te prometo… —se interrumpió, tragó grueso, y añadió con sinceridad—… te prometo que nunca más te trataré así—

Su voz era temblorosa, como la de un niño atrapado en una travesura, pero también llena de honestidad.

Gara lo observó en silencio unos segundos. Luego sonrió con ternura.

—Espero que mantengas tu palabra —susurró, inclinándose hacia él.

Antes de que Leoncio pudiera reaccionar, sintió la suave presión de los labios de Gara en su frente. Fue un beso breve, sencillo, casi inocente. Pero para él… fue como si todo su mundo se iluminara.

Su piel ardió donde ella lo había besado. Su corazón golpeaba su pecho con fuerza desmedida. Aunque no había sido en la boca, aunque había sido un gesto casto, aquel primer beso lo llenó de una ilusión indescriptible.

—Gara… —murmuró, intentando controlar la emoción—. Yo también quería conversar contigo—

Ella lo miró con interés.

—¿Ah, sí? Dime—

Leoncio respiró hondo. Sabía que debía hacerlo. Debía abrirle su corazón, contarle lo que sentía, hacer esa propuesta que le daba vueltas en la cabeza desde que su abuelo le insistió a buscar una esposa.

—Es algo importante —agregó.

—Bien —respondió ella, sonriendo suavemente—. Te escucho—

Leoncio se armó de valor. Sintió que por fin el momento había llegado, que podía tender un puente hacia ella.

—Gara, yo…

Pero justo cuando iba a hablar, la puerta de la casa resonó con dos golpes suaves. Toc, toc.

El sonido fue suficiente para cortar la tensión en el aire. Gara se levantó de inmediato.

—Perdona, espera un momento aquí. No te muevas—

Leoncio asintió en silencio, reprimiendo la frustración que lo atravesó.

Gara caminó hasta la puerta y la abrió apenas un poco.

—¿Mamá? —susurró, sorprendida—. ¿Qué haces aquí?—

La figura de su madre se recortaba en la penumbra. Su rostro reflejaba una mezcla de preocupación y severidad.

—Vi a alguien entrar contigo. ¿Quién está ahí, Gara?—

La joven tragó saliva. No quería que Leoncio escuchara aquella conversación. Pero sabía que él, con su oído afinado, captaba cada palabra, incluso los susurros.

—Mamá, basta. —Le hizo señas con los ojos para que guardara silencio—. Estoy con Leoncio—

La madre entrecerró los ojos, incrédula.

—Hija, cuidado con lo que haces. Esa familia es muy poderosa—

Gara apretó los dientes.

—Mamá, Leoncio no es mala persona_

Sus ojos brillaron al pronunciar su nombre. La madre lo notó, y una punzada de tristeza atravesó su pecho.

—Eres joven y hermosa, Gara. —Su voz se quebró levemente—. No mereces estar al lado de alguien así_

El “así” cayó como una piedra. Se refería a su discapacidad.

Gara frunció el ceño, herida y furiosa.

—Ve a cocinar, mamá. Y no me molestes—

Dio un paso atrás y cerró la puerta con firmeza, cortando el diálogo de raíz. Su respiración estaba agitada, el corazón le latía con fuerza.

No iba a permitir que su madre interfiriera en su vida. Ya lo había hecho antes, y las consecuencias habían sido dolorosas.

Se dio la vuelta y regresó al comedor. Leoncio estaba sentado donde lo había dejado. Su rostro era sereno, demasiado sereno. No había enojo, no había reproche. Sólo esa calma que a veces es más dura que un grito.

—Listo, ya volví —dijo Gara, intentando sonreír. Se inclinó un poco hacia él—. ¿Qué quieres hacer?—

Leoncio alzó el rostro hacia donde estaba su voz. Sonrió, pero era una sonrisa falsa, de cortesía.

—Llévame a casa, por favor—

La petición la golpeó como un balde de agua fría.

—¿Estás seguro? —preguntó con voz temblorosa.

Él asintió.

—Sí.

El silencio se alargó entre ambos. Gara sintió que todo lo que había construido en esas horas, toda la ilusión, todo el calor, se desmoronaba como un castillo de arena ante las olas.

Sin embargo, no insistió. Sólo tomó sus manos, las apretó un momento, y luego lo ayudó a levantarse.

El camino hasta el auto fue silencioso. Afuera, la tarde había caído del todo, envolviéndolos en un manto de estrellas invisibles para él, pero que ella veía brillar con fuerza.

Leoncio no dijo nada en todo el trayecto. Se limitó a escuchar el motor, el crujir de la carretera, el canto lejano de los grillos. Su mente estaba en otro lado: en las palabras de la madre de Gara, en la manera en que había reducido su valor a una sola cosa, su ceguera.

'¿Será eso lo que todos piensan de mí? ¿Será eso lo que ella terminará creyendo también?'

Cuando por fin llegaron frente a su casa, Gara apagó el motor. Lo miró en silencio, esperando que él dijera algo. Pero Leoncio sólo murmuró:

—Gracias por traerme—

Ella quiso hablar, quiso detenerlo, quiso gritar que no le importaba lo que su madre pensara, que lo único que quería era estar a su lado. Pero las palabras se quedaron atascadas en su garganta.

Leoncio bajó del auto con ayuda de ella, y antes de entrar, se volvió levemente.

—Buenas noches, Gara—

Y se perdió en la penumbra de su casa, dejándola sola en el asiento, con el corazón encogido y los ojos llenos de lágrimas que no se atrevió a derramar.

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Maria Mongelos
Aun se aman, deberían de hablar y sacar todo ese dolor que tienen y darse otra oportunidad
Maria Mongelos
Ojalá pronto Gara te cuente todo lo que pasó
Carolina Alvarado Alvarado
hay Dios q emoción q ya se reencontraton y ahora vamos a ver q va a pasar con Leoncio y Gara hay ella muere por ese hombre y el muere por ella 👏👏👏👏👏muy bellos capitulo espero con ansias más capitulos siiii por favor /Pray//Pray//Pray//Pray//Pray/
Martha Ordoñez
bonita la historia bendiciones
Gilma Graciano
cada capítulo es mejor qué el anterior autora muchas gracias actualiza pronto por favor 🙏
Celinda Piña
que emoción ☺️ esto está de infarto 😱
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
en el sigue intacto el amor que te tiene .
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
lo pensaba porque nunca la viste con su esposo .
Yura Ran
🤭🤭🤭🤭🤭😂😂😂😂👌🥰
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
así es siempre . aparece el que menos uno quiere
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
leoncio ,marca tu terreno
mariela
Leoncio definitivamente sacar ese rencor el haber descubierto que Gara estaba viva y ocultó su hijo todavía no lo puede asimilar se siente engañado traicionado pero igual sigue enamorado Gara la estás pasando bien mal esperastes mucho tiempo para decidir llamar a Leoncio y mira las consecuencias el tiene mucha rabia veremos qué sucede después de ese abrazo.
Celina Saucedo: Ya que saquen todo lo que traen y se sigan amando, ya sin obstáculos
total 1 replies
patry
se siguen amando hablan y recuperen el tiempo perdido
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺: si , deben sanar sus heridas.
total 1 replies
Gilma Graciano
autora que tortura esperar hasta qué puedas actualizar tu novela está excelente
Gilma Graciano
hermoso capitulo gracias autora por esta estupenda novela
Martha Ordoñez
gracias por subir más capitulos bendiciones
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
ah leoncio , toda acción tiene su porque. ella tuvo su motivo se que te dolió y mucho
Celina Saucedo: Leoncio, Elle hizo lo que el abuelo le pidió
total 1 replies
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
amarrarlo Gara , esa man no se mueve de ahí
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
siii , aprovechen el momentob🫢
Sisx Yessi
Que lindos, al menos están hablando tranquilos.☺️
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