En un futuro dominado por la tecnología y robots personalizados, la vida de Aria Steele se desmorona cuando su novio, Alex, la traiciona con otra mujer. Buscando un nuevo comienzo, Aria se adentra en RoboTech, una empresa de tecnología que promete el amor perfecto a través de robots personalizados.
¿Qué pasaría si pudieras elegir al amor de tu vida? Piénsalo, un hombre hecho a tu medida cuerpo escultural, ojos que te enamoran, que te amará como nadie, un amor eterno. Evita un corazon roto y haz tu compra en RoboTech.
Releí el anuncio un millón veces, sintiendo la duda crecer en mi mente, no podía creer que iba a hacer esto pero llámalo estupidez o lo que sea.
Un pie hizo un movimiento y luego el otro, parecía que mi cabeza o más bien corazón, tomó la decisión. Entré en RoboTech y me preparé para cambiar mi destino.
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Capítulo 21 —Elecciones
Max:
Al día siguiente, Max se sumergío en su trabajo en la fábrica de robots. La rutina diaria le brindaba cierta estabilidad, pero la sombra de Robo Tech siempre estaba presente y no tardó en hacerse presente.
—Max te buscan —dijo uno de sus compañeros de la fábrica, llamando su atención.
—¿Dijo quién era? —Pregunto Max quitándose los guantes de protección.
Su colega de trabajo sonrió con picardía. —Seguro es una de tus citas de anoche. Te lo tenías bien guardado diablillo —dijo el hombre alejándose de él y dejándolo completamente sorprendido.
¿Aria estaba aquí? La sola posibilidad hizo brincar su corazón de la emoción pero en la bruma de felicidad, se filtró la preocupación. Este encuentro no era seguro para ella.
Sin detenerse salió rápidamente de la fábrica al aire frío de la ciudad. En efecto una mujer lo esperaba, su figura femenina la delataba. Se podía ver claramente por la capa oscura que llevaba puesta y que la cubría hasta la cabeza.
Cada paso que daba Max era como ir hacía el cielo. Dios quería verla, el solo pensamiento casi lo hizo caer al suelo. No podía negarlo más, estaba enamorado de Aria.
Cuando estuvo cerca, sin preguntar la tomó en brazos y la llevó a un lugar apartado. La mujer hizo un quejido por la sorpresa pero no se lo impidió. Una vez a solas, le quitó la capucha que llevaba puesta.
La sonrisa de Max se desvaneció cuando vio caer cabellera negra en lugar de castaña y unos ojos de ascendencia china lo observaban con resignación.
Elora negó. —Por tu expresión, pienso que esperabas a otra mujer y esa mujer tiene que ser Aria. ¿Cierto?
—Cómo lo sabe... —Pregunto confundido.
Elora lo detuvo de hablar. Pensaba que Max tenía motivos para ver a Aria, que era solo amistad pero solo un tonto no se daría cuenta. Ellos estaban enamorados.
—Incumpliste el contrato Max, te dije que no debías ver a Aria bajo ninguna circunstancia. Ahora Titania, nuestra directora, lo sabe e irás a juicio por esto.
Max sintió miedo por la posibilidad. —Eso no puede ser, mi madre..., Aria.
—Ellas estarán bien, solo necesitas concretar una cita con Aria en un lugar público y decirle sobre esto. Estoy segura de que te ayudara. Así Titania lo sabra y entenderá, que solo fue un error...
—¡Cómo que lo verá Titanía!, ¿quieres decir que nos espían? —Preguntó enojado.
Elora lo observó con aprensión. —Por su puesto Max, vendiste tu identidad, ahora le perteneces a RoboTech.
Escucharla decir esto, solo hacía que la carga de su corazón fuera más pesada. Max lo sabía, su vida ya no era de él. Aún cuando trato de aferrarse a ella, sabia en el fondo que la había perdido hace mucho.
Después de todo había vendido su alma a RoboTech y sino arreglaba esto, las personas que quería, podrían sufrir por sus decisiones.
Él la observó con amargura. —Siempre sentí que me veían, ¿sabes? Creí volverme loco pero no era así, estaba muy cerca de la verdad.
Elora apesar de sintirse mal por este chico y molesta consigo misma por no haberle dicho todo lo que conllevaba vender su identidad. No podía permitirse consolarlo, necesitaba que la escuchara. No tenía mucho tiempo y no quería ser vista por nadie.
—Siento decírtelo Max, las cosas no son tan simples como quisieras. El sacrificio es parte de la vida y debes enfrentar las consecuencias de tus decisiones.
—¡Las consecuencias de mís decisiones! —Max le gritó enojado.
La tensión de meses salió en estas simples palabras y la injusticia de todo esto, le pesaba muy fuerte en su corazón. ¿Porqué encontrar el amor, cuando estaba a unos minutos de perderlo?, ¿cuál era el propósito?
Max la señalo —Usted tiene la culpa de esto, debió ser más sincera conmigo.
—Sincera con que Max. Tu madre necesitaba comer, ¿había otra opción? —Pregunto la mujer, sintiendo también molestia por toda la situación.
Max se paso una mano por su rostro como para aclararse y se alejó unos pasos de la Doctora Elora.
—Mi vida está y siempre estará controlada por Robo Tech y no puedo escapar de este acuerdo. ¡Cómo crees que me siento Elora! También tengo mi propia vida y mis deseos.
La mujer observó al joven con compasión. —Te entiendo Max. La tecnología puede ser una bendición y una maldición a la vez, pero recuerda, las decisiones que tomas definen quién eres y todo esto empezó por el amor que sientes por tu madre. Ahora vuelve a tu camino.
Max no quería decir estas palabras, pero tenía que pensar en sus seres queridos.
—Qué debo hacer.
Elora con tristeza en su voz, respondió —Elige.
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Esa noche cuando Max volvió a su casa, entró por la puerta como un hombre herido y destrozado.
Priscila como fiel centinela que era, esperaba a su hijo como todas las noches, Quería ser su fortaleza y hoy parecía que sería de esos días.
—Max, ¡qué te sucedio! —Preguntó su madre preocupada. Priscila lo ayudó a entrar y a sentarse en uno de los sofás.
Al ver que solo se había quedado callado mirando hacia un punto fijo. Volvió a llamarlo.
—Max.
Él la observó con dolor. —Madre, me siento atrapado entre dos mundos. La mentira de mi vida en Robo Tech y mis deseos reales. No sé qué hacer. —Le confesó Max.
Lágrimas caían de sus ojos azules y sentía que se ahogaba con la presión de su pecho. Sentía mucho dolor.
Él creyó que su madre sería la única mujer que amaría en su vida, pero no era así. La vida le escupía en la cara.
Max, no pudo ni decirle a su madre que Robo Tech, ya sabía todo sobre él y que estaban a punto de perderlo todo. Sus cuentas estaban congeladas e iría a juicio por sus faltas.
A Priscila se le rompía el corazón cada vez que lo veía sufrir, creyó que sus palabras de la noche pasada, habían aliviado a Max, pero que equivocada estaba. Su hijo, llevaba un peso muy grande, tal vez hubiera sido más llevadero si no se hubiese enamorado de un imposible.
Acariciando el rostro de Max, le dijo con ternura.
—Hijo, la verdad y la bondad siempre encuentran su camino. Sigue tu corazón, pero sé consciente de las consecuencias. La vida está llena de elecciones difíciles, pero al final, es tu felicidad la que importa y te apoyaré en lo que decidas.
Priscila no pudo ser más sincera, sabía que esto podría traer grandes consecuencias pero lo primero para ella era la felicidad de su hijo.