Luna Aurora Abraham renunció a su apellido y a su familia para casarse con el hombre que amaba: Bima Pratama, un hombre común al que Luna consideraba su dios salvador, después de que la rescatara de un intento de violación.
Pero tras perder a su bebé, su vida se convierte en una pesadilla. Su esposo y su suegra la tachan de loca, y con crueldad, Bima la interna en un hospital psiquiátrico después de apropiarse de toda su fortuna.
No satisfecho con eso, también paga a los empleados del hospital para que le administren medicamentos que paralizan su sistema nervioso. Luna debe sobrevivir entre pacientes dementes que a menudo intentan matarla.
Hasta que un día, Bima aparece de visita tomado de la mano de una mujer embarazada: su nueva amante.
"Me casaré con Maya, porque ella está esperando a mi hijo."
Pero el destino no ha terminado con Luna: Dios le concede una segunda oportunidad, haciéndola despertar un día antes de su boda.
¿Qué hará ahora con el poder de cambiar su historia?
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Capítulo 19
"Lo siento, Luna, pero no puedo tocarte. Ya no somos marido y mujer", dijo Atlas.
"¿Así que es verdad que eres Atlas, el tipo indeciso que me dejó en la noche de bodas? ¿Qué tal la ex? ¿Feliz viviendo con Melani y sus hijos? Jajaja, mientras yo sigo fiel en la soledad", dijo Luna inconscientemente.
"Lo siento, después de 5 años, resulta que tu herida aún no ha sanado. ¿Todavía puedo expiar mi pecado, Luna? Yo también te sigo amando mucho", susurró Atlas.
"Mentiroso, fanfarrón, cabrón... Ahhh... Caliente..." Luna se sentó inquieta, algo se sentía retorcido, anhelando un toque. La medicina que había tomado la estaba controlando cada vez más.
"Por favor... Ayuda... Atlasshhh..." La voz de Luna era cada vez más ronca, sudor como semillas de maíz empapaba toda su cabeza. Si no se le ayuda pronto, Luna podría morir. Pero Atlas no aprovecharía la oportunidad en la adversidad. No podía soportar recibir el odio de Luna si cometía un error una vez más. Atlas cargó a Luna y luego la metió en una bañera llena de agua fría.
Mientras seguía rociando la cabeza de Luna con agua fría de la ducha, Atlas llamó a su asistente, que probablemente ya había abandonado el área del pasillo de la habitación.
"Ricky, por favor llama a un médico lo antes posible. Luna está bajo la influencia de una maldita droga, sigue delirando sin control".
"¿Por qué no la ayudas naturalmente? Sería mejor mientras esperas a que llegue el médico".
"No puedo, Luna y yo ya no estamos casados. No dejes que Luna me odie aún más por considerar que aprovecho la oportunidad en la adversidad. No soy tan mezquino aunque pueda hacerlo".
"No tienes que dañar su corona, puedes usar los dedos. ¿No pueden las mujeres tener una liberación con solo tocar sus puntos sensibles?".
"Parece que tienes mucha experiencia, Ricky, no creo que seas un soltero que aún es original".
"Señor, mi persona no es importante para discutir. En este momento, su prioridad es la seguridad de la señorita Luna. Puede seguir su instinto y satisfacerla sin dañarla", aconsejó Ricky.
Atlas colgó inmediatamente la llamada y comenzó a darle estimulación.
"Eeuuhhh..." Un sonido de gemido sonó melodioso, como un hombre normal, Atlas también sentía lujuria, pero lo reprimió lo mejor que pudo. Además, en este momento, el cuerpo sexy de Luna estaba expuesto frente a él, aunque todavía estaba cubierto con anteojeras y un triángulo de las Bermudas violeta, su color favorito.
"Atlasshhh... ¿Por qué no me follas directamente?", preguntó Luna.
"Porque no quiero ver crecer tu odio hacia mí", respondió Atlas.
"Si yo te lo pido, ¿seguirás negándote?", preguntó Luna con los ojos vidriosos entre la frustración de reprimir la lujuria y el sentimiento de no ser deseada como mujer.
"No, no te deseo Luna. En verdad, anhelo poder violarte", respondió Atlas.
"Lo haremos después de volver a casarnos Luna, incluso si todavía estás dispuesta a darme una segunda oportunidad", respondió Atlas mientras su mano no dejaba de destruir la estrecha cueva de Luna con movimientos rápidos.
"Ahh..." Una vez más, Luna experimentó una liberación, su cuerpo se retorció. Pero parece que la dosis que le dieron fue demasiado alta, por lo que no satisfizo a Luna.
Atlas no pudo soportar ver a la mujer que amaba torturada de esa manera. Haría cuentas con cualquiera que se hubiera atrevido a torturar a Luna. Con movimientos de dedos cada vez más rápidos, Atlas esperaba poder aliviar un poco el sufrimiento de Luna. Se escuchó un tercer suspiro largo, pero Luna aún no se había curado mientras su cuerpo comenzaba a debilitarse.
Toc
Toc
Toc
"Señor Atlas, ya traje a la doctora", dijo Ricky, aliviando a Atlas.
"En ese caso, espera afuera de la habitación. Llevaré a Luna a la cama", dijo Atlas.
El cuerpo de Luna se movía cada vez más erráticamente, cuando la gran mano de Atlas sostenía su cuerpo. Un gemido volvió a escucharse antes de que Atlas la acostara en la cama.
"Doctora, por favor dele a mi novia el antídoto, parece que la droga de guerra que consumió tiene una dosis demasiado alta. No puedo manejarlo solo con las manos", dijo Atlas.
"Parece que es un buen hombre que no se aprovecha de la situación. Me alegro de que todavía haya hombres como usted", dijo la doctora de mediana edad.
"Porque la he lastimado mucho".
Se vio a la doctora darle una inyección a Luna. No tomó mucho tiempo para que la ex esposa de Atlas se durmiera.
"Después de esto, si hay alguna reacción inusual, es mejor llevarla al hospital de inmediato. Porque el afrodisíaco, si se administra en una dosis excesiva, puede interferir con la función cardíaca. Así que, en la medida de lo posible, controle su condición", dijo la doctora.
"Si suda, puede limpiarla con un paño limpio que haya sido sumergido en agua tibia. Para que su cuerpo no tenga fiebre", dijo la doctora de nuevo.
"Bien, doctora, muchas gracias por su ayuda". Después de eso, Atlas la acompañó hasta la puerta principal.
"Ricky, ¿qué tal esas personas? ¿Todavía están dentro de la habitación?", preguntó Atlas con hostilidad.
"Todavía, y ahora están gritando para que les abran la puerta", respondió Ricky mientras mostraba una grabación.
"Sabes lo que tienes que hacer Ricky, no es divertido si solo están encerrados, ¿verdad? Paga a muchos hombres para violar a esa mujer en grupo. Luego llama a los medios para que transmitan la escena en vivo.
"Somos invitados en este país, pero tenemos dinero y poder para vengarnos de sus malas acciones contra Luna", dijo Atlas con firmeza, en caso de que Luna aún no volviera con él. Lo más importante es que ya había hecho lo correcto para salvar su honor como mujer.
"Está bien señor, haré lo que el señor Atlas quiera".
Luego, Atlas se dio la vuelta y volvió a entrar en la habitación y cerró la puerta. Atlas se sentó al lado de la cama, mirando a Luna que dormía cubierta con una gruesa manta. Se veían finas líneas en su frente. Parecía que su sueño no era tranquilo. Correcta la predicción de la doctora, momentos después la frente de Luna sudaba mucho. Rápidamente Atlas siguió las instrucciones de la doctora para limpiarla con un paño caliente.
No mucho después, Luna parpadeó. Lentamente esos hermosos ojos se abrieron, sombras de recuerdos de los eventos que acababa de experimentar bailaban en su cabeza. Uno por uno hasta el momento en que fue tocada por Atlas.
Luna se quedó en silencio asimilando lo que sucedió y cómo sería después de esto.
"Atlas..." Llamó Luna al hombre que dormía en posición sentada.
"Luna, ya despertaste. Lo siento si he hecho cosas que no debería haber hecho. Si ya te sientes bien, me iré de aquí", dijo Atlas sin atreverse a mirar a Luna.
"¿Qué haces en Suiza? ¿Por qué estás en el mismo hotel que yo?", preguntó Luna.
"Tengo un asunto de negocios, ¿por qué?",
"Gracias, si no estuvieras tú, tal vez mi destino sería aún peor".
"No hay problema, por casualidad te vi y te ayudé. ¿Sabes quién es la mujer involucrada en este problema Luna? Le estoy dando una lección. Si quieres, disfrutemos del emocionante espectáculo en la habitación de al lado. Ponte tu ropa de nuevo", dijo Atlas.
"Entonces, ¿tú fuiste quien me quitó toda la ropa Atlas?", preguntó Luna con las mejillas rojas como un tomate.
"Sí, lo siento, tuve que hacerlo. Porque no podía soportar verte torturada de esa manera", dijo Atlas.
"Por qué... Por qué no lo hiciste, aunque tuviste la oportunidad. Pero solo usaste los dedos para satisfacerme", preguntó Luna.
"Porque no quiero volver a lastimarte Luna, fue suficiente con que te lastimara 2 veces. No puedo soportar recibir tu odio de nuevo", respondió Atlas.
"Gracias, pero aun así me has tocado aunque no hayas tomado mi pureza. Quiero que seas responsable, quiero que te quedes y no te vayas como un perdedor. Cásate conmigo, Atlas".
"Dilo de nuevo, Luna. ¿No escuché mal, verdad?"
"¿Después de 5 años, tienes mala audición Atlas?"
"No... Yo... Me casaré contigo hoy mismo Luna".
"Pero, no soy la segunda esposa o amante para ti, ¿verdad Atlas? No quiero ser la segunda ni ser duplicada", dijo Luna con firmeza.
"No, nunca me he vuelto a casar y no tengo novia. Porque todo mi amor se ha agotado para ti solamente", dijo Atlas.
"Y no quiero casarme en secreto, quiero una fiesta fastuosa a la que asista la familia".
"En ese caso, dame 3 días. Les daré noticias a papá y mamá".
