La Villana Exiliada

En una mansión, los sirvientes corren a toda prisa, pues el dueño de aquella residencia, había caído inconsciente al ver lo que contenía una caja que fue enviada desde un lugar desconocido, pero lo que realmente le termino de alterar, fue lo escrito en la carta. Tras sacar al Marqués de su estudio, los guardias se encargan de llevarse aquel paquete con un olor fétido.

La marquesa se muestra angustiada mientras su esposo es atendido, para su fortuna, solo había sido un desmayo por la impresión, aunque la marquesa no sabía que era lo que le había impresionado tanto como para causarle un desmayo y los guardias solo le dicen que habían enviado un animal muerto, probablemente era alguien tratando de asustarlo, asegurando que era normal tener gente descontenta ahora que Delia estaba por convertirse en princesa heredera.

Más tarde al recuperarse, el Marqués habla con el capitán de la guardia, preguntando de donde había venido el paquete.

— quien lo trajo dijo que era una entrega especial desde la frontera norte.— agregó.

—¿que? Maldita sea...—

El Marqués se pregunta si habrá sido obra de Alesha Von Hansen. No, se supone que ella ahora debe estar muerta y es que debido al estado en el que aquella cabeza se encontraba, era difícil distinguir de quien se trataba.

— necesito que averigüen todo, busquen al mensajero y necesito saber como ha ido el encargo que hice.—

El capitán acata sus órdenes saliendo rápidamente de la habitación. Aunque el Marqués se veía preocupado, esa carta no puede ser solo una broma.

Durante los siguientes días, fueron llegando otros paquetes, hasta que al cabo de una semana, cada parte de aquella cabeza ya había llegado a esa mansión, pero cada paquete llegaba con una nota, la cual decía exactamente lo mismo, causando que el Marqués se sintiera nervioso cada día, lo peor de todo, que no puede acudir al palacio porque se estaría exponiendo.

Unos días después, el capitán le traía noticias al Marqués y es así como se enteraba que Alesha seguía con vida y que además, ahora esta relacionado con Ritter Escalante, el anterior prometido de su hija y eso era un problema para el Marqués, puesto que Ritter, aunque era joven, era un elemento importante en la guardia del imperio.

—¿como puede él estar involucrado con ella? Se supone que ambos se odiaban.— reclama el Marqués.

— realmente no se mi lord, pero el espía vio acudir a lord Escalante cada cierto día y salir hasta al siguiente, en los pueblos cercanos se dice que son amantes.—

Escuchar aquello solo enfurece al Marqués. Si Ritter esta cerca de ella, le será más difícil acabarla.

Cinco días después...

En la mansión de Ritter, el mayordomo Jonathan, le entrega una carta al joven, esta venía con el sello del palacio, al abrirla, era una carta de Delia, quien le informa que su padre ya estaba mejor y afortunadamente, será él quien la entregue en el día de la boda, pero le pide que acuda a la ceremonia, ya que para ella, Ritter es un amigo importante.

Alesha quien estaba en la habitación, le quita la carta para leerla, no cabe duda que esa chiquilla era una tonta.

— pedirle a su ex prometido, acudir a su boda. Vaya que solo le importa su felicidad y no piensa en los sentimientos de los demás.— Alesha rompe la carta.

Y antes de que Ritter diga algo, la chica se sienta en su regazo rodeando el cuello del albino con sus manos.

— dile que ese día no podrás, porque estarás en mi cama complaciendome.— Alesha muestra una sonrisa coqueta.

— no creo que necesite saber lo que hago. Además, con su mente de niña tonta, dudo que comprenda...—

Ritter conoce bien a Delia y para él, su comportamiento es como el de una niña de cinco años caprichosa y que no sabe nada de la realidad del mundo. Sin dar tiempo para que Alesha diga algo más, sello sus labios con un apasionante beso, saboreando su lengua mientras sus manos se cuelan por debajo de la falta del vestido. Ritter estaba dispuesto a hacerlo en su oficina, aprovechando la oportunidad, pero alguien golpea la puerta, por lo que Alesha se aparta y se pone de pie.

Ritter permite a la persona pasar, este era uno de sus caballeros de confianza, quien le avisa que recibió un mensaje en el cual dice que el Marqués Lange se esta preparando para salir de la capital y según el informante, iba a un viaje de negocios en las tierras del norte. Dicho esto, el caballero se retira.

— que coincidencia que su viaje de negocios sea hacía acá...— menciona Alesha.

Su plan esta saliendo como lo pensó, pues con todos los mensajes enviados al Marqués, este ya debe de estar desesperado, por lo que intentará hacer lo que sus mercenarios no pudieron, lo cual era matar a Alesha.

— me sorprende lo calculadora que eres.— y eso le hace ver a Ritter un detalle.

Definitivamente, Alesha no fue quien intento matar a Delia, pues no sería tan descuidada dejando evidencia.

— lo soy, hay que prepararnos, debemos salir a un viaje.—

Ritter podía notar que Alesha se veía alegre. Pero él la sostiene de la cintura al ponerse de pie y con la mano libre, le coloca una pequeña pastilla de color café en los labios de Alesha. Ella no duda en tragar esa pastilla y Ritter se toma una también, pues éstas eran un par de pastillas anticonceptivas.

— saldremos mañana, ahora, tú y yo tenemos asuntos que resolver entre las sábanas.—

Alesha no responde, pero le aparta un poco para ponerle llave a la habitación y al darse la vuelta ella misma se quita el vestido, dejando una excelente vista para Ritter. El albino se acerca para llevarla hasta el gran sofá que tiene en esa habitación, donde la rescuesta para comenzar a degustar de la blanca y suave piel de Alesha, sus labios recorren cada centímetro de su cuerpo, hasta perderse entre sus piernas, donde desliza le leng\*a entre los pliegues, dando un exquisito placer a su amante, quien no puede evitar dejar escapar un par de jadeos ante las sensaciones que Ritter le esta haciendo sentir.

Hacerlo con él, era un deleite, pues sabe perfectamente como complacerla, ya que es un hombre que no se preocupa solo de su propio placer, también se asegura que ella lo disfrute. Tras ver que estaba lista, se acomoda entre sus piernas, hundiéndose en ella de una sola estocada, para comenzar con un vaivén brusco, pero placentero para ambos, ya que los jadeos le Alesha le hacían saber que ella lo disfruta tanto como él. Hasta alcanzar juntos el clim\*x.

El anochecer iba llegando, un carruaje iba de prisa, el cochero apresura a los caballos a andar más rápido, al igual que los guardias que acompañan ese carruaje, van de prisa. La zona no es muy segura, así que quieren llegar al próximo pueblo en lugar de acampar al aire libre. Dentro del carruaje iba el Marqués Lange, pues se dirige a un territorio del norte conocido por ser el lugar de reuniones de los mercenarios y delincuentes.

Necesita contratar a los más temibles para acabar con Alesha, pronto será la boda de Delia con el príncipe, por lo que no quiere que se arruine, no sabe que podría estar planeando Alesha, pues el recibir casi todos los días partes de los cuerpos de los mercenarios enviados antes, le hace sentirse nervioso. De pronto el carruaje se detiene de manera abrupta.

— ¿que pasa? ¿Por qué nos detenemos?— abre la puerta para salir, pero se detiene.

El Marqués se sorprende de ver a todos los guardias tirados sin moverse y ante él tenía a Alesha.

— hola Marqués, vine personalmente a agradecerle por la diversión que envió.—

Alesha hace una seña y el carruaje comienza a moverse, el Marqués cierra la puerta y se sienta, pero toma una espada entre sus manos y una daga, la cual esconde en su chaqueta larga.

— esa maldita...ahora yo mismo te mato...— murmura para si mismo.

...