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La Protegida Del Don Greco

La Protegida Del Don Greco

Status: Terminada
Genre:Romance / Posesivo / Arrogante / Mafia / Amor a primera vista / Diferencia de edad / Completas
Popularitas:38.4k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Rosana C. Lyra

Theo Greco es uno de los mafiosos más temidos de Canadá. Griego de nacimiento, frío como el acero de sus armas y con cuarenta años de una vida marcada por sangre y traiciones, nunca creyó que algo pudiera sacudir su alma endurecida. Hasta encontrar a una joven encadenada en el sótano de una fábrica abandonada.

Herida, asustada y sin voz, ella es la prueba viviente de una pesadilla. Pero en sus ojos, Greco ve algo que jamás pensó volver a encontrar: el recuerdo de que aún existe humanidad dentro de él.

Entre armas, secretos y enemigos, nace un vínculo improbable entre un hombre que juró no ser capaz de amar y una mujer que lo perdió todo, menos el valor de sobrevivir.

¿Podrá una rosa hecha pedazos florecer en los brazos del Don más temido de Toronto?

NovelToon tiene autorización de Rosana C. Lyra para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 21 – El Verdugo y la Rosa Despedazada

La mansión de Theo estaba en ruinas. El ataque de Volkov había dejado no solo paredes quebradas, sino el recuerdo claro de que incluso el imperio más sólido podía ser herido. El mármol agrietado, el portón caído y el olor a muerte impregnado eran marcas que ni el tiempo borraría.

Theo caminaba entre los escombros con pasos firmes, pero la mirada hacia Naya era lo que realmente lo desconcertaba. Naya estaba de pie, aún manchada de hollín, el vestido sencillo marcado por sangre que no era suya. Sus ojos, a pesar del miedo, no se apartaban de los de él.

Ella había visto al verdugo. Y aun así… había elegido quedarse.

Theo sabía que ese instante lo cambiaba todo.

En el despacho destruido, Nikos esparció documentos sobre la mesa. El brazo vendado dolía, pero el peso que cargaba era otro. Theo entró en silencio, el rostro duro como piedra.

Nikos respiró hondo antes de hablar:

—Necesito decirle algo, Don.

Theo se aproximó, cruzando los brazos.

—Hable.

Nikos sacó una carpeta, mostrando informes de desapariciones en Serbia, fotos en blanco y negro de una familia, y recortes de periódico. Entre ellos, una nota pequeña: “Matrimonio e hijo menor encontrados muertos en depósito abandonado. Hija mayor desaparecida.”

—Naya Eleni Markovic… —dijo Nikos, mirando el papel— Es real. Todo lo que dijo… sobre la familia, sobre lo que ocurrió… lo confirmé.

Theo frunció el ceño, impaciente.

—¿Me está diciendo que dudó de ella?

El silencio pesó. Nikos alzó los ojos, firme.

—Sí. —respondió sin vacilar— Dudé. No creí ni una palabra cuando lo contó. Ya se ha usado a mujeres como señuelo, y yo no podía… no podía simplemente aceptar que fuera verdad.

Theo mantuvo la mirada dura.

Nikos continuó:

—Entonces investigué por mi cuenta. Crucé registros, contacté a viejos informantes en Belgrado. Y cada detalle coincide. El padre, la madre, el hermano menor… muertos. Ella, la hija mayor, desaparecida sin dejar rastro. Tocaba el violín. Tenía una beca. Es ella, Don. No hay duda.

Hizo una pausa, la voz más baja, cargada de honestidad:

—Hice esto porque… usted es más que mi jefe. Es mi hermano. Y no podía verlo arriesgarlo todo por alguien que podía ser una mentira.

Theo permaneció inmóvil, pero los ojos se estrecharon.

—¿Y ahora? —preguntó— ¿Aún cree que es un riesgo?

Nikos respiró hondo.

—Creo que sufrió más de lo que cualquiera podría soportar. —admitió— Y que quizá, por eso mismo, sea la única capaz de verlo a usted como algo más que el Verdugo.

Theo no respondió de inmediato. El silencio se prolongó, pesado, pero cargado de un respeto antiguo.

Por fin, puso la mano en el hombro de Nikos.

—Hiciste bien en dudar. —dijo— Pero hiciste mejor aún en buscar la verdad.

Nikos asintió, los ojos firmes.

La mansión estaba vulnerable. No había elección, debían dejarla atrás.

Theo reunió a los hombres de confianza.

—Vamos al refugio. —ordenó— Los quiero a todos listos en media hora.

Nikos no cuestionó. Solo asintió.

En el piso de arriba, Naya terminaba de arreglar una maleta pequeña. Las manos le temblaban, pero el corazón latía con fuerza. La idea de salir de la mansión traía alivio, pero también miedo. El refugio que Theo mencionó era desconocido y, para ella, lo desconocido siempre significó peligro.

El coche blindado avanzaba por las carreteras cubiertas de nieve. Reinaba el silencio.

Theo conducía, los ojos fijos en la carretera. Naya observaba por la ventana, el rostro pálido iluminado por el reflejo de la nieve.

En un momento, él rompió el silencio:

—Puedes quedarte hasta recordar quién eres.

Ella respiró hondo, las palabras resonando en su interior.

—No voy a permitir que acaben con tu vida de nuevo. —completó.

Naya cerró los ojos. El cuerpo se le tensó entre alivio y miedo. Su silencio decía más de lo que las palabras podrían.

Theo lo percibió. No necesitó que respondiera.

El refugio en el bosque apareció tras horas de viaje. Una casa de piedra y madera, rústica, aislada, rodeada de árboles desnudos cubiertos de nieve. Lejos del lujo de la mansión, pero aún imponente.

Theo abrió la puerta para Naya.

—Aquí, nadie va a encontrarte. —dijo.

Ella entró despacio, absorbiendo el ambiente. No había rejas, no había puertas cerradas con llave. Solo la protección silenciosa del bosque.

Por un instante, Naya respiró hondo. No era libertad, pero era lo más cercano que había sentido en mucho tiempo.

Por la noche, sentada frente a la chimenea encendida, Naya observaba las llamas como si intentara recordar lo que era vivir antes del cautiverio.

Theo estaba de pie, apoyado en la pared, los brazos cruzados. Sus ojos no se apartaban de ella.

Ella lo notó. Y, por primera vez, lo miró no como al verdugo que mataba sin dudar, sino como al hombre que había mandado quitar la cerradura de su habitación, que la llevó hasta allí, que la había elegido para proteger.

El corazón se le encogió, sin saber si era miedo o esperanza.

Y Theo, al sentir su mirada sobre él, entendió, la rosa despedazada empezaba a ver al hombre detrás del verdugo.

Theo entró en su habitación del refugio, el ambiente amplio, pero austero, con pocos muebles. No estaban los adornos lujosos de la mansión destruida, solo lo esencial: una butaca de cuero, la mesa de rincón y la ventana que se abría a la luna clara recortada por los árboles del bosque.

Encendió un cigarro, dejó que la brasa iluminara su rostro por un instante y se sirvió una dosis generosa del coñac escocés que guardaba para ocasiones específicas. El sabor ardiente escurrió por la garganta, pesado, pero no suficiente para apartar el peso que cargaba.

El silencio se quebró con el tono del celular. Theo contestó sin siquiera mirar la pantalla.

—¿Aló?

La respuesta llegó como una herida conocida, una voz femenina, suave, pero cargada de sarcasmo.

—Ah, por fin… pensé que ibas a seguir evitándome.

Theo cerró los ojos, suspirando con irritación. Isabelle. Siempre encontraba la forma de volver.

—¿Cómo conseguiste este número? —preguntó, la voz seca.

—Digamos que todavía tengo contactos mejores que tus hombres de confianza. —rió bajo, insinuante— Pensé que ya me extrañabas.

Él apartó el celular por un instante, casi cortando la llamada. Pero ella lanzó el anzuelo:

—No cuelgues. Aún no. Necesito que me escuches.

Theo giró la copa en las manos, la mirada fija en la luna.

—Habla.

—Tienes tres días para aceptar casarte conmigo. —dijo ella, firme, sin rodeos.

Theo rió, un sonido grave y sincero, como si acabara de oír un chiste absurdo.

—¿Y por qué cometería un error así?

—Porque, si no aceptas, me voy a unir a Volkov. Y juntos, vamos a destruirte.

La amenaza flotó en el aire. Pero Theo solo sonrió, helado, un depredador ante un animal que se cree más grande de lo que es.

—Tienes razón… en tu versión de la historia. —dijo, arrastrando las palabras.

Isabelle perdió el ritmo por un segundo, pero enseguida se recompuso.

—No te burles de mí, Theo. Sé exactamente lo que temes: perder el control, perder la admiración que todos tienen por Don Greco. Volkov ya hizo suficiente estrago, y conmigo a su lado, no tendrás oportunidad.

Theo bebió otro sorbo del coñac, completamente imperturbable.

—Ser admirado nunca fue señal de grandeza. Hasta un payaso llena un circo.

—Siempre con esas frases de efecto. —replicó ella, la voz volviéndose más cortante— Pero en el fondo, sabes que soy la única capaz de estar a tu nivel.

—Qué bueno que lo pienses. —respondió Theo, con una media sonrisa fría— Yo no necesito estar de acuerdo.

Al otro lado de la línea, Isabelle respiró hondo, intentando recuperar la ventaja.

—¿Entonces me vas a rechazar?

Theo se inclinó hacia adelante, apoyando el codo en el brazo de la butaca.

—Isabelle… —su voz bajó, cargada de desprecio calculado— No vas a conseguir lo que quieres… ni ahora, ni nunca.

Silencio. Sabía que había dado en el blanco.

—Tienes tres malditos días. Después no me culpes.

—Tú amenazas con tres días… pero yo solo necesito un segundo para borrar tu nombre de la historia.

Y colgó.

El silencio volvió a la habitación, denso, pesado, pero Theo permaneció sentado, mirando la luna por la ventana. Isabelle era una excelente mafiosa. Pero ya no era más que pasado.

Aun así, la llamada dejaba claro: Volkov no estaba solo.

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Letty Santaella de Samaniego
hermosa novela
Tamara
Hermoso
Beatriz Mas
excelente historia!!
Chali Ortiz
muy linda historia me atrapó desde el principio,
me gustó como se fue desenvolviendo la protagonista
un pequeño detalle, cuando atraparon a Stefano no hubo concordancia, ya que al principio decías que estaba de rodillas amarrado a la silla y al final escribiste que estaba atado a una columna
te deseo muchos éxitos y gracias por compartir tu talento
👏👏👏👏👏👏👏👏💐💐💐💐💐💐
Maria Rojas
felicidades autora una excelente novela muy buena la trama los personajes y tuvo un gran final éxitos bendiciones
JZulay
una historia que me mantuvo en vilo .....viendo al hombre rudo e implacable que fue transformado por un amor que no esperó.

💯 recomendada 😉👌🏼
🇧🇷Rosana Lyra🇧🇷: Gracias mi querida, la historia de Nikos está completa en el perfil ❤️
total 1 replies
JZulay
😔🙏🏼🥺😍.... increíble Greco..... transformación total ☺️
JZulay
ohhh muchacha....te la pasarás en cama y criando 🤭😋
JZulay
🥰❤️🥰❤️🥰❤️🥰❤️🥰❤️🥰❤️
JZulay
quién lo diría...el mafioso férreo....pero tan tierno ..🥰
JZulay
tú la creaste ...!!!!....ella se reconstruye ...😍❤️
JZulay
atrevido Morozov.....venir amedrentar en la puerta de su casa 😤.....
De lo que llevas ....traes.... 🤜🏼🤛🏼
JZulay
hermoso...🥰..ver un hombre que no se quiebra por nada, pero cuando el amor ❤️ toca a su puerta no tiene cómo resistirla 😍
JZulay
ya era hora.../CoolGuy/....todos estábamos languideciendo...!!!!!..../Hey//Smug//Proud//Tongue//Drool/
JZulay
mi reina.....qué haces nadando contra la corriente ...,🤔....sí no quieres ver sangre , entonces abandona ese lugar....pero ten por seguro, que tú serás la próxima con un tiro en la cabeza o peor ..../CoolGuy/
JZulay
Theo encontraste lo que no estabas buscando !!!??...,❤️💔
JZulay
mucha larga a ese silencio !!!!! 🤦🏼‍♀️
JZulay
qué osado Vladimir.....🤦🏼‍♀️.....sí ... definitivamente...
estás muerto !!??!!!
JZulay
esto es un duelo en el infierno ⚒️
JZulay
me tiene en suspenso /Blush/
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