– ¡ESE NO ES MI HIJO!.
Eso fue lo último que Jake le dijo a Natasha, su esposa. Así la hecho de la mansión y de su vida, estando embarazada de su bebé, haciéndole caso a las malas lenguas que decían que lo había engañado.
Pero la vida le jugaría una doble jugada y literalmente doble.
Natasha decidió irse al campo a iniciar una vida nueva, criando sola a sus dos hijos Adler y Nicole, mellizos. Muchos años más tarde, a la mansión vecina a su granja se muda Jake con su nueva mujer e hijo de la misma edad que los suyos.
Intentará luchar por su perdón pero... ¿Que pasará cuando el corazón de Natasha se vea invadido por otro hombre?.
Oliver, un hijo ilegítimo del padre de Jake, un guapo hombre que creo su propio y exitoso negocio con el cual se hizo conocido además de ser llamado "El Vassil ilegítimo".
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Capítulo 24: *La "EX"*
NATASHA
Por la noche todos comentaron sobre el muchacho Ryan que va a correr, la verdad es que vi Nicole muy emocionada... ¿Será que le gusta?.
Al día siguiente Oliver y yo fuimos a la empresa que él tiene en Mónaco. Me presento a todos los que trabajan ahí, todos me agradaron bastante. Vamos a su oficina para conversar.
– ¿Pudiste hablar con Alex? –le pregunto.
– Si, amor. Ayer hablé con él –me sonríe–. Dijo que estaría encantado, está viajando hacia aquí para conocer a Ryan.
– Hablando de él... –lo miro–. ¿Nicole y ese chico...?.
– Creo que si, igual no adelantemos nada –dice–. Solo esperemos a ver qué pasa.
– Es exactamente lo que iba a decir –digo sonriendo.
El me mira fijamente haciendo que me sonroje, apesar de los años de casados es como si volviera a ser la mujer que lo conoció hace años.
Acaricia mí mejilla, pero la burbuja se explota cuando la puerta se abre. Una mujer, bueno en realidad una diosa griega, entra en la oficina de Oliver. Una preciosa mujer de largas piernas, cabello oscuro y ojos claros sonríe.
– ¡Oliver Ferrari! –exclama–. ¿Cuánto tiempo sin vernos?.
– ¿Yohana? –pregunta confundido–. ¿Que haces aquí?
¿Se conocen? ¿De dónde?. Ambos nos levantamos, la mujer se acerca a Oliver, como si yo no existiera lo abraza calurosamente y le da dos besos en las mejillas.
– Aamm... Yohana –la aleja–. Aún no has respondido mí pregunta.
– El canal me envió a Mónaco por las carreras –sonríe–. Además la fiesta después de ella.
– No sobre eso –dice molesto–. ¿Que haces en mí empresa?.
– Solo venía a saludarte cuando me dijeron que estabas en Mónaco –le sonríe con su perfecta hilera de dientes.
Finalmente se gira hacia mí, la miro con los brazos cruzados.
– Perdona querida, no te vi –dice.
¿Me dijo "querida"? ¿Y está quien se cree que es?.
– ¿Terminaste tu reunión con tu asistente, Oli? –lo mira–. Podemos ir a comer.
– Te equivocas, Yohana –dice alejandose.
Oliver rodea su escritorio y viene hacia mí, toma mí cintura con su brazos y me acerca a él.
– Ella es Natasha... –le dice–. Mí esposa.
– Oh... –me mira de arriba abajo–. Tu esposa. ¿Eh? ¿Quien lo diría?.
– Si, es mí esposa –le responde–. Y madre de mis cinco hijos.
– ¿Ya cinco? –pregunta con sorpresa–. Un gusto conocerte, linda. Soy Yohana Presley. La ex novia de Oliver, no se si te contó.
– El placer es mío, señorita Presley –le digo–. Y no, no sabía. No me habló de ti, lo siento.
Su mirada cambia por completo, le di justo en el ego: "¿Quien olvidaría que estuvo con semejante mujer?".
– Es que no he sido la única –dice–. Tampoco te dijo eso, imagino.
– No veo necesidad de que mí esposo me hable de sus ex –le sonrío–. Pasado es pasado.
– Bien, gracias por tu visita, Yohana –dice Oliver–. Pero tengo planeado almorzar con mí esposa.
– De acuerdo, Oli. Entiendo –sonríe–. Será en otra oportunidad. Nos vemos.
Diciendo esto sale de la oficina, no sin antes mirarme con una fingida sonrisa. Pero que mujer tan arrogante, seguro se cree demasiado por usar perfume caro.
– Amor... –me abraza–. Ya puedes respirar, mí tora.
– ¿Te das cuenta de cómo te hablo? –me cruzo de brazos.
– Si, me di cuenta –me da un beso–. Pero lo que quedó en el pasado es pasado, soy un hombre casado y amo a mí esposa.
– Mmhh... Eso espero –digo besándolo.
...****************...
ADLER
Erick y Ethan llegaron para ver a Ryan correr. Lo vemos atravesar la pista como un rayo, aunque no es el auto más veloz del mundo Ryan sabe hacer magia. En una curva pone el auto marcha atrás y conduce como si estuviera bien posicionado.
Erick se sorprende y aplaude con entusiasmo.
– Es un gran corredor –dice Erick–. Jamás imaginé que lo sería.
– También nos sorprendió a nosotros –lo miro–. Pero es bueno. Muy bueno.
– ¡ASI SE HACE, RYAN! –grita Nicole entusiasmada.
– ¿Que onda con Nicole y Ryan? –pregunta Ethan–. ¿Tan amigos se volvieron?.
– Nicole fue quien lo convenció de correr –lo miro–. No sé que haya más allá.
Ryan baja del auto y todos vamos con él, los mecánicos lo felicitan. Nicole se nos adelanta para llegar a él.
– Estuviste muy bien, Ryan –le dice–. Tienes una gran oportunidad
– Gracias, solo espero estar a la altura –responde Ryan.
– Fue una gran sorpresa –Erick le estrecha mano–. Eres un gran contendiente.
– Esperemos que sea una buena carrera entonces –dice Ethan.
– Seguro que lo será –mira levemente a Nicole–. ¿Que les parece si vamos a tomar algo?.
– Sería estupendo –dice Nicole.
Salimos del circuito y vamos en auto hasta un bar bastante bueno.