Sonia está perdidamente enamorada del mejor amigo de su hermano. Dante es 8 años más grande que ella por lo que sólo la ve cómo una niña.
A Sonia no le importa y cómo la vea el. Siempre está tratando de ganarselo. Pero al cumplir los 18 años de da por vencida ya que el se compromete con una mujer que aparentemente es perfecta.
Sonia decide dejar de ser una arrastrada y sale del país con el corazón roto. Y con la importante decisión de enamorarse de alguien más.
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Una cama.
...Sonia....
Ya era muy tarde así que Cristian y yo decidimos quedarnos en un hotel.
— Una habitación con dos camas por favor. — Dijo el y yo lo miré con desaprobación.
— No señorita. Una habitación con cama matrimonial por favor.
La recepcionista me miró sin saber que hacer.
— Dos camas por favor. — Volvió a decir el.
— Una cama. — La dí una mirada amenazante y ella me pasó la llave.
— Gracias señorita.— Tomé la llave y subimos a la habitación.
— ¿Porqué perdiste ésto.?
— No es cómo si fuera la primera vez que dormimos juntos.
— ¿Qué.? — Se sorprendió.
— ¿No recuerdas ese día que te emborrachaste.? Te ayude a entrar a tu cama y me jalaste. Dijiste que no me separara de ti. Dijiste que yo era hermosa, talentosa y te sentías muy feliz de tenerme cómo amiga. Luego casi dices otra cosa pero te quedaste dormido. No pude liberarme de tus brazos así que me quedé contigo.
— Qué buena memoria tienes.
— Lo se. — Me senté en la cama. — Ven aquí. Vamos a dormir. — El se metió tímidamente. Puse mi cabeza sobre su brazo y le dí un beso. — Te amo.
— Yo también. — Volví a besarlo y el de repente de despegó de mi.
— ¿Qué pasa.?
— Nada.
— Cristian.
— Enserio no pasa nada.
— Y yo nací ayer.
El se quedó en silencio y después me miró serio.
— Temo no poder controlarme.
Yo me reí.
— Soy tu novia. No tienes que hacerlo. — Lo besé de nuevo. Quería entregarme a el. Experimentar está etapa del noviazgo.
— Espera un momento.
— ¿Ahora qué.?
— Es qué... ¿Y si te lastimó.?
¿No sé supone que siempre somos las mujeres las que tenemos miedo nuestra primera vez.?
— Deja de hacerte el difícil y házme el amor.
— ¿Estás segura.?
— Si. Completamente. Ya no te hagas de rogar y hazme tu mujer. — Me senté sobre sus piernas y pude sentir su elección. — Vez. Tienes ganas y sigues haciéndote el difícil.
El me puso debajo.
— Yo traté de no hacerlo. — Me besó y fue bajando el cierre de mi blusa. Después bajó mi falda y yo le quité la camisa.
— No sabía que tenías un cuerpo tan lindo. — Reí entré besos.
— Yo si sabía que tenías un cuerpo sexi.
— ¿Cuándo me viste pervertido.?
— Un día dejaste la puerta de tu habitación abierta. Te ví por accidente. No soy ningún pervertido.
— Mmm. — Ignoré eso y volví a besarlo. Nuestra ropa desapareció en cuestión de minutos. Después el bajó a mi parte íntima y me dió placer con su lengua. Era la primera vez que alguien estaba ahí pero que fuera el me encantaba. No imagino a nadie que no sea el haciendo eso.
— Estás muy mojada.
— Así me pones. — Sonreí. Después sentí cómo derramé algo y el me vió con una sonrisa de satisfacción.
El subió a besar mis labios y posteriormente a entrar en mi cuerpo. En el primer momento si sentí mucho dolor. Ahora sí entiendo porqué nos da miedo la primera vez..
— ¿Quieres que me detenga.?
— No. — Me adueñen de sus labios y el siguió entrando y saliendo de mi. El placer que empecé a sentir con cada en**stida era inexplicable. Y más cuándo nos vinimos al mismo tiempo. Fue la mejor sensación que mi cuerpo pudo tener.
Al final terminé agotada. No desperté hasta el día siguiente. Cristián me consintió en la mañana. Me alimento el mismo cómo si yo no tuviera manos para hacerlo.
— ¿Te sientes culpable de lo que hicimos.?.
— No. Me siento muy dichoso es sólo que...
— ¿Qué.?
— No me gusta pensar que te lastimé.
Es tan tierno.
— Amor es normal que la primera vez duela. Y el dolor que sentí no se compra con el placer que mi cuerpo experimento. Fue lo mejor que me ha pasado.
— ¿Segura que no lo dices sólo para hacerme sentir bien.?
— Claro que no. Con el pasó del tiempo no dolerá. — Lo abracé. — Eres una bueno conmigo..
— Sólo soy un hombre que te ama y quiere lo mejor para ti.
— Lo mejor para mí es que mi prometido esté a mi lado. — Tomé su mano. — Te amo.
— Yo también.