"Sobrellevando la Adolescencia hacia la Adultez: Luchando con uno mismo y con el entorno"
La transición de la adolescencia a la adultez es un viaje tumultuoso lleno de desafíos y descubrimientos. Para muchas personas, este período de cambio está marcado por la lucha interna y externa, donde la autoaceptación y la confrontación con las expectativas sociales son elementos centrales. Para una chica curvy, esta travesía puede estar especialmente marcada por la presión de la imagen corporal y las normas de belleza. En este ensayo, exploraremos cómo sobrellevar la adolescencia hacia la adultez.
Preparados para esta nueva aventura.
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Capitulo 21
Desde pequeña, Lina había enfrentado una serie de inseguridades que moldearon gran parte de su forma de ver el mundo y de relacionarse con los demás. Su autoestima había sido un área especialmente vulnerable; los comentarios desalentadores y las expectativas poco realistas que había percibido desde joven habían dejado una marca profunda en su interior.
En la escuela, Lina a menudo se comparaba con sus compañeros. Mientras veía a otros niños con habilidades destacadas, ya fuera en deportes, en la clase o en el arte, ella sentía que nunca podía alcanzar el mismo nivel de éxito. A pesar de sus propios logros y habilidades, sentía que no eran suficientes. Esta percepción la llevaba a una constante autocrítica, alimentando una sensación de insuficiencia.
El sentimiento de no ser lo suficientemente buena la acompañó a lo largo de su vida, afectando sus relaciones y su bienestar general. Aunque había logrado muchas cosas, desde sus estudios hasta sus trabajos y amistades, a menudo se encontraba analizando y cuestionando sus acciones, preocupada por si realmente estaba haciendo lo correcto.
Esto era particularmente relevante cuando se trataba de temas emocionales y relaciones personales. Por ejemplo, cuando comenzó a desarrollar sentimientos por Diego, el padre de Diego y Sofía, Lina no pudo evitar cuestionar si sus sentimientos eran válidos o si estaban basados en una idealización poco realista. Se preguntaba si estaba equivocándose al pensar que había una posibilidad real de una relación con él, o si estaba simplemente buscando una forma de superar sus inseguridades personales.
Al tomar la decisión de hablar con Diego sobre sus sentimientos, Lina se enfrentaba a una lucha interna. Su autoestima, frágil por tantas inseguridades acumuladas, la hacía temer el rechazo y las posibles repercusiones. La idea de que sus sentimientos pudieran poner en peligro la relación que tenía con Diego y sus hijos la mantenía inquieta, sumando más peso a sus decisiones.
Pero ella no contaba, esa sensación de intranquilidad ya era pasado, ella tenia su propia familia fuera de sus padres y hermanos.
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Diego había estado pensando en cómo proponerle matrimonio a Lina durante semanas. Quería que el momento fuera especial, no solo para él y Lina, sino también para los niños, que se habían convertido en una parte fundamental de su vida y de la de Lina. Decidió que la propuesta debería ser un reflejo de la vida que habían construido juntos y del amor que compartían como familia.
Después de varios días de planificación y preparación, Diego decidió que el momento ideal sería durante una salida familiar a un restaurante nuevo en la ciudad. El restaurante había recibido excelentes críticas y ofrecía un ambiente elegante pero acogedor, ideal para una ocasión tan especial. Además, el restaurante contaba con un pequeño espacio en la terraza con vistas panorámicas que Diego había reservado para esa noche.
El plan de Diego era sencillo pero lleno de significado. Quería que la propuesta fuera un momento de unión familiar, en el que los niños pudieran ser parte de la celebración y compartir la alegría de este paso importante en sus vidas.
El sábado llegó, y Lina, Diego y los niños se prepararon para la salida. Lina estaba emocionada por la cena en el nuevo restaurante y disfrutaba la idea de pasar tiempo en familia. No tenía idea de lo que Diego había planeado. Los niños estaban igualmente entusiasmados, especialmente porque se habían vestido para la ocasión, con Sofía usando un vestido bonito y Diego vestido elegantemente.
Llegaron al restaurante y fueron recibidos con calidez por el personal. La mesa en la terraza estaba decorada con velas y flores, creando un ambiente romántico y especial. Diego había organizado una pequeña sorpresa para Lina: una cena íntima con la familia en un lugar que ofrecía un entorno perfecto para la propuesta.
Mientras disfrutaban de la comida y la conversación, Diego se mostró relajado y feliz. Había elegido cuidadosamente cada detalle del menú y se aseguró de que todo estuviera perfecto para ese momento. Los niños estaban encantados con la comida y con el ambiente, y la velada transcurría con alegría y risas.
Después del plato principal, Diego sugirió a Lina que se acercara a la terraza para ver el atardecer. Lina, intrigada, aceptó la invitación sin sospechar nada. Diego guió a Lina hacia el rincón más apartado de la terraza, donde las vistas eran impresionantes y el ambiente era íntimo.
En ese momento, los niños estaban ocupados con un pequeño regalo que Diego les había pedido que prepararan para Lina. Cada uno de ellos había escrito una nota y hecho un dibujo que Diego había colocado en una caja especial. La idea era que, mientras Lina estaba en la terraza con Diego, los niños prepararan la sorpresa final.
Diego tomó la mano de Lina y la condujo suavemente hacia la terraza. Con una sonrisa en el rostro, la miró a los ojos y comenzó a hablarle sobre el amor que sentía por ella y por los niños. Le recordó cómo había llegado a ser una parte tan importante de sus vidas y cómo cada día estaba agradecido por la familia que habían formado juntos.
Con un nudo en la garganta y los nervios a flor de piel, Diego se arrodilló en el suelo y sacó el anillo de compromiso de su bolsillo. El anillo, cuidadosamente elegido, brillaba a la luz de las velas, y Diego, con voz temblorosa pero llena de amor, le pidió a Lina que se casara con él.
Lina, sorprendida y emocionada, miró el anillo y luego a Diego, viendo la sinceridad en sus ojos. La emoción la embargó, y las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. Sabía que este momento era el culminar de su viaje juntos y el comienzo de una nueva etapa en su vida.
Con una sonrisa radiante, Lina aceptó la propuesta, y Diego se levantó para abrazarla con cariño. En ese instante, los niños aparecieron con la caja de notas y dibujos, entregándole a Lina el regalo especial que habían preparado. Cada dibujo y nota reflejaba el amor y la emoción que los pequeños sentían por ella y por la idea de tenerla como parte oficial de su familia.
La terraza se llenó de risas y celebraciones mientras Lina leía las notas y abrazaba a los niños. La noche continuó con alegría y entusiasmo, con el grupo celebrando la nueva etapa que comenzaban juntos. El restaurante ofreció un pastel especial para conmemorar la ocasión, y la familia disfrutó de un brindis y una cena de celebración.
El día siguiente, Lina y Diego compartieron la noticia con amigos cercanos y familiares, quienes se unieron a la celebración de la propuesta. La aceptación de Lina y la alegría de los niños hicieron de ese fin de semana un momento inolvidable, marcando el inicio de una nueva fase en sus vidas como familia unida.