Princesa Dragón Fugitiva.

Por otro lado, mientras Cixi y su padre habían salido de la mansión, Miyu y Masako estaban en una acalorada discusión. Ambas se culpaban mutuamente sobre la situación actual en la que estaban.

- ¡Todo es tu culpa, debiste hacer lo que te pedí y deshacerte de ella! ¡Eres una inepta!-, Miyu estaba fuera de si. Desde que salió de la oficina del gran general estuvo rompiendo cosas en su habitación, y luego había ido a buscar a su hija para golpearla.

Masako aguantó por un tiempo, evitó responderle a su madre o reaccionar ante todo lo que su madre le estaba diciendo y haciendo, hasta que se cansó y deteniendo la mano de su madre, la empujó.

- Si alguien tiene la culpa de todo esto, eres tú. Nunca fuiste una mala madre para empezar, y sobre esa bastarda debiste ocuparte tú, desde hace mucho tiempo. Además, la única que se va a ir de aquí eres tú. Al final de cuentas yo sigo siendo la hija del gran general. Mi padre no va a sacarme de esta casa si le muestro algunas lágrimas-, finalmente Masako se había revelado a su madre.

Pero Miyu solo empezó a reírse de ella, dejando desubicado a Masako.

- ¡Que estúpida eres! Ahora entiendo por qué no pudiste deshacerte de ella-, Miyu se levantó y parándose muy cerca de su hija le dijo...

- tú ni siquiera eres hija del gran general. Y adivina qué, él lo sabe. Solo tenías que mantener tu boca cerrada, y quizás hubiéramos tenido una oportunidad al ganar un poco de tiempo para deshacernos de la estúpida, pero no... Tenias que hablar esas estupideces apenas llegó el gran general. Todo esto es tú culpa, únicamente tú culpa. Ahora tendrás que olvidarte de los lujos,querida hija-. Miyu al decir eso empujó a su hija, cayendo en su cama consternada por lo que había escuchado.

Al final, la bastarda era ella y nunca lo supo hasta ahora, si tan solo su madre se lo hubiera dicho, ella habría actuado diferente, por lo menos sus pensamientos eran esos en ese momento. La ira la invadió, y más al ver la sonrisa burlona de su madre.

- el gran general quiere que desocupes está habitación hoy mismo. Iré a preparar mis cosas, deberías hacer lo mismo. Al menos tendremos una pensión mensual para pagar un techo. Todo gracias a tu ineptitud-, Miyu se dió la vuelta para irse, pero ella nunca se hubiera esperado lo que sucedió a continuación.

Masako entró en un estado de ira culpando a su madre de todo, los recuerdos de cuando la maltrataba vinieron a su cabeza, además de que ahora lo perdía todo de un momento a otro. La rabia la cegó y se levantó de la cama, tomando el abre cartas que había al lado de su cama, caminó un poco y llamó a su madre...

- Madre, espera un momento-.

Miyu al escucharla se detuvo y se dió la vuelta, en ese momento vió la sonrisa sádica de su hija quien se acercó a ella y la apuñaló.

- Todo esto es tú culpa, y para que veas que no soy una inepta sé tú misma testigo de lo que soy capaz de hacer-. Masako sacó el abre cartas, y volvió a apuñalar a su madre, repitiendo esa acción varias veces hasta que Miyu quedó muerta en el suelo.

Cuando Masako volvió en si, vio lo que hizo horrorizada. Tenía las manos llenas de sangre, al igual que su vestido. Había matado a su propia madre en un arranque de ira. Y ahora ahí estaba, abrazando el cuerpo de su madre entre lágrimas.

Cualquiera sea la personalidad de su madre, y el trato que le había dado en su vida, ella siempre la amó. No supo que hacer en ese momento más que llorar aferrada al cuerpo de su madre. Hasta minutos después, se secó las lágrimas y empezó a pensar.

- tengo que huir de aquí-, murmuró. Masako se apresuró a lavarse la sangre y cambiarse la ropa por otra limpia. Juntó todas sus joyas, y yendo a la habitación de su madre, agarró todo el dinero y joyas que encontró para irse lejos de ahí.

Se cubrió con una capa, y salió con cuidado por la puerta de atrás. Buscó un carruaje para salir fuera de la ciudad.

- Tengo que irme lo más lejos posible-, pensó mientras miraba por la ventana de aquel carruaje que había conseguido alquilar para su viaje.

...****************...

Cixi y su padre regresaron varias horas después a la mansión. Al pasar por la puerta principal de entrada, escucharon que había un escándalo dentro de la mansión, era evidente que algo había pasado en aquel lugar.

- ¿Qué habrá pasado?-. Preguntó Cixi con la mirada fija a la mansión.

- no lo sé hija, tenemos que ir a ver. Se pronunció el gran general tomando la delantera y siendo seguido por Cixi y el zorrito.

Cuando entraron a la mansión, una de las sirvientas al ver al gran general corrió ante él, y sin siquiera hacer una referencia como saludo, habló horrorizada contando lo que habían encontrado en la habitación de la señorita Masako.

Incrédulo de lo que escuchaba, el gran general subió las escaleras seguido de su hija y ahí la vieron, en el suelo llena de sangre yacía muerta Miyu. Rápidamente él abrazó a su hija tratando de que Cixi no viera aquello para evitar que se asuste. La verdadera Cixi se habría asustado, pero no la nueva, ya que ella había visto de todo en el campo de batalla.

Ante el abrazo de su padre, Cixi soltó al zorrito, quien se quedó viendo el cuerpo aún caliente de Miyu...

- aún está fresca, todavía puedo obtener energía de ella. Pero con estos humanos presentes no puedo-, se lamentó mentalmente el zorrito.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

Hola a todos! Espero que les esté gustando los giros de esta novela. Voy a hacer lo posible de hacer actualizaciones muy muy pero muy constantes. Espero que me sigan apoyando con sus likes, votos y comentarios. También pueden seguirme!

Espero que hayan tenido un buen fin de semana ❤️