Malih fue dado como tributo al harén del sultán, a cambio de recibir el perdón de su familia al ser nombrado su padre un traidor. El omega pensaba vivir los siguientes días de su vida tranquilamente en el harén sin que su presencia se notase. Sin embargo, todo se arruina para Malih cuando el sultán se enamora a primera vista de él.
⚠ Es omegaverse
⚠ Contiene embarazo masculino
—Inspirada en la historia del Imperio Otomano.
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Corona rota
Malih caminó por el harén mostrando su grandeza. La que demostraba la temible corona que le había regalado el sultán.
—Es más costosa que la de la madre sultana— Susurraban los omegas.
—¿No está usando un traje más hermoso de lo habitual?—
—¡Sí! Normalmente viste de blanco simple— Chismeaban entusiasmados.
Malih llevaba un traje color azul, combinaba con sus ojos. Era un vestido escogido por el sultán para él. Por primera vez escogió lucir los regalos de Nadir y se veía como una omnipotente sultana.
Como era usual, se sentaba un rato con los demás concubinos y les dejaba jugar con su hija. Sin embargo, la madre sultana los veía desde el segundo piso. Bajó simplemente para incomodar.
—¿Quién te crees que eres?— Cuestionó la madre sultana.
—¿Sultana? ¿Hay algún problema?—
—¿Te atreves a preguntar? ¡Vistiendo las telas más caras! ¡Las joyas más rebuscadas! ¡Y una corona excesiva para alguien como tú!— Señaló en gritos. —¿¡Te crees digno de todas esas posesiones!?—
—El sultán me dijo que debía demostrar mi valía— Contestó orgulloso.
La sultana chilló histérica. —¿¡Cómo te atreves...!?— Por el estrés se sofocó y por poco se desmayaba de la indignación.
—¡Sultana!— Corrieron a socorrerla sus odaliscos.
—¿Sultana? ¿Se encuentra bien?— Trató de darle su mano Malih, pero fue golpeada en un rechazo.
—¡Aléjate de mí! ¡No me toques!— Se fue furiosa.
Malih suspiró en medio del alboroto. —Samir, por favor, lleva a Aynur a su cuna— Él asintió en una inclinación.
La sultana caminó alejándose del harén, gracias a ingratas visitas no era buena idea quedarse demasiado tiempo. Sin embargo, tampoco lo era caminar solo.
Observó por las ventanas del palacio los diferentes jardines.
—Malih— Llamó la ruidosa voz de Amira.
—Creo que es imposible que se le haya olvidado que soy una sultana— Se dió la vuelta con enfado.
—Oh, claro que no— Sonrió hipócrita. —¡Gran sultana Malih, el más grande del mundo!— Se rió junto a los odaliscos que le acompañaban.
—Ve al punto, sultana— Le habló fríamente.
—¡Así que finalmente estás mostrando las garras!—
—Solo me defiendo...— En ello recibió un empujón por parte de la albina. —¿¡Qué estás...!?— No dudó en golpearlo, mientras los otros dos lo tomaron por los brazos. —¡Suéltenme! ¿Creen que se saldrán con la suya...?— Le tiró la corona de un manotazo al suelo.
—¡Cállate! Te crees la gran cosa, solo porque el sultán te compra cosas bonitas— Amira le rasgó el vestido con sus uñas, sacándole un grito a Malih.
—¡¡No!!— Los otros dos comenzaron a atacar a Malih del mismo modo. Hicieron añicos la preciosa tela azul, apenas dejando al pobre omega con ropa.
Al ver que se sobrepasaron, entre los forcejeos y al destrozarle por completo, tanto Amira como sus secuaces salieron corriendo.
Malih miró el suelo con tristeza trató de levantarse, pero tenía dolor, por lo que prefirió derramar sus lágrimas sobre el piso helado.
Después de unos minutos, dejando parte de su pena, se levantó para dirigirse a sus aposentos.
—¡Sultana!— Gritó horrorizado Samir. —¿¡Se encuentra bien!? Llamaré a un médico—
—No... Luego, ahora quiero estar solo, ¿Podrías salir de aquí?— Samir se inclinó para retirarse rápidamente.
Malih se vió al gran espejo con sorpresa, se veía terrible. Deseaba romper esa imagen en el espejo. Aún así, se aproximó a mirarse.
Observó a su padre a través de él, cada hijo tiene algo de su padre, ya sea un defecto, una cualidad o una habilidad. Antiguamente su personalidad era tan chispeante como la de su padre.
—¿Qué paso contigo, Malih?— Se escuchó a su pasado yo hablarle. —¿Cómo llegar al punto de estar roto?—
Recordó el ataúd negro de su padre, que no fue llevado por nadie. Normalmente los alphas de la familia o cercanos del fallecido llevan el ataúd hasta enterrarlos. En su caso, no hubo ningún alpha que lo hiciera. Así que él y sus hermanos cavaron con sus delicadas manos e hicieron una pobre tumba, para alguien que era un fiel servidor del imperio.
Una persona tan buena a los ojos de su familia y respetada por el mundo, debido a sus fabulosas azañas ni siquiera tuvo una tumba honorable.
La bebé comenzó a llorar, provocando que Malih se desconcertara. Retrocedió tapando sus oídos.
—¡Silencio! ¡Calla!— Sacudió su cabeza, yendo a un rincón de la habitación.
Sus extremidades temblaron y se dió cuenta de lo mucho que le ardían las marcas de uñas que le dejaron los omegas atacantes.
Tratando de tranquilizarse, entonó su voz, para olvidar la situación en que se encontraba.
...La vida te rompe a veces...
...Hayat koparır bazen seni...
...Parece como si probara juegos...
...Oyunlar oynar dener sanki...
...Y si te resistes con todas tus fuerzas...
...Ve sen tüm gücünle karşı koysan da...
...Pondrá de cabeza tus días...
...Alt üst ediverir günlerini...
...El tiempo no escucha tus miserias...
...Zaman dinlemez dertlerini...
...Se ríe insidiosamente a tus espaldas...
...Güler arkandan sinsi sinsi...
...También, si te resistes con todo lo que tienes...
...Ve sen her şeyinle karşı koysan da...
...Te quita de la manos todo...
...Alır elinden her şeyini...
...Ahora la vida va a rápida velocidad...
...Yaşamak dört nala şimdi...
...Los ojos se me cierran del miedo...
...Korkudan kapanmış gözlerimle...
...Al igual que a las flores salvajes...
...Yaban çiçekleri gibi...
...Fui lanzado al viento en este palacio...
...Rüzgarla savruldum bu şehirde...
...Ya no hay nadie que sostenga mi mano...
...Elimi tutan yok artık...
...Mis sueños se voltearon...
...Tepetaklak oldu hayallerim...
...Mis preguntas no terminan...
...Sorular gitmedi bende...
...Me quedé totalmente solo en este palacio...
...Yapayalnız kaldım bu şehirde...
.........
Se aferró a sus piernas dejando caer silenciosamente sus lágrimas. Aynur no dejaba de llorar al sentir la tristeza de su madre.
En ello, las dos puertas se abrieron de golpe. El sultán había llegado apresurado al lugar. Y más aún, después de que Khalil le contara sobre el intento de asesinato de la anterior noche.
—Malih...—
—¡Aléjate! ¡Todos fuera de aquí!— Los echó temblando en la esquina.
—Llévate a la bebé— Le ordenó a Samir. Quedando solamente el sultán y Malih.
El sultán trató de acercarse a Malih, pero no funcionó, su alpha estaba siendo rechazado por su omega también.
—Váyase... Lo odio... Si no fuera por usted no estaría viviendo este infierno—
Nadir trató de ser paciente, agachándose para observar a Malih, estaba realmente maltratado. —¿Qué siente al ver sus regalos hechos trizas...? Y eso que era la primera vez que los usaba— Sonrió irónico.
El alpha lo abrazó a pesar de la oposición e hizo lo posible por calmar su miedo con su perfume. Malih sintió la serenidad en el sultán, se hundió en un fresco valle, cerrando los ojos hasta caer dormido.
Nadir lo tomó entre sus brazos con cuidado para salir de la habitación con él. —Lleva a los doctores a mis aposentos— Le dijo a Khalil y fue a buscarlos. —Ya me encargaré de los que te hicieron esto más tarde— Se aferró al pequeño cuerpo del omega. —Prometo que los haré pagar...—
Notita:
La canción es Bu Şehirde de Ayşe Saran.
Todas las canciones las pueden encontrar buscándolas en Internet, yo las escucho en YouTube o Spotify. Me encantan los cantantes turcos ^^
La idea de mundo actual y momento nevado para navidad van parejas, así que si no desempatan haré un corto de ambas, quizás. Todo depende del tiempo que esté a mi disposición en estos días ^^ Aún está vigente la votación.
