soy un hombre del siglo XVII que oculta el hecho de que somos sexual para no ser encarcelado o asesinado, sin embargo, mientras voy por la calle veo una hermosa librería a la cual entro para buscar un libro, pero mientras estoy en mi búsqueda veo algo extraño en los estantes, meto mi mano y de la nada soy jalado a un mundo extraño el cual se parece mucho a lo que había leído sobre la china antigua, luego de levantarme y sacudirme un poco el polvo, un hombre llega en su caballo y de la nada pone su espada en mi cuello.
¿ Quién es este hombre?
¿ porque me apunta?
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La ausencia del ser amado
Luego de ese día Hua Cheng hizo lo necesario para no molestarme más, unos días luego de nuestra leve discusión tuvo que ir al campo de batalla, en cuanto lo supe me preocupé mucho por su seguridad, pero él antes de irse, se acercó a mí y tomándome de la mano me dijo:
-mi amor, te prometo que volveré sano y salvo.
Aunque él dijera eso no podía dejar mi preocupación por su seguridad a un lado, ya estábamos en un campo de batalla de la antigüedad donde los servicios médicos se basaban solo en lo básico de la medicina, aun ni siquiera se practicaba la cirugía y era mayor la probabilidad de que una herida se infectara y la persona muriera por ello. Aunque antes no me preocupaba mucho, ahora diferente, ya que ese hombre que iba a la guerra no era un simple general, sino que era mi pareja y el padre de mi bebé.
Hua Cheng vio que mi preocupación no se disipaba, por lo que me abrazo, luego me dijo al oído:
-mi amor, sabes a cuantas guerras he ido?, cariño, si no fui asesinado cuando tenía 10 años en mi primer año en batalla, no seré asesinado ahora.
Esas palabras en vez de darme tranquilidad me conmovieron y preocuparon, pero ya que no podía retrasarlo más, sonreí y le dije:
-esta bien, confió en ti, así que vuelve sano y salvo, te estaremos esperando.
El sonrió, saco algo de su manga, luego me dijo:
-cierra los ojos.
Yo obedecí y de inmediato sentí que estaba atando algo en mi cuello, luego de unos segundos dijo:
-amor, ya puedes abrir los ojos.
En cuanto vi lo que tenia en mi cuello sonreí y lo mires expectante por una explicación, el de inmediato entendió y dijo:
-ese jade perteneció a mi madre, él murió cuando yo tenía 9 años, era el único que se preocupaba genuinamente por mí, cuando tenía 7 años me dio este jade y dijo:(- bebé, este jade es el tesoro más preciado de mamá, nunca te lo quites a menos de que encuentres al amor de tu vida, si eso sucede se lo puedes dar como muestra de tu amor y sinceridad.)
En cuanto escuche tan hermosa historia comencé a llorar sin siquiera darme cuenta. Hua Cheng se acercó a mí, seco mis lágrimas, me dio un beso en la frente y dijo:
-amor no llores por favor, haces que yo también quiera llorar.
Yo le respondi mientras lloraba:
-no lloro porque así lo desee, creo que son las hormonas del embarazo.
El confundido preguntó:
-¿hormonas?
-ah, es que cuando se está embarazado mi cuerpo y sentimientos actúan sin ponerle cuidado a lo que dice mi cabeza.
-ah, ya entiendo.
-lo siento no quise hacer que te preocuparas.
-mi amor, como no preocuparme si te debo dejar por 3 semanas.
-entonces sientes lo mismo que yo.
-claro mi amor, además en este momento no solo estas tú sino que también nuestro bebé, por lo que mi preocupación es aún mayor.
-mi querido y amad Hua Cheng, yo te a...
En ese momento entro uno de sus subordinados interrumpiéndonos, en cuanto entro dijo:
-general, es hora de irnos.
Él me miro con tristeza, luego me dio un tierno beso en los labios y se fue.
En aquel lugar solo quedaban 15 guerreros, 3 arqueros, 2 lanceros y 3 sirvientes, mi vida diaria luego de la partida de Hua Cheng era bastante normal, mi rutina consistia en hacer una caminata de 10 minutos, desayunar, dormir un rato, pulir las espadas, comer, caminar 8 minutos, alimentar a mis peces, dormir nuevamente, cenar y de vez en cuando hablar con los subordinados de Hua Cheng, en general mi vida era aburrida y monotona, cosa que no me disgustaba.
Las semanas pasaban y la ansiedad y el temor se apoderaban de mí, ya que la fecha aproximada que había dado ya había pasado por lo que me comenzó a preocupar su bienestar y el de sus hombres, asi que busque a uno de los arqueros de más confianza de Hua Cheng y le dije:
-necesito que me hagas un favor.
El de manera amable respondio:
-dígame y con gusto cumpliré sus órdenes.
-necesito que vayas a donde está Hua Cheng y verifiques si está bien, luego de eso regresa y dime lo que viste y de lo que te enteraste.
-no puedo hacer eso señora, el general me dio la orden de no dejarlo ni un solo momento.
-está bien, entonces envía a alguno de los que están aquí a que averigüe como esta Hua Cheng.
-está bien señora, buscaré a alguien adecuado y lo enviaré lo más pronto posible.
-gracias.
Luego de unas horas ya tenía al elegido, era un lancero relativamente nuevo en el ejército imperial, pero que era muy buen combatiente, luego de que aquel chico se fuera, intente seguir mi rutina, pero luego de 2 semanas más mi preocupación creció, ya que Hua Cheng ya llevaba 2 meses fuera y aquel chico aún no regresaba de un viaje que solo le llevaría una semana.
Las primeras dos semanas Luego de que Hua Cheng se fuera, mis síntomas no se presentaron, pero luego de la tercer semana mis náuseas y vómitos regresaron, además mi cabeza dolía casi todo el día, extrañaba demasiado Hua Cheng al punto de que en su 5 semana de ausencia busque toda su ropa, la amontoné sobre la cama y me acosté en el centro del montón, estando allí me sentí tranquilo y menos ansioso, pero esta solución solo funciono una semana, ya que luego de eso su ropa no surtia efecto, mis náuseas empeoraron y aunque los dolores de cabeza ya no estaban, mis malestares me hacían sentir muy mal.
