Villana, Sé Mi Salvación.

Emilia ha esperado esa mañana donde siempre suele verse con Roderick, pero, pareciera que ese día no iba a llegar, tal parece que, seguía enojado por lo del día anterior, además le preocupa la cercanía que tiene con la cuarta princesa, pues ella, es la enemiga del imperio, aún cuando sabe que, el verdadero problema es el emperador, no descarta que la princesa sea un peligro, en especial para Roderick. Estaba por marcharse, cuando escucha que le hablan, este, era Rusbel quien la saluda amablemente.

— señorita Emilia, que sorpresa, creí que estaría en una cita con mi hermano.— indaga.

— él no ha podido venir, el joven Roderick, suele ser muy responsable en sus deberes, así que no puede salir todos los días. Pero usted si que tiene bastante tiempo libre.— comenta con una sonrisa.

Aunque para Rusbel, eso último parecía una burla hacía su persona, aún así, decide ignorarlo, ya que no quiere arruinar sus propios planes.

— claro, siempre esta ocupado con la señorita huésped.— observa a Emilia.— ¿que le parece si mejor la invito a desayunar?

Emilia aprieta las manos en la falda de su vestido, la idea de que Roderick pase tiempo con la princesa le molesta. Si antes, ella no supo apreciarlo, ahora que conoce toda la verdad, ella lo apoyará y no lo dejará, esta dispuesta a conseguir que Roderick la ame como en su primera vida, pero, necesita que esa princesa se aleje.

No comprende como es que ella esta cerca de Roderick, en su anterior vida jamás se conocieron, incluso Roderick es tan diferente a como era en su primera vida, empezando por la forma en la que se conocieron, incluso en esta ocasión, aunque ella le hablo de su sueño de pertenecer a la legión de magos, Roderick no le ofreció su ayuda, ¿acaso es porque ella recuerda todo que la vida de Roderick ha cambiado?, necesita averiguar si Roderick recuerda el pasado, de ser así, podría ser por esa razón que se aleja de ella, pero no piensa dejar que la princesa siga a su lado, pues desde que recordó su vida pasada, su meta ha sido, enmendar su error y ser feliz junto a Roderick.

— se lo agradezco, pero acabo de recordar que tengo algo que hacer.— Emilia hace una reverencia y se aleja del lugar.

Rusbel sonríe con gusto, pues pronto, las dudas en Emilia, la harán separarse de Roderick y por supuesto, él estará ahí para consolar a la pobre chica. Roderick verá como la linda campesina que ama, se va en brazos de su hermano.

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Roderick había salido desde la mañana, pues el Marqués le había solicitado verlo, aunque habían acordado no verse pronto, el Marqués quería que Roderick se presente ante otros aliados, anteriormente ya había conocido al segundo príncipe, siendo esta un joven de apenas 16 años, aún era inexperto y la emperatriz lo mantenía alejado de ella, dándole mayor atención al príncipe heredero.

Al llegar a la mansión donde lo citaron, Roderick baja del carruaje, ahí ya lo espera el marqués, pero, para su sorpresa, ven bajar a la hermosa rubia, el Marqués y sus aliados se sorprenden, pues se hacen una idea de quien se trata debido a su apariencia.

— señores, les presento a la cuarta princesa de Trois Blanc, Aleksandra Chevalier.— habla Roderick.

Los presentes hacen una reverencia ante Aleksandra, la chica, pese a ser joven, tiene una presencia imponente.

— saludos alteza, soy el Marqués Augusto Galvan.—

— saludos alteza, soy el segundo príncipe, Samuel Hutchinson.— saluda el joven con una alegre sonrisa.

— barón Marcos Rich.— saluda un hombre ya anciano y expresión calmada.

— condesa Ariana Henson, un placer, alteza, debo decir que soy gran admiradora de su madre.— menciona la mujer.

— un placer conocer a los aliados del joven duque. Estoy al tanto de su ferviente deseo de liberar a su imperio de un mal emperador, así que, estoy dispuesto a colaborar.—

Todos pasan a la mansión, donde hablan sobre la rebelión, pero que el ejército del emperador le es leal y atacar el palacio puede ser prácticamente un suicidio al no tener grandes tropas y saben que Roderick no tiene guardias leales, ya que le sirven al duque actual.

— yo puedo ayudarles, puedo movilizar a mis tropas en la frontera, cuando el emperador envíe a gran parte de sus tropas, ustedes dan el golpe de estado.— se encoge de hombros.— es tan sencillo.

— lo será para usted princesa, pero, sabemos que gran parte del ejército del emperador se quedaría, ya que solo enviaría una pequeña parte al ver que usted mueve sus tropas en la frontera.— menciona la condesa Ariana.

— entonces, solo debo matar a las pocas tropas que envié y enviará más.— sonríe ladina.

Los demás se miran entre si, mientras que la condesa Ariana deja salir una pequeña risilla.

— veo que lo que dice de los Chevalier es sin duda cierto, no le temen a nada.—

— de hecho, una batalla es diversión para nosotros. Lastima que no nací en la época donde las arpías invadian el mundo, pude haberme divertido mucho.— frunce los labios.

Roderick había permanecido en silencio, pero escuchar a Aleksandra lo hacía con tanta atención, le gusta como piensa, esa actitud suya es llamativa para él.

— si les gusta mi idea, la podemos ejecutar cuando digan, mis tropas siempre estas listas para una batalla.— les avisa.

— debemos preparar el mayor número de tropas, eso nos daría ventaja.— menciona el barón Rich.

— pero es muy difícil conseguir gente de confianza, si cometemos un error, el emperador podría enterarse de todo.— se preocupa el príncipe Samuel.

— no necesitan más de las que tienen, si seguimos el plan de la princesa, el emperador se quedará sin tanta protección en la capital y sin que se lo espere, acabará perdiendo la cabeza.— menciona Roderick.

Samuel se sobresalta al escuchar las palabras de Roderick y este se disculpa por sus palabras, pero, Samuel sabe, que de hacerse la rebelión, es obvió que su padre morirá e incluso su hermano, pues este, tiene los mismos pensamientos que su padre, ya que habla de como guiará las tropas para eliminar a los de Trois Blanc. El príncipe heredero es un hombre fuerte y cree que puede contra todos.

Los presentes hablan con respecto al plan de Aleksandra y creen que podría ser el más adecuado, mientras también planean una forma de entrar al palacio sin que se cree tanto caos o muera gente inocente, aunque probablemente muchos de los sirvientes del emperador acabarán siendo ejecutados por su lealtad a este, incluso puede que la misma emperatriz sea capturada, lo que para Samuel podría ser muy difícil, pues aunque la emperatriz no le presta tanta atención, esta sigue siendo su madre. Tras hablar un poco más, Aleksandra y Roderick se despiden, esperando ser contactados nuevamente por el Marqués Galvan.

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En la mansión de la villa, Rusbel supo que Roderick había salido y que la huésped se había ido con él, así que, ya cayendo el anochecer, ve llegar un carruaje, del cual baja Roderick, pero, este lo hace solo, así que al parecer la joven no estaba con él, pero, puede decirle a Emilia lo contrario.

— la joven que se queda en la sección de invitados, ¿ha regresado?— le pregunta a una de las doncellas.

— si joven, ella pidió su cena en la habitación.— responde.

— supe que se había ido con mi hermano, parece que se llevan bien.—

— al parecer si, son buenos amigos, pero nunca los he visto haciendo algo inapropiado.—

Tras terminar de servirle la cena, se retira. Rusbel frunce los labios, pues no ha obtenido información útil.

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Por otro lado, Aleksandra ya estaba en su habitación, pues casi llegando a la villa, ella bajo del carruaje para regresar sola, ya que en el camino, Karina ya la esperaba con un caballo, de ese modo, Rusbel no sospechara nada y así puede Roderick seguir con su plan de unirlo con Emilia.

Cuando Roderick llega a la mansión, ordena que le lleven la cena a su habitación mientras pasa a darse un baño, ha sido un viaje largo y solo quiere descansar. Mañana deberá ir a encontrarse con Emilia, esta debe de estar ansiosa por verlo de nuevo y arreglar aquel, "malentendido" del invernadero, aunque Roderick solo frunce los labios, es bastante molesto tener que tratar con esa chica, a este paso, quizás lo mejor sería matar rápidamente a Rusbel, puede hacerlo parecer un accidente y no tendrá problemas, pero no sería divertido verlo perder todo.

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