Un día eres el soltero más cotizado, mujeriego y millonario y otro día te obligan a comprar una esposa.
Edward, pensó que lo tenía todo a sus veinticinco años pero le faltaba algo, una esposa, así que tendrá que comprar una o su fortuna se le irá de las manos.
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2.
[EDWARD]
¿De qué te sirve tener tanto dinero si no puedes hacer con él lo que se te venga en ganas?
Si, mi vida es toda una maravilla. Y lo digo con sarcasmo.
Yo soy Edward y si, tengo 25 años, un soltero muy cotizado, mujeriego, arrogante, intolerante, machista. Uno muy inteligente y muy egocéntrico.
Por mi propio bien adapté esa personalidad después de la muerte de mis padres.
Creo haberme excedido pero no, es un escudo humano anti sentimientos, poco empático muy persuasivo a la hora de querer algo.
Pero un día simplemente no están para aguantarte así que prácticamente te obligan a casarte, a buscar una esposa...
Abuela: Lo digo en serio Ed, no vuelvas a hacer una cosa así.- sentenció al otro lado de la línea.
Esa es mi abuela. Si, me está gritando al otro lado de la línea, está cabreada. Está harta de mi actitud.
Estaba furiosa, me había ido a California a unas vacaciones de verano con mis mejores amigos. Habían sido las mejores vacaciones de mi vida de no ser por Mason, uno de mis mejores amigos, había posteado una foto en Instagram donde estábamos Pool y yo tomando el sol con dos desconocidas de cada lado y en traje de baño.
Lo que molestó aún más a mi abuela.
Abuela: Por Dios Ed, tienes veinticinco años, ¿Cuándo vas a cambiar? ¿Hasta cuando piensas comportarte como todo un crío?.- me regaña.
Edward: ¿Y qué? Soy joven. ¿Qué hacías tú a mí edad?
Abuela: Le ayudaba a tu abuelo a agrandar la fortuna mientras me dedicaba a terminar de criar a tu padre a la vez.
Edward: No es mi problema que te hayas casado tan joven, déjame vivir la vida, mi soltería hasta los ¿Qué? ¿35 años?.- arquee una ceja mientras le daba una calada a mi cigarro.
Estaba harto de sus insultos y más cuando traía el alcohol circulandome por todo mi sistema después de lo de anoche.
Sus gritos solo empeoraban mi resaca.
Abuela: Ningún déjame vivir la vida. Se supone que ya eres un adulto.
Edward: Lo soy, atrapado en un cuerpo de un cabronazo, machista, nefasto y arrogante. Si ya sé.- vuelco los ojos eso siempre me lo dice, solo le estoy repitiendo sus palabras.
Abuela: Edward es en serio, ya basta. Estoy cansada de hacerme cargo de todo y que no hagas nada.
Edward: ¿Nada? Te ayudé con unos pendientes hace ¿Qué? Dos semanas.
Abuela: Edward eso no es nada y lo sabes. Tú deber y tú responsabilidad es hacerte cargo de todo lo que será tuyo en un futuro.
Edward: Lo sé, pero es muy pronto.
Abuela: ¿Muy pronto?.- escucho que dice embravecida al otro lado de la línea.
Edward: Escucha, lo haré. El año que viene. Solo dame este año más. Lo necesito realmente, me siento muy estresado por todo.
Abuela: ¿Por todo? ¿Te estresas por prácticamente hacer nada? ¿Edward es en serio? Dios, no sé que hice para merecer esto.- se queja.
Edward: Soy joven.- le repito.
Abuela: ¿Joven? Edward ya casi tienes veintiséis. Te recuerdo quién era tu padre a tu edad y a qué se dedicaba.
Edward: Dios, no tienes que recordármelo siempre, eso ya lo sé.
Abuela: No, pero ya fue suficiente. Te vas a hacer cargo de todo de ahora en adelante. O lo haces o lo donaré todo a orfanatos y hospitalidades en África si es necesario.- amenaza.
Edward: No empieces.- la corto. Traigo una resaca de anoche.
Abuela: Tú sabes de qué soy capaz. La última vez que hiciste una tontería te quité todo ¿Ya se te olvidó o tengo que hacer algo parecido para que vuelvas a recordarlo?.- dice en un tono de amenaza. Me la puedo imaginar encajando una ceja y disfrutando de mi silencio al otro lado de la línea.
Edward: No te atreverías.- digo entre dientes apretados ya empezando a fastidiarme.
Abuela: Y tú no me pongas a prueba Ed, no sabes de lo que soy capaz. No trabajé duro tantos años solo para que mi único nieto despilfarre dinero en bebidas, mujeres y juegos estúpidos de adolescentes rebeldes de dieciocho años.
Edward: Para ya, ¿Qué es lo que quieres?
Abuela: Que te hagas cargo de todo. Eso o te bloqueo todas las jodidas cuentas de banco, tarjetas de créditos y te privo por cinco años de no salir de la ciudad.
Edward: ¿Tu te estás escuchando? Suenas paranoica.- me pongo de pie. Estoy en casa y ella en la empresa o en su editorial no sé dónde mismo esté en este momento.
Me da vuelta la cabeza, mi estómago se revuelve y siento que en cualquier momento se me vienen arcadas de vómito por el exceso de alcohol que me metí anoche.
Abuela: Eso ya lo dirán tus tarjetas de banco, cariño.
Trato de mantenerme sereno.
Trato implorar paciencia.
Abuela: ¿Sigues ahí?
Edward: Está bien.- termino por aceptar para dejarla más tranquila.___ Voy a hacerme cargo, empiezo el lunes.- me asomo por las ventas. Pool y Mason acaban de llegar.
Genial, mi día ahora es toda una maravilla.
Abuela: Aún no he terminado.
Edward: Se supone que me acabas de dejar todo claro o es eso o te encanta amargar mis mañanas después de una salida con mis amigos anoche.
Abuela: No, no he terminado.
Edward: Bien, te escucho. Termina lo que tengas que decir y déjame dormir, es viernes y traigo mucha resaca.
Abuela: ¿No te cansas de ir por la vida siendo tan hijo de puta? Tienes que ser tan arrogante, Edward, soy la única familia que tienes. Debo decir que gracias a mi eres quien eres.
Edward: No te atrevas a decir tal cosa. Quién quiera que fuera mi padre sabes que heredaría de él así sea un jodido reloj. Así que no digas que me lo has dado todo cuando claramente eso te correspondía después de que él murió. Hacerte cargo de mi era tu responsabilidad.- le espeto.
Abuela: Lo sé, por lo mismo Ed, no he descansado un solo día de toda mi vida para darte lo mejor que puedo. Pero ya no eres un niño, eres un hombre. Por lo tanto es hora de que yo descanse y tú te hagas cargo de todo.
Edward: Y lo haré, te acabo de decir que voy a hacerlo.
Abuela: No me has dejado terminar.
Edward: Tengo resaca, mis amigos acaban de llegar. Voy a colgar y lo que sea que vayas a decirme hazlo cuando llegues a casa.- le dijo tajante.
Abuela: Un momento, no he terminado y si puedes ser un poquito menos arrogante y más educado entonces déjame terminar.
Edward: Tienes poco tiempo.- le digo con la sien latiéndome de la resaca.
Imploro paciencia, es lo último que tengo. PACIENCIA.
Abuela: Has de saber que no solo voy a cederte todo, también te voy a pedir algo a cambio. Porque no pienso tolerarte pendejadas una vez que estés a cargo de todo. Además, como bien sabes en el jodido testamento dice que claramente a los 23 ya tenías que hacerte cargo de todo, deberías estar agraciado. Pero también había otra cosa que ya te había mencionado mucho antes.- dice y la verdad es que si en algún momento me lo dijo yo debí estar borracho.
Edward: ¿Eso que significa?
Abuela: Necesitas a alguien que te ayude con todo ese tema empresarial.
Edward: Llamaré a Elion para que venga y me ayude con ello.- soluciono rápido.
Elion es uno de mis amigos de la infancia, está en Madrid desde su último año de instituto. Supe que terminó su carrera: Administración de empresas.
Terminó un año antes de que yo lo hiciera, claro por universidades separadas ya que él se fue a estudiar a Madrid.
Abuela: No hace falta. Y no estoy hablando de alguien irrelevante para que te ayude.
Edward: Abuela, Elion se graduó y trabaja en Madrid. Solo hace falta una muy buena propuesta jugosa y listo, estará aquí en menos de nada.- vuelvo a solucionar.
Abuela: Lo único que necesitas es una esposa.- dice. Y ante esta última palabra me cae un balde de agua fría.
¿Una esposa? ¿Mi abuela acababa de decir una esposa?
Edward: ¿Qué carajos acabas de decir? ¿Una esposa? ¿Te escuché bien?
Abuela: Si, una esposa. Vas a necesitar una esposa.- vuelve a repetir.
Edward: Un momento... ¿Te has vuelto loca?
Abuela: Edward.
Edward: ¿Pero tú de qué vas, abuela?
Abuela: Sabía que reaccionarías así.
Edward: ¿Y como querías que reaccione? Me acabas de decir que claramente necesito una esposa. Y yo no necesito una esposa.- contradigo.___ Con razón no me lo dijiste de frente, con razón te tomaste la molestia en llamarme y joderme la existencia tan temprano.
Abuela: Que sepas que no está en discusión. Eso lo dice el testamento.
Edward: A la mierda el testamento.- exclamo.
Abuela: Edward esto es en serio, no es un capricho que yo inventé.
Edward: ¿Por qué parece que si?
Abuela: Tómalo como quieras, es todo lo que tengo que decirte.
Edward: ¿Te has vuelto loca? ¿Cómo que una esposa? ¿Para qué? ¿Para qué voy a necesitar una esposa?
Abuela: No es algo que está en discusión y lo sabes. El problema es que ni siquiera te molestaste en leer el testamento.
Edward: Uno que probablemente tú escribiste.- recrimino acusatoriamente.
Abuela: Claro que no. Y como sabes y ya te lo dije. Esto NO está en discusión.- sentencia.
Edward: Por supuesto que lo está.- hago una pausa. Se me abre la cabeza.___ Olvidalo, no voy a casarme, no voy a encontrar o buscar una esposa, esto es una tontería. Y espero no insistas.
Abuela: Esto no se trata de si quieres o no. ¿Te di opciones? ¿No? Bueno, empieza por tomarte las cosas en serio. Es eso o nada.- cuelga finalmente.
Tengo que volver a la cama, me siento al borde y en cuanto asimilo que lo ha dicho en serio y que peor aún, es capaz de hacerlo se me tensan los músculos y el dolor de cabeza empeora.
¿Una esposa?
¿Un compromiso?
¿Una boda?
¿Un matrimonio?
¿Un testamento que prácticamente me obliga a casarme para recibir toda la herencia?
A la mierda el testamento, la herencia y toda la fortuna que posiblemente se me vaya de las manos.
¿Tanto miedo le tengo a un matrimonio?
Si.
Un matrimonio te ata a una persona y a mí no me gusta estar atado a nada.
Yo no soy de esos, con veinticinco años jamás me he tomado las cosas en serio. Y mucho menos soy el típico novio o ligue románticon que va por ahí jurándole amor eterno a la primera que le abre las piernas.
No soy de esos.
Y ella lo sabe, está harta de mis actitudes y errores por falta de un amor bonito.
Quiero decir que de hecho nunca me he enamorado y creo que no puedo plantearme la idea de que en cualquier momento lo estaré porque no lo haré.
No soy de esos.