Alguien Te Mira

Al fin era la hora de irme a casa, el día fue insufrible mis ojos aún ardían de lo que llore.

Lisset, seguía insistiendo en irnos de fiesta, pero aún faltaba para el fin de semana y no planeaba irme de fiesta para luego regresar al día siguiente con una resaca.

No lo soportaría simplemente optaría por no ir a trabajar, era mi segunda semana en el periódico trabajando diario y trataba de mostrarme que podría.

Debía hacerlo con Anthony, nunca tuve esa necesidad de trabajar, pero ahora era yo quien guiaba mi vida y veía por mi misma aunque era difícil adaptarme a un horario y a todo.

Me sentía orgullosa de no tener que depender de nadie más. De ser yo quien resolviera. El trabajo ya no era un simple hobby ahora representaba una responsabilidad para mí.

Abri mi columna y leí varios mensajes. Mis lectores han de creer que era Psicóloga, si yo solo era una fanática del amor que le regalaba sus novelas de amor y algo más, pero siempre pedian algún consejo.

Mire el poema de mi Eterno Enamorado, así el mismo se nombró, solo sonreí.

Cuando robe un beso de esa boca que con solo mirar enciende todo en mi, será el momento de poder morir con todos mis objetivos listo.

Suspiré. Nunca he respondido a ninguno de sus poemas y todo ha quedado hay. Nunca antes sentí curiosidad de quien sería, pero ahora empezaba a cuestionarme ¿Quien era?

-Uff Dios este enamorado cada vez se vuelve más candente. Me sorprendió Lisset, con su comentario.

-Dios ojalá me escribieran así, dejaría que me tome como quiera y cuando quiera.

Trate de ocultar una pequeña sonrisa por las ocurrencias de Lisset.

-¿Y si fuera ese admirador el que te mira? ¿Has pensado en esa opción?

-Si, pero esa casa está sola. Ya te conté lo que paso luego de la Cena de Celebración del periódico.

-Amiga tienes mucho guardado, respondió Lisset. Me arrepentí de haberle contado a Lisset todo sin ahorrarme ningún detalle de mi sueño húmedo y luego mi final feliz al sentirme observada.

-Basta Lisset, no volveré a contarte nada. Regañe sintiéndome avergonzada.

-Sabes que soy tu mejor terapeuta. Y debes tomarme consejos, el viernes nos vamos de fiesta, solo noche de chicas por hay nos conseguimos a quien nos quiera.

No pude evitar colocar mis ojos en blanco, así era mi Lisset.

-Mami, ese es el problema, deja de analizarlo todo. Solo vive el momento y ya. No esperes más y verás como te sorprenderá.

Lisset, cerro mi computadora y me levanto de mi silla.

-Levanta ese culo y vete a casa y disfruta de quien te mira, me sonrió y no pude evitar igual sonreírle.

Salí abrazada con Lisset del periódico ella tenía prisa, ya comenzaba a oscurece.

Esperaba por Jorge, mi Ridery de confianza.

Lisset, se despidió porque llevaba prisa de llegar a casa, ella si iría a una noche de disco a disfrutar.

La abracé fuerte. Mi amiga sufrió una gran decepción amorosa y se cerró al amor.

-¿Segura que no quieres venir conmigo?

-Muy segura.

-El viernes no aceptare tus excusas baratas.

-Largo, vete o se te hará tarde.

Pasaron varios minutos y ya me estaba sintiendo inquieta. Me sentí un poco incómoda al sentir que me miraban.

Mire a todas partes esperando por Jorge y los minutos se me hicieron eternos ya me sentía un poco nerviosa.

El tiempo se me fue hablando con Lissett, y contándole todo lo ocurrido, salimos pasada de la hora de la oficina.

Mi teléfono sonó y recibí un WhatsApp de Jorge, su moto se había accidentado a unas 3 cuadras del periódico.

Me envío su ubicación porque insistí en llegar hasta donde estaba para acompañarlo.

6:45pm pero parecía bastante tarde, las luces de los postes eran de un amarillo opaco, camine por la calle y siempre con esa sensación que me sentía observada.

Mire varias veces a mi espalda, pero nada, sentí la fria brisa de la noche, un escalofrío recorrió mi cuerpo. Apure mi paso.

Tener esa sensación en casa era diferente que hasta despertaba cierto morbo en mi, pero en la calle me desespere observando a todas partes algo frenética sin fijarme en mi camino, tropiece.

Alguien me agarrado y ahogue un grito al sentir mi cuerpo calentarse por la sensación de miedo.

-¡Maddi!

Al ver a Jorge, me sentí relajada.

-¿Estás bien, te paso algo?

-No.. Si, respondió confundida mostrándome un poco nerviosa

-¿Maddi, te veo nerviosa?

-Olvidalo, estaba un poco paranoica, creí que me seguían.

-Debiste esperarme en el periódico, ya la moto está lista. Por este mal rato, te invito a comer algo.

-No, Jorge, no es necesario.

-Claro que si, y no acepto negativa. Por lo ocurrido puede darme una mala puntuación en la aplicación.

Rei por la ocurrencia de Jorge, si podía, pero no sería capaz de tal locura.

-No seas ridículo, sabes que no sería capaz.

-Lo se, respondió, colocándome el casco, fijo sus ojos en mi.

-¿lloraste? ¿Quien se atrevió hacerte llorar?

Desvíe mi mirada.

-No pregunto, pero acepta ir conmigo a comer algo, será rápido. Ya es hora de cena y sigues aquí por mi culpa.

-¿No aceptarás negativa?

El sonrió mostrando sus perfectos brackets.

Era moreno bastante guapo.

Jorge, agarro la av. Bolivar sentido norte hasta llegar a Pizza Arepa, abrió las puertas para mi. El ambiente era bastante agradable.

-¿Que te gustaría?

-Sorprenderme...

La cena fue bastante agradable con Jorge, la pizza estaba divina....

-Bueno señorita, espero todo haya sido de tú agrado.

-Oh que formal, me burle...

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Maddisson:

Camine por los alrededores de mi casa prendiendo las luces.

Me quite la ropa y quede solo en su ropa interior me lance a la piscina. Nade por largo rato me sente al borde de la piscina inquieta por sentirme observada aunque aquello me despertaba cierto deseo y hasta morbo también me molestaba porque sentía que estaba cruzando una línea entre la cordura y la locura tal vez.