La Venganza De Leia

sir Davies permaneció de pie frente a la puerta, con el informe en sus manos mientras debatía consigo mismo si debía entregarlo. cada minuto que pasaba, sentía el peso del enojo que sabía se avecinaba..

el duque lo notó desde su escritorio y se levantó de golpe, caminando hacia él con paso firme.

Duque: dámelo..

sir Davies tragó saliva y se lo entregó, casi esperando ver cómo estallaba la furia. el duque abrió el informe y comenzó a leer, sus ojos recorriendo las líneas con creciente irritación.

Duque: ¿¡organizando una fiesta!? ¡¿toda la mansión Donnely de la costa, todas las personas, para celebrar el fin del año!?

sir Davies: mi señor, parece que es solo un festejo inocente… para los sirvientes y el personal de la casa, nada más..

Duque: ¡inocente! ¡esa chica no hace nada inocente! cada sonrisa, cada risita, cada detalle… es un desafío directo.. deberia estar ilusionada con la boda

sir Davies: mi señor, no hay malicia, solo entusiasmo y alegría…

Duque: ¡alegría! ¡esa felicidad de ella no corresponde! ¡deberia estar organizando la boda! quiero que se detenga de inmediato cualquier preparación. que los sirvientes sepan que no habrá fiesta sin mi permiso.

sir Davies: pero mi señor… podría ser peligroso confrontarla directamente, ella es… fuerte de carácter..

Duque: dile a lady LEIA que hasta que no organice la boda, no habrá ninguna fiesta, ninguna celebración, que deje claro que no toleraré desobediencias.

sir Davies asintió, temiendo la reacción de la joven, y se dirigió a enviar el mensaje.

al poco tiempo, llegó la respuesta de Leia con su estilo habitual, sarcástico y directo..

“prepara todo y avísame cuándo tengo que asistir.”

el duque tomó la nota entre los dedos, sus ojos recorriendo cada palabra. frunció el ceño, intentando mantener la calma.

Duque: esa niña… siempre desafiando cada orden, cada límite…

[y aún así, ¿por qué siento que me encanta que sea así?]

sir Davies: mi señor, ¿debo… enviar alguna respuesta?

Duque: no… que se encargue de la organización, pero que recuerde que la boda es lo primero. todo lo demás… ya veremos.

Días despues sir Davies entró con el informe en mano, un poco nervioso, sabiendo lo que podría pasar.

sir Davies: mi señor, llegó el reporte de los preparativos de la boda de lady Leia.

El duque tomó el papel y comenzó a leer, al principio con calma, pero conforme avanzaba su mirada se endurecía.

Duque: “celebración sencilla, pocos invitados, banquete discreto, nada de lujos… no quise gastar de más, no sé cuánto presupuesto hay disponible. y para la próxima boda que tenga el duque, seguramente querrá más lujos”

al llegar a “próxima boda”… algo dentro de él explotó.

De repente, su respiración se volvió rápida, sus manos temblaron, y antes de que sir Davies pudiera reaccionar, una ráfaga de viento surgió de la habitación, haciendo volar papeles, plumas y hasta algunas tazas que estaban sobre la mesa. las cortinas ondearon violentamente y el fuego de la chimenea se encrespó como si quisiera escapar.

sir Davies: ¡mi señor! ¿la magia…?

Duque: esa niña! ¿“próxima boda”? ¡¿cómo se atreve a hablar de otra boda como si yo fuera a reemplazarla o…?!

el viento giraba alrededor de la oficina, moviendo muebles y haciendo que los papeles se arremolinaran en remolinos caóticos.

Duque: ¡sir davies! asegúrate de que nadie le diga “próxima” a algo relacionado conmigo… ni siquiera mi sombra.

sir davies asintió rápidamente, intentando calmar la situación mientras recogía los papeles y trataba de no ser arrastrado por la corriente de viento que seguía latiendo de rabia en la oficina del duque.

Duque: maldita sea… esa niña va a volverme loco.

El duque golpeó la mesa con fuerza, haciendo que los papeles saltaran, y miró a sir Davies con ojos que ardían de determinación.

Duque: ¡sir Davies! quiero que contrates a alguien que se encargue de planear esta boda. y no cualquier boda… ¡una celebración en grande, digna del ducado Donnely!

sir Davies: ¿en grande, mi señor? ¿con todo lo necesario?

Duque: sí, invitaciones formales, que lleguen hasta al el palacio imperial.. que no falte ningún detalle… cada guirnalda, cada luz, cada asiento debe reflejar nuestro prestigio.. y el vestido.. quiero que la mejor modista del ducado vaya de inmediato. que prepare algo digno de una duquesa, que nadie pueda mirarlo sin recordar quién es el duque Donnely.

sir Davies: inmediatamente, excelencia. me encargaré de contratar al organizador y enviar a la modista más reconocida del imperio.

el duque respiró hondo, como si finalmente hubiera encontrado una solución para la rebeldía de Leia, pero su mirada seguía brillando con una mezcla de furia y algo que ni él mismo comprendía del todo

[que todo quede perfecto, y que ella vea… que esta boda no es un juego, es una declaración]

Horas despues.. sir Davies caminó con paso apresurado hasta la guardia, con el informe de la casa de la costa bien sujeto en sus manos. sabía que el contenido enfurecería al duque, así que decidió ser cuidadoso y enviar la noticia de manera indirecta.

sir Davies: ¿quién es el guardia que más atrasos tiene?

los hombres se miraron entre sí y finalmente señalaron a un joven nervioso que siempre llegaba tarde a sus puestos. sir Davies asintió y le entregó una nota con instrucciones precisas.. debía llevarla directamente al duque Donnely..

el guardia, pálido y tembloroso, se apresuró a subir al despacho del duque. al llegar, entregó la nota con manos temblorosas. el duque la tomó, sin mirar siquiera al guardia, y al leer el informe su furia estalló de inmediato..

Duque: ¿¡una fiesta!? ¡¿ella se atreve a organizar una fiesta mientras aún no hemos finalizado la boda?!

despues de que los gritos y el viento terminaran y de ver al guardia salir asustado.. el asistente entro..

sir Davies: mi señor, parece que lady Leia ha decidido celebrar el fin de año antes de tiempo, pero no hay indicios de malicia… solo entusiasmo.

Duque: entusiasmo! ¡ese “entusiasmo” me está volviendo loco! ¡quiero que esa fiesta se cancele de inmediato, o que la supervisen mis hombres cada segundo!

sir Davies: los guardias de la mansión también están invitados..

Duque: maldita sea… esa chica siempre encuentra la forma de desafiarme, y aún así… no puedo dejar de pensar en ella.