Alexandra sufre una desilusión enorme al descubrir a su pareja, Manuel, con su media hermana, Reina, en el restaurante que él reservo para una reunion junto a sus compañeros de trabajo. La aparición de Héctor la salva de una humillación y de ser atropellada al salir sin rumbo afligida por el dolor. Ella no sabe que Héctor es un licántropo, a quien ella cuando el estaba herido siendo un lobo, lo curo y cuido. Él nunca la olvido y juro regresarle el favor, haciéndola su pareja. ¿Héctor logrará conquistarla? ¿Alexandra lo aceptará siendo un licántropo?
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7 ¿Paso la noche contigo?
#ALEX
Me siento en el borde de la cama, suspiro molesta, si Héctor no me acompañaba, no hubiera podido deshacerme de Manuel. Él muy caradura mintió que buscaba el anillo, de seguro habrá sido plata que quería, siempre usaba de mi fondo de respaldo que tengo en una caja, pero está vez por estar muy ocupada no hice ningún retiro, es un parásito, no aporta nada, no puede andar solo, a buen puerto fue a caer con Reina, es otra igual que él, me duele la traición, pero al mismo tiempo me siento aliviada, al parecer solo estaba con él por comodidad, creí que nunca le gustaría a nadie, por lo que al primero que se me arrimo lo acepte en mi vida.
En eso escucho que suena un trueno y las gotas de la lluvia chocan contra el vidrio de la ventana, tenía razón Héctor, está lloviendo, se parece a mi padre, él con el aroma de la tierra, el viento, el cantar de ciertos anfibios sabe que va a llover, al ser del campo debe tener esa habilidad. Héctor dijo que era del campo, debe saber todo eso.
Me dirijo al baño, me doy una ducha caliente y me pongo mi camiseta favorita para acostarme.
En eso suena mi celular y veo que es una videollamada de Jime.
📱Hola, hola. Saluda animada.
📱Hola. Le dije en un tono desanimado.
📱Cuéntame que tal con ese galán.
Me pide y veo que tiene fijo el celular mientras ella se coloca una crema verde en la cara.
📱Bien. Le respondí sentandome en la cama.
📱¿Estás con él? ¿En tu casa? Indaga
Sabe que no traigo a nadie a casa, o al menos no le dejo pasar del umbral, si recién lo conozco.
📱No.
📱Qué lenta eres, te deje todo servido para que puedas comer ese lomo, y me dices que estás sola, al menos un beso, algo para que quiera regresar.
Me dice mientras veo como se masajea el rostro.
📱Y tú qué me dices, no me cuentas nada de Dante.
Le dije y veo que tuerce la cara.
📱Estamos hablando de vos, no me cambies la conversación. Manuel te engaño, mereces que te consuelen, en especial ese papurri.
📱Tu lo dijiste, me engaño, pero no por eso me voy a lanzar a los brazos del primero que se me cruce. ¿Y tú?. ¿Por qué no aprovechaste a Dante?.
Le respondo.
📱Me creerás loca. No voy a negar que es atractivo, centrado, doctor. Pero no sentí ninguna vibra, lo veía más atento a su amigo.
Me dice.
📱Así que no hubo vibra. Le digo.
📱No. Pero Débora parece que tuvo más suerte con Sam, estuvo hablando con él todo el tiempo.
Me cuenta en un susurro, señalando a su hermana durmiendo en la cama con su máscara de noche que parece un extraterrestre.
📱Al parecer moriremos solteras.
Suspiro frustrada.
📱Mejor, mañana voy a tu casa temprano.
Me dijo y corto justo que ella recibía un mensaje, lo supe por el sonido que se escuchó.
Se me pasó de contarle que debo armar mis cosas para mudarme, pero mañana le contaré cuando venga. Me tire en la cama, pero no dormí nada, me levanté desganada, arrastró los pies, de manera automática me preparo café en la cafetera y tostadas.
Me voy al baño, hago mi rutina de aseo diario al lavarme los dientes, usar enjuague bucal. Miro mi cabello, otras veces lo dejaría así nada más, pero ahora quiero peinarlo, me pongo crema para aplanarlo y así no esté inflado.
Escucho que llaman a la puerta.
(Debe ser Débora, cuando quiere madrugar se esmera) pienso encaminandome a la puerta.
-Madrugaste. Digo y quedó helada al ver que es Héctor en la entrada, él me mira sorprendido, solo llevo puesto una camiseta blanca que apenas cubre mis glúteos y unas pantuflas de perrito.
De los nervios cerré la puerta.
- Espera un momento. Le pido nerviosa.
Corro a colocarme una calza y un abrigo, mi corazón late acelerado, tomo aire y regreso a abrirle, lo veo recostado contra la pared sosteniendo una bolsa.
-Disculpa la espera, me tomaste por sorpresa. Le digo.
-Siento llegar sin avisar, es que te di mi número, pero nunca te pedí el tuyo. Te traje panecillos de queso para desayunar y así ayudarte con la mudanza. Me dice con esa voz grave de locutor que derrite.
-Pasa, recién estaba por tomar café, te gustaría. Le consulto.
-La verdad que me compré un sándwich de carne. Me dice enseñando la bolsa.
-Bien. Le digo dándole paso, él se agachó para entrar es muy alto, note que miro con detalle todo.
-¿No tienes mascotas? Me preguntó.
-No, siempre estoy trabajando, no podría tenerlo encerrado aquí, es pequeño. Le digo.
(Pero la verdad es que a Manuel no le gustan los animales, pero me hubiera gustado tener un perrito) pienso con tristeza.
-Jime le dió está bolsa con tus cosas a Dante para que te entregué yo. Me dice pasandome una bolsa con mi ropa.
Recordé el anillo en el bolsillo de mi abrigo por lo que reviso y no lo encuentro, se ve que se cayó, suspiro, pero ya que, no es importante. Reflexionó pensativa.
-Gracias por tomarte las molestias, podía haber ido a buscar. Le respondo.
De seguro Jime lo hizo a propósito, se cree cupido o que.
-Sientate, así desayunamos. Le digo.
Él asiente tomando una silla, queda grandote en ella, es como si uno fuera a un kinder, me dió ternura verlo así.
Servi lo que trajo en unos platos y lo coloque en la mesa.
-Te molesto con un vaso de agua. Escucho que me dice.
-Claro. Le dije.
Cuándo me gire ya había comido todo el sándwich que trajo, aún me sorprende que sea así.
Llamaron a la puerta.
-Debe ser Jime. Le digo dirigiéndome a atender.
Al abrir veo al idiota de Manuel.
-Alex debemos hablar. Inicia y siento que Héctor me abraza dándome un beso en la mejilla.
-Te levantaste, me encanta tu aroma. Dijo como si no se diera cuenta de Manuel ahí parado que mira con los ojos teñidos de sangre. La bronca le brotaba por los poros.
Me giro viendolo con el torso desnudo.
Me quedé con el aire atorado en los pulmones.
-¿PASO LA NOCHE CONTIGO?. Exclamó Manuel respirando enojado.
Héctor le miro serio y cerró la puerta en su cara.
-SIGAMOS CON LO NUESTRO. Dijo fuerte con una voz sensual que derrite.
Sentía que me recorría un escalofrío por todo el cuerpo y solo se vuelve a colocar su remera como si nada, toma asiento y bebé un vaso de agua, me dirijo a la cocina, sirvo un poco de agua en un vaso bebiendo para bajar el calor que sentí que me recorrió por todo el cuerpo.
-Si te incomodo lo siento, era para que no te moleste. Me susurro en el oído.
Sentía que mi corazón latía frenético, me sentía muy nerviosa. Me aleje de él tomando fuerzas para responderle.
-No te preocupes... Solo me sorprendió que te quitaste la remera. Le dije nerviosa.
-Crei que si hacía parecer que estaba contigo no te molestaría más. Me respondió.
En eso mi celular sonó.
-Voy a atender. Le dije nerviosa.
📱Hija, ¿Cómo estás?
Escuché la voz de mi padre.
Tome aire para sonar tranquila.
📱Pa, todo bien.
Le respondí.
📱Vienes está noche.
Me dice.
📱Hoy, pues, al salir de mi trabajo, tengo turno a la tarde.
Le aclare.
📱Perfecto.
Dijo
📱¿Qué hay está noche?
Le pregunté.
📱Reina presenta a su prometido, y como el sábado es tu cumple, pensó en hacerlo hoy, así no te opaca ese día.
Me contó.
📱No es necesario que vaya.
Le digo sin intenciones de ver esa escena.
📱Quiere presentar a toda la familia, sos la hermana, no puedes faltar.
Me dice mi padre.
📱Bien, así quedamos.
Le digo y corto la llamada.
Reina lo hacía a propósito, solo quería arruinarme la existencia, que no me quería opacar, ¿Cómo no?, pienso enojada.
-Pasa algo. Escucho que me pregunta Héctor, debatiendo con mis emociones se me pasó que estaba él ahí.
-Mi padre me aviso que hay una cena familiar, dónde Reina presenta a su prometido, que resulta ser mi ex, y jamás lo presente a mi padre, así que él no tiene idea de eso. Resoplo molesta.
-¿Por qué no lo presentaste? Me consulta.
-No quería hacerlo hasta no estar segura que nos casaríamos. Te parecere patetica. Exclamó molesta.
-No es así... ¿Puedes llevar pareja?. Me consulta.
-¿Qué? Le pregunto.
-Puedo acompañarte, así te apoyas en mi. Me dice.
-¿Por qué harías eso? Apenas me conoces. Le digo.
-Me resulta injusto que se burlen de ti de ese modo. Además no tengo nada que hacer. Me dice.
Sonrió nerviosa, mala idea no era, pero temia que quiera una recompensa después.
-No te preocupes, no te pediré nada a cambio, si no quieres. Me dice.
-Has sido muy educado, y considerado, estoy en deuda contigo, además me vas a permitir ser tu compañera de departamento, pero no quisiera ser un problema si es que tienes una pareja. Le digo al querer saber si tiene novia o no.
-No tengo pareja, mi trabajo me tiene muy ocupado como para relacionarme con alguien. Me cuenta.
En eso llaman a la puerta, suspiro pesado deseando que sea Jime.
"DALE ALEX QUE ME CONGELO" Escucho que grita.
-Es Jime. Le aviso a Héctor.
-Avisame la hora en que paso a buscar las cosas. Me debo ir. Me dice mirando su celular.
-Gracias de nuevo. Le dije.
Me fui a abrir y veo la cara de Jime de sorpresa al verlo salir.
-Nos vemos. Se despidió Héctor.
Jime me empuja al interior del departamento y cierra la puerta.
-¿Qué fue todo eso? ¿No era que no pasó nada? Me pregunta cruzada de brazos.
-No es nada de lo que imaginas. Le digo.
-¡Se queda corta mi imaginación! Grita eufórica.
-No es nada de lo que crees... Me vino a ayudar para llevar las cosas... El dueño vendió el departamento y debo mudarme. Le cuento.
-¿Qué? Pregunto sorprendida.
-Manuel jamás me avisó que me notificaron hace un mes que debía mudarme. Le comento.
-Que hijo de put@ (Expreso molesta)... En fin... Venía a buscarte para renovar tu ropa. Me dice.
-Debo empacar. Le cuento.
-Por mi deshacete de todo y compra nuevo... Te mudas, aprovecha a tener cosas nuevas... Siempre fuiste muy cuidadosa con el dinero... Debes darte un gusto... No debes ahorrar más para casarte. Me dice.
Mire a mi alrededor, tenía razón, la ropa que tenía la heredaba de Reina siempre, así que no era mala idea comprar nuevo.
-Tienes razón, puedo vender lo que no me vaya a llevar y la ropa renovar. Le digo.
-Los muebles puedes dejarlos en un depósito. Me dice.
-El departamento estaba amueblado, así que no son míos, pero lo demás si, puedo vender la tv, la heladera. Le describo.
-Ves, se te achica el equipaje, mudarte sirve para limpiar un poco. Me dice entusiasmada.
Me cambié y nos fuimos al centro comercial.
-Por cierto está noche mi media hermana presenta a su prometido a mis padres y debemos estar todos. Le comento con un tono irónico.
Jime me mira con la boca abierta de sorpresa.
-Es una maldita bruja, te quita el novio y encima lo presenta como su prometido... Con más razón déjame elegir el atuendo perfecto para que vea ese maldito de lo que se perdió por cambiarte. Me dice Jime.
-No creo ir. Le digo.
-Si no vas la dejas ganar, ella disfruta haciéndote sufrir, demuéstrale que no te afecta. Me dice Jime.
-Hector me dijo que podía acompañarme si quería. Le cuento.
-Genial, así Manuel se ahoga en su propia bilis. Me dice ella entusiasmada.
-No se, no podría hacerlo. Le digo desanimada.
-Si lo harás, dejame a mi que te aliste y verás que quedarás más bella que nunca. Me dice entusiasmada con las manos extendidas hacia el cielo.
Recorrimos el centro comercial, Jime me eligió ropa para salir, para el día, para la noche, los bolsos me calaban las manos, al terminar fuimos a dejar en su casa todo, nos alistamos dirigiendonos a nuestro trabajo en la veterinaria, nos tocaba estar a la tarde.