Entre la oscuridad y el eco de la sangre derramada, dos almas se cruzaron:
Elara Veyren, que deseaba liberarse del dolor, y Nyssa, que ansiaba una nueva vida.
El destino unió sus caminos.
Cuando Elara murió, Nyssa fue arrastrada hacia la luz, encadenada a ese cuerpo que dejaba de latir.
Cuando abrió los ojos, no estaba en el campo de batalla.
Estaba en la iglesia, vestida de novia… el día de la boda de Elara.
Pero ya no era la tímida joven.
Ahora, detrás de aquellos ojos grises, habitaba la mirada letal de La Furia Silente.
“Bien…
Me dan un matrimonio forzado, un esposo frío, una familia que la vendió…
No saben lo que acaban de desatar.”
Su sonrisa, apenas torcida y peligrosa, fue la primera señal de que la historia había cambiado para siempre.
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Lista Negra
Elara caminaba por el sendero de tierra que unía el cuartel con la casa . Llevaba el uniforme desabrochado en el cuello, la mochila al hombro, el paso firme aunque los músculos le pesaban del entrenamiento.
《 Muy bien.. Si mal no recuerdo, esta semana empiezan los entrenamientos sin parar, eso me ayudara a volver a mi cuerpo más fuerte.. Tengo que comprarme un arma mejor o por lo menos fabricarla... Estas son órdenes y demoras un montón en cada disparo 》
Iba perdida en los pensamientos mientras miraba el camino.A lo lejos se oyó el rugido de un motor. Un vehículo militar se acercó levantando polvo.
Elara lo reconoció enseguida: Un asunto estilo Jeep.
– Termino mi paz.. - balbuceo
El vehículo frenó a su lado.
Darius bajó un poco la ventanilla desde el asiento del conductor; y en el copiloto, Selene sonreía con aire de toda señora.
—Sube.
Elara ni siquiera detuvo el paso. Siguió caminando, recta, con la vista al frente.
—No, gracias. Prefiero caminar, tengo cosas que hacer.
Darius frunció el ceño.
—Yo también, tengo documentos que leer. sube.
Elara movió la mano colo hechandolo– Que le valla bien entonces.
Selene se inclinó hacia la ventanilla, con expresión dolida:
—Elara… no era mi intención ofenderte. Ven, sube, no te hagas daño caminando tanto…El sol puede hacerte mal.
Se llevó la mano a la sien y dejó escapar un leve suspiro, como si se sintiera mareada.
Darius, suspiro.—Sube, no voy a dejar que camines sola hasta la casa. Tu hermana tiene razón.
Elara se detuvo . Lo miró de reojo, y su voz bajó un tono, más fría aún:
—No se moleste, Comandante. Ya tiene a su esposa al lado." Artículo 11, Sección G– Solo la esposa del comandante puede subir a un auto militar, o una mujer con estudios médicos ejemplares."– Dijo firme como soldado.
Darius mordió los dientes esos reglamentos son los del cuartel y los más estrictos
Elara continúo –Y, de todos modos, todos saben que usted nunca me permitió subir al auto militar. No vamos a cambiar las costumbres ahora.
Se ajustó la correa de la mochila y retomó el paso, dejándolos atrás sin volverse.
Selene la siguió con la mirada, luego apretó los labios y dejó caer un par de lágrimas, volteándose hacia Darius.
—Yo… no fue mi culpa… Ella siempre malinterpreta todo, Comandante seguro esta molesta de nuevo —murmuró con voz quebrada.
Darius masculló una respuesta que no llegó a decir en voz alta. Miró hacia la figura de Elara que se alejaba calle abajo, queriendo llamarla, pero ya había desaparecido entre las sombras.
Al mover el jeep para continuar, notó un par de comandantes conversaban entre ellos, sin disimular demasiado las miradas y los murmullos.
"En el lugar de la esposa, va la hermana…"
"No pensé que el comandante empezará a negar las reglas en el propio cuartel "
El comentario, le llegó a sus oídos.
Darius apretó el volante con más fuerza, sintiendo el nudo incómodo en el estómago. 《 Que carajos hago.. Ella tiene razón, todo lo que forme no lo cumplo.. 》 pensó mirando de reojo a Selene que sonreía tranquilamente
《 Hay hermana.. No lograrás nada con esas estúpidas reglas. Él no será tuyo
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Elara llegó al pueblo, se dirigió al armero con una idea más que emocionante 《 Sí consigo que hagan un arma como esta podre mostrarla a los jefes esto sería un inicio para comenzar con la venta de mi idea 》
El taller olía a metal caliente y aceite. Martillazos, chispas y el rumor de los aprendices llenaban el aire.
Elara dejó la mochila sobre el mostrador.
— Buenas.Necesito un arma —dijo sin rodeos.
El armero, alzó la vista.
—¿Qué tipo?
Ella sacó un cuaderno, mostrando el dibujo bien detallado en una hoja.
—Así. ¿ Podría hacerla ? —Empujó el papel hacia él—. Un Disparo más rápido, sin tener que sacar el cartucho cada vez. El gatillo empuja la recámara hacia atrás. El retroceso carga la siguiente bala.
El hombre tomó el papel, parpadeó varias veces.
—Esto… esto no lo he visto. Es nuevo. Increíble ¿Usted la hizo?
— Si, es un mecanismomas rapido. Haga una muestra primero. Si funciona, pago el resto. ¿ Le parece un trato ?
—Lo intentaré. Necesito unos días. ¿Qué tipo?
– Sí funciona y puedo venderlo a los Jefes necesitaré un armero
El hombre sonrió, Elara conocía al armero era un hombre bruto pero de palabra y corazón noble y muy trabajador
– Sí eso pasa. Con gusto Señorita Kaelthorn
La puerta chirrió detrás de ella.
Treytan entró, con el uniforme algo sucio del polvo. Caminó hasta el mostrador, con su arma rota en la mano.
—Se me perdió el cañón en la última expedición. Necesito reemplazo —dijo al armero
Mientras hablaba, su mirada se detuvo en en Elara 《 Mira nada más.. 》 Se hacerco y vio el boceto que había dejado sobre la mesa.
— Señora Elara.. ¿ Comprando un arma ? .. Y ¿Qué es esto? —preguntó, tomando el papel.Levantó una ceja hacia ella—. ¿Cómo sabes hacer un arma así?
Elara lo miró un segundo, calculando.
—. Solo pensé que si no tienes que sacar la pólvora y el cartucho cada vez, disparas más rápido. Es… más práctico. Es un proyecto que tengo en mente ¿ Qué opinas?—Tomó el papel y señaló con el dedo.—Aquí entra la munición. El retroceso mueve esto y carga la siguiente bala. Es mecánico.
Treytan guardó silencio, siguiéndole el dibujo con la mirada.
—Eso… podría cambiar la velocidad de tiro.
– Sí, y no se perderá tiempo en cada disparo.. Un recupero de 3 minutos en el campo de guerra.
Alzó la vista hacia el armero, mostrando una sonrisa tenue.
—Haga dos muestras. Quiero una para probar. Si funciona, lo presentamos al consejo de jefes. Podría ser un proyecto para mejorar el arsenal.
—Si sirve, puedo dibujar otras variaciones. Tengo escopetas y metralladoras
Treytan la observó, curioso
—No sabía que tenías ese tipo de ideas. ¿ El comandante sabe de esto?
—No, Él piensa que solo debo hacer pasteles y bordar —contestó rodando los ojos seca—. Si sirve, tal vez sea un modo de ganarme la vida, estoy buscando un socio.. ¿ Le interesa?
El armero se frotó las manos, animado.
—Si esto funciona, va a revolucionar el taller. ¿ Pero porque no le pide a su Esposo ?
—Entiendo.. Buscaré a otro comandante- suspiro tomando sus cosas
Treytan se quedó mirando el boceto, pensativo, mientras ella salía del taller. Algo en su interior se agitó: interés.
La siguió a paso rápido – Volveré.. - aviso al armero –Salió siguiendo su paso – Señorita Elara.. Espere
Elara se giró 《 Ya te tengo Comandante 》 – Sí..
– Acepto.. Pero no será fácil, no quiero problemas con el comandante Kaelthorn.
– No puede negarse , no estamos haciendo nada malo, solo algo de negocios. Después de todo mi hermana lo tiene ocupado
Treytan la miró de reojo siguiendo el paso《 Parece que ni siquiera le interesa 》 — ¿Y eso no le molesta? Es su esposo Señorita
— Es mi esposo porque mi padre lo quiso, Si lo quisiera yo ese estilo de hombres son los primeros en mi lista negra.
Treytan sonrió ladino en silencio, conversaron hasta llegar al cuartel , estaba más que interesado en ella, muchas mujeres no le seguían la plática de algunas cosas pero Elara las complemento y daba ideas.
– Gracias por acompañarme, espero llegue bien de regreso
Darius quien estaba en su oficina los vio llegar, Selene también estaba ahí tomando el té.
《 El comandante Treytan.. Que, ¿cómo puede hablarle? 》Pensó Selene apretando ta taza.
Darius de instinto se levantó y fue hacia afuera.
– Gracias.. Señora Elara– Dejó un beso en su mano, cuando Darius salió – Comandante Kaelthorn..
– Comandante Veilá.. Espero que Elara no lo molestara, no entiende un no..
– Me temo que no fue así, tuve una charla encantadora, tiene una excelente esposa.. Debería escuchar sus ideas
Elara sonrió ladina dándole una última mirada, Darius la miró de reojo. Selene no dudó en saludar a Treytan
– Comandante Treytan.. El te está listo puede tomarlo con nosotros.
– Gracias pero tengo cosas que hacer. - se despidió y se fue, Selene esperaba que tome su mano pero tubo que ocultarla con rabia mientras sonrió frustrada
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