ETERNO AMOR DEL VILLANO

Sandra ya había movido sus influencias en el consejo para crear una revuelta en contra del Conde Estefan con el propósito de destituirlo de su cargo como líder. Aunque esto solo es un truco para llamar la atención de nuestro protagonista, pues su verdadero propósito es convertirce en la nueva condesa.

 ¡No voy a permitir que esa campesina insignificante se quede con lo que por derecho es mío!. Decía mientras observaba la puesta de sol atravez de la ventana en su habitación. Pronto tocaron la puerta. Adelante.

— Mi Lady, con su permiso. Le traigo su pedido.

Donde se encuentra su majestad.

—Mi lady, él se encuentra en la parte oeste del palacio en compañía de su nueva invitada.

Estúpida sirvienta, eso ya lo sé, retírate no sirves para nada...

Cuando la sirvienta sale Sandra toma su horquilla para el pelo que posee una afilada punta y la lanza hacia la puerta de madera en donde queda incrustado.

Maldita campesina tienes suerte de que su majestad esté encaprichado contigo, pero eso se terminará esta noche. No entiendo que tiene ella que no tenga yo. En verdad traté de hacer las cosas bien contigo, pero tú no me dejas opción y procede a sacar tres piedras negras de forma circular y estas se elevan mientras giran rápidamente absorbiendo una gran cantidad de maná la cual la extrae del cuerpo del mismo Estefan gracias a un objeto mágico y así cree que puede manipularlo con un hechizo de enamoramiento. Sandra sonríe feliz al ver completado su ritual una vez que las rocas desaparecen. De inmediato procede a prepararse para recibir a su majestad de una manera muy provocadora, pero ella se quedará plantada y alborotada, ya que paso por alto un detalle muy importante o tal vez no ya que atrajo la atención de alguien y no precisamente se su majestad y ese ser está encantado de darlo lo que tanto ella desea. Una Briza fuerte abre su ventana y apaga cualquier rastro de luz en su habitación mientras una presencia sombría parece materializarse en la oscuridad misma. Sandra sonríe encantada al observar como una figura masculina se acerca con una suavidad inquietante mientra una sensación placentera recorre su cuerpo antes de caer en un sueño profundo, pues ha sido poseída por un demonio sexual llamado incubo.

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Elena por su parte se encontraba en un dilema consigo misma, la cercanía del Conde no la ayudaba en lo absoluto, su presencia le transmitía nuevas sensaciones que no estaba dispuesta de aceptar. Él se ofreció para mostrarle el palacio y vio la oportunidad perfecta para completar la misión qué su maestra me encomendó, deslizando sutilmente el broche en sus ropas sin que él lo notará. Cuando caminaban tan cerca que ella podía sentir el rose sutil de su mano sobre la suya, mientras él sigue hablando, inmerso en sus propios pensamientos hasta que llegan a un corredor que conectaba con un gran salón con ventanas amplias, las cuales permitían qué la luz de la luna atravesará el cristal con una delicadeza tan perfecta que parece desvanecerse en el aire antes de tocar el suelo y esto atrajo la atención de Elena por un momento haciendo que se alejara un poco de Estefan. Al imaginar los explendidos bailes que se podían hacer en este lugar.

Estefan estaba encantado de pasar tiempo en compañía de su amada hasta que de un momento a otro comenzó a sentir un leve dolor de cabeza y recuerdos de su pasado se apoderaron de nuevo en su mente trayendo consigo el deseo de hallar pronto al hechicero.

—¿Elena, querida te gusta el lugar?, ella da media vuelta y puedo ver un brillo especial que la envuelve acompañada por una bella sonrisa en su rostro. De pronto todo a mi alrededor comienza a dar vueltas mientras mi vista se vuelve borrosa. Ella me habla, pero su voz suena tan distante que no logro comprender sus palabras, mis manos tiemblan y solo logro hablar en un susurro antes de desvanecerme.

Puedo ver que Estefan entrecierra sus ojos antes de desmayarse, rápidamente lo abrazo para evitar la caída, siento como su rostro cae sobre mi hombro.

¿Qué te sucede? Pregunto, pero él no me habla. Analizo la situación un momento y es cuando decido llevarlo a su habitación por medio de un portal, tengo que utilizar magia para acercarlo a la cama, mi rostro queda muy cerca de él y mis manos se posicionan sobre sus hombros, rápidamente trato de levantarme, pero él lo impide al sujetar mi brazo derecho mientras me susurra algo en un tono muy bajo que no comprendí sus palabras.

Trato de liberarme de su agarre y es cuando me percató que abré sus ojos y son de un rojo intenso.

No entiendo que le sucede. Hasta que recuerdo como el día anterior durante la cena me dijo que su cuerpo necesitaba sangre.

Será que está teniendo una crisis.

 ¡No!... Eso no es, pues yo sé que podemos permanecer bien, sin tomar una gota de sangre por varios días incluso semanas.

¡A menos que!...Rápidamente,, reviso su ropa y no encuentro el broche.

¿Ahora si estoy perdida?... Que le diré a mi maestra. Camino de un lado a otro en la habitación tratando de pensar que debo hacer, pero mi mente está en blanco. Observó como él está sufriendo, algo le sucede así que me armo de valor y decido ir a buscar ayuda, pero la puerta no abre y tampoco puedo utilizar magia para abrir un portal.

—Siento el aroma de mi amada cerca y eso me descontrola, pues no quiero hacerle daño, abro mis ojos con rapidez y con voz baja casi un susurro digo su nombre acompañado de una frase que parece más una súplica "Sal por favor" mi mirada la sigue cada uno de sus movimientos hasta que llega frente a la puerta, deseo decirle que no se vaya, que la necesito, pero una extraña fuerza me impide hacerlo, siento mi cuerpo quemarce como si estuviera en llamas a la vez que una fuerte necesidad de sangre se apodera de mi.

—Alguien está jugando conmigo y juro que cuando descubra quien está detrás de esto acabaré con el responsable sin importar quien sea. De inmediato activo una barrera mágica para lograr controlar mi sed y el deseo de lujuria que recorría todo mi ser.