Júlia Mendes se mudó a Nueva York después de la muerte de su madre, después de perder su trabajo, por pura suerte del destino, consigue uno como niñera en la casa del director general. Lincoln es uno de los más grandes CEO de todos los tiempos, después de la separación vive para la empresa y los encuentros casuales. ¿Podrá Júlia, una simple niñera, conquistar el corazón de hielo del director ejecutivo? ¿O el mujeriego CEO se ganará el corazón de oro de nuestra querida Júlia?
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Capítulo 21
Aquella estúpida e presumida niñera de Blancanieves me va a pagar. No sé cómo es que una simple niñera logra sacarme de mis casillas, ¿cómo demonios me he dejado llevar por una sola mujer en poco más de dos semanas? ¿Por qué demonios ella me afecta tanto? Traté de controlarme lo máximo posible, creo que si no fuera por mi error con Soraya, ella no estaría con otro ahora.
"Lincoln, mierda", digo mientras me siento en la cama, ella no me mandaría un mensaje si estuviera haciendo lo que dio a entender que haría, ¿por qué me molesta tanto? Llamo una vez más solo para constatar que ella apagó el celular, respiro hondo, está bien, si ella piensa que va a quitarme el sueño, voy a demostrar lo contrario.
Dejo el celular cerca de mi almohada y me acuesto mirando hacia la nada, cierro los ojos imaginando una pantalla negra, no funciona, el sueño no viene, entonces imagino una pantalla blanca, peor que nada, me viene la imagen de un hombre que no soy yo devorando el cuerpo pequeño de María Julia, mierda puta, nunca me importó eso, nunca sentí celos ni de Cindy, que fue mi esposa.
Cuando ya es alrededor de las cinco, me doy cuenta de que pasé la noche en vela, decido levantarme y tomar una ducha para despertar mi cuerpo, ¿a qué hora llegará esa cretina?
Voy a hacer mi corrida matutina, solo eso para sacarla de mis pensamientos, regreso a casa agotado después de una hora, voy directo a la ducha, sé que la niñera ya va a llegar porque ella es la que se encarga de preparar a los niños para el regreso a la escuela. Salgo del baño y busco unos boxers, los pongo y escucho el sonido del coche parando, la hija de puta llegó, ¿y ahora? Pienso en acercarme a ella, ¿y si veo alguna marca en su cuerpo? ¿Cómo reaccionaré? ¿Y si ella estuvo con alguien y decide que no tenemos oportunidad de estar juntos? ¿Podré superar a María Julia?
Ya ha pasado suficiente tiempo para que suba a su habitación a guardar la mochila, aún no me he vestido, sigo en boxers.
Cuando llego al pasillo de su habitación y la de los niños, noto que la puerta de su habitación está abierta, ella está ordenando la ropa de la mochila en el pequeño armario de la habitación.
Maldito olor a lavanda me atrae como si fuera nada, cierro la puerta y me acerco a ella, que nota mi presencia y abre los ojos sorprendida.
"Julia - Lincoln", no la dejo terminar y me lanzo sobre ella, saboreando el dulce de sus labios, tarda en responder al beso pero le muerdo el labio inferior para que abra la boca y reciba mi lengua. Ahora ella me besa con fervor, chupando y mordiendo mis labios de la misma manera que yo hago con los suyos.
"Lincoln - mierda, María Julia", digo al levantarla en mis brazos, ella entrelaza las piernas en mi cintura y la llevo a su cama, me siento en la cama y me apoyo en el cabecero acolchado con ella todavía en mi regazo, la beso y ella se mueve mientras me devora, siento la humedad de su ropa interior en mis boxers, ella no deja de besarme mientras se frota contra mi miembro extremadamente duro. Intento quitar su vestido y ella levanta los brazos para ayudarme.
"Oh, Lincoln", gime cuando dejo de besarla y empiezo a besar su cuello mientras busco marcas anteriores, constatando que ella estaba mintiendo, mi miembro late tan alegre como yo, voy besando su cuello hasta llegar a sus senos redondos y pequeños, caben perfectamente en la palma de mi mano, los aprieto y bajo la boca a su pecho izquierdo y succiono con fuerza como si la estuviera castigando - Oh, Dios mío, Lincoln.
Ella se frota desesperada por liberarse, sé que ella sería capaz de llegar al clímax solo frotándose en mi miembro mientras yo chupo sus senos. Ella vuelve a querer mi boca en la suya, dejo sus senos y seguimos follando con la boca, pongo mis manos en cada lado de su trasero y lo golpeo.
"Lincoln - ¿Ves, Julia? Tú eres mía", digo y ella deja de frotarse contra mí.
Júlia - ¿Es eso lo que estás haciendo ahora, Lincoln? ¿Buscando una forma de descubrir que mi cuerpo solo quiere el tuyo y que no pasé la noche con otro? - dice, enfadada, todavía en mi regazo. La abrazo por la cintura con una mano y con la otra la sostengo entre su nuca y su cabello, haciéndola mirarme a los ojos. Muerdo su labio inferior provocando aún más enojo, lo que hace que vuelva a frotarse contra mí. Sonrío cuando suelta un gemido involuntario.
Lincoln - No estuviste con otro, Júlia. Eres mía y tu cuerpo nunca aceptará que otro hombre te toque de esta manera, así como mi miembro es solo tuyo, Maria Júlia - digo mientras vuelvo a besarla.
Júlia - ¿Por qué haces esto conmigo, Lincoln? No entiendo el poder que tienes sobre mi cuerpo, pero nunca te daré mi corazón para que lo rompas - dice mientras me muerde la boca y luego el cuello, marcándome como suyo. Maldita sea, me gusta eso.
Lincoln - No me darás tu corazón, Maria Júlia - digo seriamente, haciéndola mirarme - vamos a conquistar nuestros corazones juntos, porque eres mía y yo soy tuyo a partir de ahora.
Júlia - Lincoln, no podemos - suspira y apoya la cabeza en mi pecho - estoy segura de que me lastimarás, no sabré cómo lidiar con eso.
Lincoln - No te lastimaré, mi zorrita - digo recordando el título de su foto, solo de pensar en la ropa que llevaba ayer mi miembro late justo en el centro de su intimidad. La ayudo a frotarse contra mí, chupo sus pechos alternando entre ellos, muevo su cuerpo hasta la cabeza de mi miembro y a lo largo de toda su extensión. Júlia gime.
Júlia - Lincoln, voy a... - dice y sé que está cerca, así que aumento la succión en su pecho y aprieto su cuerpo aún más contra el mío. Ella se frota más rápido y casi llego al clímax en mis calzoncillos como un adolescente. Ella busca mi boca y se la doy, cuando empieza a gemir en mi boca, haciéndome tragar sus gemidos, sé que está llegando al orgasmo. Siento las pulsaciones de su intimidad. Mierda, cómo deseo estar dentro de su coñito para sentir su estrechez.
Lincoln - Di que eres mía, Maria Júlia, vamos, di - le pido y ella asiente con la cabeza.
Júlia - Solo una oportunidad, Lincoln, ahora llévame al baño - ordena y la llevo al baño. Ella mira mi calzoncillo empapado de su humedad y se sonroja, mi miembro late en mi calzoncillo imaginando que su intimidad debe estar tan roja como su mejilla.
Lincoln - Voy a ducharme también - le digo, y cuando hago el gesto de quitarme los calzoncillos, ella niega con la cabeza.
Júlia - Los niños ya van a despertar, no quiero que nadie se entere de nosotros aún - dice, arruinando mi cuento de hadas.
Lincoln - ¿Por qué, Maria Júlia? - pregunto cruzando los brazos. ¿Por qué esta mujer tiene el poder de elevarme a las alturas y, al minuto siguiente, hacerme caer?
Júlia - Porque es lo correcto, Lincoln. Si no funciona, los niños se confundirán, además, soy tu empleada - dice cruzando también los brazos.
Me acerco a ella, me inclino y beso su hombro, comienzo a dejar besos allí, mi mano va deslizándose por su brazo hasta llegar a su muslo, luego subo acercándome a su intimidad aún cubierta por su ropa interior empapada. La aparto a un lado y presiono su clítoris inflamado de placer, ella gime apoyando la frente en mi pecho. Luego meto un dedo dentro de ella con facilidad, la penetro una, dos, tres veces y cuando comienza a moverse contra mi dedo, me detengo.
Lincoln - Voy a ducharme en mi baño, zorrita - beso su cabello, saco mi dedo de dentro de ella y me alejo solo para que vea cómo saboreo su néctar que estaba en mi dedo, una delicia.
Digo y salgo de su baño, dejándola avergonzada, excitada y enojada. Voy a mi baño más feliz que nunca, solo de pensar que pasé toda la noche en vela culpa de ella, pero ahora el sabor de su excitación me dará energía para el día.
Llego a mi habitación y encuentro mi teléfono sonando, miro la pantalla con sorpresa, es Cindy.
Cindy - Hola querido - dice en cuanto contesto la llamada.
Lincoln - ¿Qué pasa ahora, Cindy? - pregunto brusco, hace tiempo que no llama para preguntar por los niños.
Cindy - La próxima semana tu madre y yo hemos decidido volver a casa - Era lo que me faltaba, justo ahora, ellas no viven aquí, pero seguro que me van a fastidiar.
Lincoln - ¿Puedo saber el motivo? Porque sé que no es por los niños - digo lo que es verdad, ella todavía es peor que yo antes.
Cindy - Añoranza de casa querido, necesito renovar las fotos con mis cachorros - dice haciéndome odiarla por exponer a los gemelos solo para quedar como la madre del año en Internet.
Lincoln - Como el guardián legal de los niños no voy a autorizar que uses las imágenes de ellos para promocionarte en Internet - Hablo sabiendo que se va a enfadar.
Cindy - ¿Qué te pasa, Lincoln Evans? Nunca te ha importado eso - dice intentando controlar la voz, mi ex siempre dice que no puede estresarse para no tener arrugas.
Lincoln - Cuando fuimos de compras fue una lucha para que mi directora de Relaciones Públicas no permitiera que saliera nuestro momento en familia, solo salió una foto mía, pero somos multimillonarios, Cindy, ellos están expuestos a muchos peligros.
Cindy - Solo tienes que contratar guardaespaldas, Lincoln, eso es cosa de esa niñera - dice - Vale, no puedo estresarme hoy, vamos a un desfile ahora por la mañana.
Lincoln - No me interesan esas cosas, Cindy.
Cindy - Claro que no, solo las modelos - en realidad, antes la acompañaba solo para quedarme con alguna modelo al final de la fiesta, pero ahora mi cuerpo tiene una pequeña dueña, sonrío.
Lincoln - No me fastidies, Cindy, los niños vuelven al colegio hoy - comunico.
Cindy - ¿Y no han ido a clase? - pregunta y no me lo puedo creer.
Lincoln - Di que estás de broma, Cindy - pido sonriendo con disgusto.
Cindy - No estoy ahí para saberlo, Lincoln, estás muy aburrido últimamente, voy a hablar con tu madre sobre esto - dice cambiando de tema.
Lincoln - Cindy, los niños llaman "mamá" a la niñera - advierto antes de olvidarlo, después de todo, tenía que avisar para evitar futuros conflictos, espero un poco, ella no dice nada - ¿Cómo te sientes al respecto?
Cindy - ¿La verdad, Lincoln? - pregunta y su tono de voz parece serio.
Lincoln - Sabes que siempre digo la verdad, Cindy - digo tragando saliva.
Cindy - ¿Ella trata bien a los niños?
Lincoln - Como nunca nos trataron nuestros padres, Cindy - digo tragando saliva - Ama y cuida a los niños como nunca antes nos importamos, los trata con tanto amor y cariño que me ha transformado también, porque la forma en que lo hace me hace querer hacerlo también.
Cindy - Te has enamorado, Lincoln - dice haciéndome acelerar el corazón, porque sí, tal vez eso es lo que ha pasado.
Lincoln - ¿Cómo te sientes sabiendo que nuestros hijos la llaman mamá? - vuelvo a preguntar algo preocupado.
Cindy - Aliviada, Lincoln, espero que ella sea la madre que no puedo ser para los gemelos, pensé que el instinto maternal afloraría con el tiempo, pero no funcionó, y si ella los trata bien, estoy bien - dice y noto su voz entrecortada - pero no le digas que lo apruebo, voy a molestarla un poco, ya que ella se ha quedado con mi marido y mis hijos.
Lincoln - Hija de p**a - digo riendo aliviado en cuanto ella cuelga.