Un Rey de Hielo, el más temido , frío y sin corazón busca a una Reina perfecta.
Una joven Audaz, fuerte, libre, envuelta en su mundo desea escapar..
¿ Qué pasará si sus caminos se unen ?
⚠️🔞❗️ Escenas explícitas, vocabulario, maltrato emocional
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Funcional..
—¿Segura de que no quieres empezar con uno solo? —preguntó Elian, con una sonrisa burlona, girando también su espada.
—Dos me vendrán bien —respondió Serena con tranquilidad,—. Así caliento más rápido.
Maximus, que estiraba los hombros, rió con una voz profunda.
—No digas que no te advertimos… No pienso tener piedad.
—Espero que no. Sería aburrido.
Un par de soldados silbaron divertidos.
Lily, sentada en el muro bajo al lado de Cassandra, golpeaba sus palmas con entusiasmo.
—¡Vamos, Serena! —gritó la niña, lo que provocó la risa de varios presentes.
Cassandra solo cruzó los brazos, observando con esa mezcla de curiosidad y cautela.
—Esto va a ser interesante.
Elian dio el primer paso al frente, rápido y directo, intentando un golpe de corte.
El ¡clack! seco del impacto resonó cuando Serena bloqueó el ataque con un giro de muñeca y desvió la espada hacia un lado.
Maximus entró de inmediato por el flanco contrario, buscando atraparla entre ambos.
Serena retrocedió dos pasos, ligera como si el viento la hubiera empujado, girando sus piernas.
El aire levantó polvo fino que se arremolinó en la luz dorada.
—¿Eso es todo? —provocó ella con un leve arqueo de ceja.
Elian apretó los dientes con una risa.
—No cantes victoria tan pronto.
Volvió a lanzarse, pero ella bajó el centro de gravedad, esquivó por debajo del brazo de él y lo empujó con la palma abierta en el hombro, desviando su equilibrio.
– Esperaba más emoción... ¿Qué pasa Príncipes? No se contengan - dijo burlona.
Un "Huuu" entre los soldados resonó burlón.
Maximus atacó sin esperar, girando la espada para un golpe descendente.
El ¡CLACK! vibró fuerte cuando Serena levantó su arma para detenerlo.
El choque de madera fue tan intenso que resonó por todo el patio.
Los dos quedaron por un segundo muy cerca, los ojos fijos uno en el otro.
El sudor perlaba la frente de Maximus, pero Serena sonrió con calma.
Luego, en un instante, giró la muñeca, desvió el arma de él hacia un lado y dio un salto lateral, cayendo con un rodar elegante.
El público estalló en vítores.
—¡Vamos, Comandante! —gritó uno de los soldados.
—¡Eso estuvo cerca! —añadió otro.
Maximus retrocedió un paso, sorprendido, mientras Elian aprovechaba para cargar de nuevo, aunque con más cautela.
Los siguientes movimientos fueron un intercambio veloz de golpes: clack–clack–clack, madera contra madera, intercalado por el chasquido seco de las botas en la arena.
Serena parecía deslizarse, usando los remolinos de polvo y el aire que levantaba con sus movimientos para ganar espacio.
Sus giros eran ágiles, tan rápidos que por momentos parecía que desaparecía del ángulo de ataque.
Elian, jadeando, retrocedió un par de pasos, bajó la espada y levantó la mano libre en señal de rendición.
—Basta… antes de que termines lanzándome al suelo.
Las risas se mezclaron con aplausos.
Cassandra sonrió, mientras Lily aplaudía con los ojos brillantes.
Serena relajó un instante los hombros y respiró hondo.
Pero Maximus dio un paso al frente, sonriendo con desafío que hacía vibrar el ambiente.
Se quitó la chaqueta de entrenamiento y la lanzó a un lado.
—Ahora sí, Frely —dijo con voz grave—. Vamos en serio.
Serena arqueó una ceja, divertida, y dejó caer la capa que llevaba atada a la cintura.
—Eso quería escuchar.
Ambos adoptaron postura de combate.
El choque fue inmediato y más violento que antes.
¡CLACK!… CLACK!… ¡CLACK!
Los soldados contenían la respiración entre cada embate.
Maximus trató de empujarla hacia atrás, pero Serena giró sobre su propio eje, desvió su espada con un golpe seco y aprovechó el impulso para rodar hacia un costado.
Su rapidez lo obligó a volverse con un gruñido, y cuando intentó atraparla con un golpe ascendente, ella se agachó, casi rozando el suelo, y con el aire que levantó desvió la trayectoria.
—¿Que pasa Comandante? ¿ Es todo? —provocó Serena con una sonrisa ladeada, los ojos chispeantes.
Maximus rió con los dientes apretados.
—Vas a tragarte esas burlas querida Cuñada.
¡¡ CLACK–CLACK–CLACK.!!
Serena retrocedió un paso, luego otro, esquivando hasta que Maximus se lanzó para acorralarla.
Pero justo en el último instante, ella se inclinó hacia un costado, giró la muñeca con destreza y con un movimiento rápido desarmó a Maximus.
El golpe de la espada de él al caer en la arena sonó como un trueno seco.
Antes de que pudiera reaccionar, Serena s lo golpeó en sus piernas haciéndolo caer sobre la espalda en el centro del patio.
En un solo salto ágil, se colocó sobre él, la espada de madera apoyada contra su cuello.
Ambos respiraban agitados, pero ninguno apartó la mirada del otro.
Las pupilas de Maximus brillaban con adrenalina, mientras Serena, ligeramente inclinada sobre él, sonreía con un filo divertido, el pecho subiendo y bajando por el esfuerzo.
– Parece que ya lo mate por quinta vez...
Maximus lo tenía arriba, tenía sus manos en su pierna, aún agitado sonrió, esos ojos con intensidad asesina le encantaron.
— Debo admitir... Tendré que tomar clases.
– Sí... Usted me enseña ese dobles y yo le enseñó lo que sé .
— Con gusto.
Ambos hablan como si nada aún en esa posición, Cassandra y Elian se miraron burlones, pero tragaron saliva al ver a un temible Orion de brazos cruzados
El aclaró su garganta, haciendo que ambos lo miren
— ¿ Terminaron ? Es todo un espectáculo el que siguen dando
El murmullo de los soldados se apagó de inmediato.
Todos giraron hacia el borde del patio.
Orión estaba de pie en lo alto de las gradas, con los brazos cruzados, observando la escena con el ceño apenas fruncido.
Su mirada, clavada en el par que aún seguía en esa posición, tenía un matiz frío… Guio su mirada a la mano de su hermano en la pierna de Serena
Maximus abrió su mano al darle cuenta y sacó lentamente esta.Serena se incorporó con un solo movimiento, bajando la espada y retrocediendo un paso.
Maximus se sentó en el suelo, todavía riendo entre jadeos, y nervios.
Orión se detuvo frente a ellos.
—Parece que el entrenamiento fue… muy productivo
Serena se limitó a sonreír levemente, ladeando la cabeza.
— Fue Entretenido, Funcionó.
El rey dejó escapar una exhalación breve, que por poco fue una risa, y alzó una ceja.
—Me alegro de que el entrenamiento funcione. Aunque… —desvió apenas la vista hacia Maximus, que se sacudía el polvo— …parece que alguien más va a necesitarlo después de esto.
Las risas de los soldados estallaron al unísono, y Cassandra abrazó a Lily, que aplaudía emocionada.
Pero los ojos de Orión volvieron a Serena, y aunque no dijo nada más, la intensidad de esa mirada no pasó desapercibida para nadie.
– Alguien está celoso…- susurro Elián a Liora y Adena que asintieron entre risas.
— El almuerzo está listo.
Dijo sin más volviendo hacia el castillo sin antes mirar a su hermano que levantó la ceja por eso .
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