La nobleza de Susan Fontaine era demasiado, tanto que por las relaciones familiares y el bienestar de su padre, ella le propuso casarse a Arturo Lacronte, el Presidente de la Multinacional más importante de la Región y prometido de su hermana, la dulce niña por cariño a su padre le propuso estar casados durante un año y es que una de las razones es que Arturo Lacronte según su madre no puede enojarse con la familia Fontaine de lo contrario sus empresas desaparecerán. El padre de Susan estaba muy enfermo, un infarto lo había dejado en cama, todo por descubrir a su hija mayor envuelta con su amigo que bien podría ser su padre, incluso Gabriela Fontaine se había escapado con su amante tres días antes de su matrimonio con Arturo Lacronte, pero Susan no podía permitir que su padre sufra más, por ende ella llegó a un acuerdo con Arturo Lacronte, por supuesto la familia había ocultado del poderoso hombre la verdadera razón por la cual se convertirá en la noble esposa del Presidente.
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CAPÍTULO 13
Susan sintió que la sangre abandonó su rostro, no se esperaba encontrarse con aquella escena ante sus ojos, pero incluso sus piernas se sentían débiles.
— Susan - Gabriela realizó el pobre intento de cubrirse, pero aquello quedó en eso un intento nada más.
— Yo, yo lo lamento, no quise interrumpir su momento— Susan estaba decidida a salir, pero Arturo fue más rápido, entonces él mismo se la llevó a otra Oficina, dejando a Gabriela sola en su Oficina - Suéltame Arturo, no quise interrumpir tu momento íntimo, ahora estamos a mano yo cometí adulterio tú también lo has hecho, ahora tranquilamente podemos firmar el divorcio.
Arturo la arrinconó por el escritorio, ya no había más lugar para retroceder, su camisa aún estaba sin los botones prendidos, su piel estaba caliente, las pequeñas manos de Susan se posan por encima del pecho del hombre.
— Por lo visto ya estás muy bien - sus manos se posan en la Cintura de ella - Y por eso vienes a buscarme.
— Vine a buscarte para pedirte el divorcio y ahora ya nada puede impedir aquello, tú y yo nos vamos a divorciar, ya no tiene casi estar casados, tú amas a mi hermana, ya están juntos íntimamente.
— ¿Te importa que tenga intimidad con ella? - la voz de Arturo se escuchaba ronca.
— No me importa en lo absoluto, de hecho me alegra que estén arreglando sus asuntos, te veo mañana en la Oficina de asuntos Civiles - Susan tragó saliva y realizó el intento de apartar al hombre.
— Mejor cállate - Arturo se apartó de ella - No, nos vamos a divorciar.
— Le diré al juez que hemos cometido Adulterio, además pienso levantar una denuncia en contra de la persona de tu madre, entonces tú y yo no nos volveremos amistosos, solamente seremos integrantes de un matrimonio que se deterioró.
— ¿Qué vas a hacer qué? - Arturo volvió a acercarse a la mujer, esta vez Susan si se sintió pequeña ante el hombre.
— Fue tu madre quien ordeno que me golpeen, fue tu madre quien me dio dos pastillas para.
- Tú no vas a hacer absolutamente nada Susan, te lo advierto - Arturo salió de la Oficina en la que los había introducido, Susan salió por detrás del hombre, allí se había encontrado con su hermana. — Vamos Gabriela te voy a llevar.
La pareja se había retirado, Gabriela ya tenía puesta otras prendas, Susan también tomó la decisión de alejarse, no sabe cuál sería la reacción de Arturo al amenazar que denunciaría a su madre, pero ella ya estaba cansada de toda esta situación, el efecto de los medicamentos estaba pasando así que tomó un taxi y volvió en la casa de Daniela.
Cuando tomo sus medicamentos había encontrado un teléfono que su amiga ya no utilizaba, y tomó la decisión de escribirle a Arturo - Si nos divorciamos, no voy a denunciar a tu madre, solo dame el divorcio - El texto fue enviado con éxito.
Susan esperó una contestación que nunca había llegado, Daniela no había llegado temprano, la noche había llegado, Susan sintió los movimientos, aturdida abrió los ojos encontrándose con que estaba en los brazos de alguien.
— Si hablas o haces algo será peor - la voz de Arturo la había asustado, pero supo que debía de guardar silencio, cuando el hombre cerró la puerta del vehículo, Susan esperó que el hombre.
— ¿Por qué haces esto? - Susan le había dedicado una mala mirada al hombre que caminaba con ella en brazos.
— Lo que yo haga no tiene nada que ver contigo - Arturo la agarró de la barbilla, y la beso forzadamente, por supuesto un beso al cual Susan se resistió, hasta que el hombre se decidió a soltarla.
— Te pueden demandar por irrumpir en una Propiedad Privada.
— El Tío estuvo fascinado con la imagen de llevar a mi esposa en brazos, no hay nada que unas buenas palabras no pueda lograr.
— Te odio - Susan giro su rostro observando el paisaje de la Villa de Daniela.
— Desde ahora en adelante Viviremos en la Villa Florida, y tú serás como mi empleada doméstica.
— ¿Arturo es en serio? - Susan volvió a mirarlo - ¿Por qué quieres seguir torturándome?
— ¿Estás segura que yo te estoy torturando? Porque cuando tenemos sexo sé que lo disfrutas.
— También lo disfruté con el otro - Susan no lo miro más, entonces no se percató de que las manos que sostienen el volante se habían apretado con fuerza, una hora después habían llegado a Villa Florida, la vista de la Villa era escalofriante, la casa estaba rodeada de un bosque circular, pero por atrás se tenía una espectacular vista de la Playa.
Una casa de una dimensión considerable con 5 pisos de Altura los había recibido, antes de que Susan pudiera reaccionar un pequeño ladrido se había escuchado, ella bajo la mirada encontrándose con un pequeño cachorro, los ojos verdes de la mujer se iluminaron al ver al perrito.
— Hola amiguito - Susan no dudo en cargarlo en brazos.
- Su nombre es Jack - Luego de expresar aquellas palabras Arturo no se detuvo a mirarlos, el hombre había avanzado inmediatamente hasta el interior de la casa, mientras Susan estaba maravillada con el pequeño perro.
En una Sala de Juntas un grupo de 6 hombres y 3 mujeres se reúnen.
— La competencia más fuerte que tenemos aquí es El Grupo Empresarial Lacronte, debemos de buscar la debilidad del Presidente para después destruir a su empresa y quedar en la Cima, aunque aquello es algo que si o si vamos a lograr, nadie puede en contra del Líder del Narcotráfico.
— Así será - Expuso una de las mujeres - atacaremos el punto débil del CEO y lo destruiremos.