En la isla de Hematera, dividida entre humanos y vampiros, el destino de dos hermanos gemelos, Fabián y Francisco, ha estado marcado desde antes de su nacimiento. Fabián sacrificó la mitad de su alma para volver a nacer y proteger a Francisco, aun si eso significaba vivir apenas veinte años. Sin embargo, su vida se ve trastocada cuando el amor, la traición y la sangre lo arrastran a un mundo donde ángeles, demonios y vampiros luchan en silencio por el dominio y la redención.
Convertido en vampiro contra su voluntad, Fabián deberá enfrentar la verdad sobre su corazón de ángel
Entre guerras celestiales y heridas que no cicatrizan, la esperanza se enciende en la oscuridad: la unión de sangre y espíritu de
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Madre vampiro
El día temido por todos llegó, Fabián acompañado de Erick, Francisco, Lucio, Emanuel, Liam, Victor, Albus, Kael, Amariel, Héctor, David, Sergio y Caín, llegaron al castillo de Acheron, quien los recibió con asombro disimulado al ver a tantas personas
Acheron– ellos deben de ser los familiares de los que hablaste ¿verdad?
Su expresión de calma fingida podía engañar a todos menos a Fabián quien estaba claro que era un gran observador, pero intentando ser amable solo sonrió asintiendo en con la cabeza
Acheron continuó diciendo– está bien… entonces pediste permiso para que todos vinieran a verte los domingos y en tu cumpleaños si no me equivoco… ¿es verdad?
Fabián- así es… ellos deben de estar al tanto de mi procedimiento para mantenerlos tranquilos, espero que eso no sea un problema para usted
Acheron sonreía y parecía tranquilo, pero por dentro se sentía amenazado, la mirada de las 13 personas que acompañaban a Fabián, se sentía como la mira de un franco tirador apuntandole directamente en espera de cualquier movimiento brusco o erróneo que pudiera cometer
Fabián sostenía la mano de Francisco y Albus, sabiendo muy bien que eran ellos los más impulsivos y no siempre controlaban sus acciones, mucho menos sus palabras, teniendo el poder suficiente para mantenerlos a raya sin usar la violencia ni los gritos
Sin soltarlos dijo– ¿puede explicarles cual es el primer proceso que llevará a cabo conmigo?... solo quiero que se vayan tranquilos de regreso a la isla
Acheron– es un poco… complicado… pero lo básico es hacer una matriz con células y sombra tuyas, dejar que esté lista durante un día y después implantarla dentro de tí para que crezca como un embarazo normal
Francisco no había comido durante los últimos 2 días para evitar vomitar de nuevo, pero aún con eso, sentía las arcadas lo que hizo que Acheron dijera
–el proceso es indoloro… no habrá daños más allá de la cirugía de implantación y la cesárea
Francisco frunció en ceño, pero no respondió si no que se giró a Fabián para decirle algo al oído, después de una pausa larga Acheron rompió el silencio
–bien… creo que deberías despedirte… se hace tarde… recuerda que vivirás aquí por 5 años en total contando lo que tarde en nacer
Fabián con firmeza dijo– alto… antes quiero que regreses los ojos de Albus… prometiste hacerlo… no dejaré que lo olvides
Acheron sacó de un frasco dos esferas negras y las rompió con la mano mientras decía– un trato es un trato… aquí tienes sus ojos, pero recuerda que no puede alucinar conmigo de ninguna manera o me veré en la necesidad de quitarlos de nuevo
Albus recuperó su vista y Fabián suspiró de nuevo antes de abrazar suavemente a cada uno de ellos como despedida, el consejero, un chico mitad ángel, usó sus dones celestiales para ver el cuerpo de quien sería la “madre” durante esos 5 años y se congeló, sus ojos fijos, las manos temblando como si hubiera visto un monstruo
Acheron intentó fingir que no le afectaba la reacción de su hijo y espero a que Fabián terminara de despedirse para guiarlo con paso frío por el pasillo del castillo, sus hijos llevaban a los demás a la salida quienes miraban de reojo
El chico escribió en una hoja de papel que Fabián estaba lleno de sellos protectores en todo el cuerpo, siendo sus zonas íntimas donde estaban los más poderosos, pero también tenía en la columna una pluma de arcangel conectada a un espectro protector de un hombre que no identificaba (Saúl) puesto ahí con magia ancestral
Acheron hablaba mientras caminaba delante de Fabián– el lugar es libre para que tú lo recorras a tu antojo… salvo por 3 recamaras que están prohibidas para cualquiera que no sea yo… mi habitación, mi oficina y mi jardín secreto
Fabián caminaba con una pequeña maleta color café, escuchando atentamente cada regla del lugar para poder adaptarse lo antes posible, con paso suaves para no hacer ruido y la respiración calmada
Acheron– el horario de salida es estricto ya que las nubes artificiales solo nos dan una ventaja de 3 horas cuando sale el sol, así que a las diez de la mañana o antes ya debes estar adentro… el desayuno se sirve a las 7 de la noche con una tolerancia de 1 hora y media, la comida a medía noche y la cena a las 7 de la mañana con misma tolerancia
Llegaron a un cuarto con puerta de madera que parecía ser grande, Acheron se giró para ver a Fabián de frente y seguir– debido a que es muy probable que tengas los sintomas de un embarazo común tú podrás comer tanto como quieras… pero los demás solo pueden 3 veces al día con una excepción por su cumpleaños
Acheron abrió la puerta revelando un cuarto enorme con una cama gigantesca y luces suaves que daban una decoración hogareña, extrañamente parecida a la de una película animada de Anime romantico que vió hace mucho tiempo
Con calma siguió explicando– este será tu cuarto los siguientes años… esa campana te sirve para llamar a servidumbre, todos los que trabajan para mi son mis hijos así que no tienes de qué preocuparte, cuando necesites cualquier cosa la puedes pedir… cuando estés listo, ven al laboratorio a dar una muestra de sangre para el procedimiento
Fabián– Acheron… ¿todos aquí son hijos tuyos?... o ¿realmente cuántos tienes?
Acheron respondió restando importancia– 60 mil 24… exactamente… pero eso no importa… te espero en el laboratorio, alguien vendrá a llevarte para que no te pierdas
Fabián se pone la ropa para embarazo, una bata grande, unas pantunflas y un pantalón, todo de color palo de rosa, una niña de unos 12 años entra por él diciendo- Madre… ven conmigo por favor… te ves preciosa
Fabián sonríe, no le molesta con qué pronombre lo llamen siempre que sean amables, caminaba de la mano de la niña, educada y sonriente, los pasillos oscuros, olor a concreto y metal en el aire el lugar lleno de habitaciones numeradas con dos placas, una con el nombre de la persona y su género y la otra con la especie, era impresionante que cada cuarto era idéntico por fuera, pero por dentro era un mundo diferente con alma propia
La niña lo dejó en la puerta del laboratorio sin poder entrar por ser muy jóven, él entró con cuidado y un chico lo recibió con calma diciendo–... madre… pasa por favor, necesito que me des un trozo pequeño de tu sombra
Fabián dió fácilmente un trozo pequeño de su sombra, era negro translusido que se movía con gracia en la mano del chico que lo guardó en un frasco fasinado por ese control tan fuerte que tenía, delante de Acheron quien estaba distraído pensando en que los clanes de su nueva “Madre Vampiro” podrían representar su caída si algo le pasaba a su rey
El chico con calma le dió un frasco a Fabián y le dijo– madre… por favor, necesito que vayas al baño y traigas aquí una muestra mínima de tu esencia para la matriz
Sostiene el frasco con duda inocente, piensa un rato antes de decir– ¿Orina o sangre?
El chico se aclara la garganta y dice tratando de aclarar– no… Madre…necesito…
hace una pausa pensando cómo explicarse hasta que dice– necesito un… un espermatozoide
Fabián se ruboriza suavemente y dice–...yo… no sé hacerlo… ¿Puedes sacarlo con una jeringa?
Acheron se sobresalta, intenta disimularlo hablando con calma calculada– Fabián… ¿no sabes… cómo hacer eso?
Fabián– es… es que nunca hice nada parecido…aún
Acheron se alarma internamente, Fabián era tan puro como un ángel, implantar la matriz así le causaría un trauma o un rechazo al bebé, no quería que eso sucediera pero no podía forzarlo con él tampoco por lo que con esa calma calculada y sonrisa ensayada dijo
–por tu bien, creo que es mejor que… como sabes un embarazo es el final de todo el proceso, saltarnos al final sólo causará problemas, ¿conoces a alguien que pueda ayudarte con tu pureza?
Arqueo una ceja pensando hasta que ruborizado dijo– ¿qué quieres decir?... ¿un interés amoroso?
Tomó sus manos pero no era reconfortante si no casi una amenaza, esa mirada fría y calculada de Acheron le daba todavía más alarma a la situación, su voz ronca resonó desde su garganta
–sé que conoces el riesgo de forzar algo así… y que tenemos poco tiempo, llama a alguien, que te ayude con tu pureza y después seguimos… ¿si?
Fabián asintió, estaba nervioso ¿a quien le pediría ese favor?, no era cualquier cosa, su pureza, ni siquiera tenía un enamorado o enamorada y pedir a cualquiera solo iba a ser contraproducente, caminaba en su cuarto de un lado a otro pensando que hacer
Todos eran como hermanos para él, era imposible pensar en alguno para algo más, hasta que, un nombre le vino a la cabeza “Héctor”, era un amigo muy cercano pero no como un familiar, parecía que lo veía bonito, pero ese tipo de favores era diferente
Se sentó en la cama pensando, su corazón latiendo a mil hasta que tomó su celular y con manos temblorosas marcó el número de Héctor su mensajero Paloma Negra, espero que respondieran la llamada con nerviosismo
Héctor– ¡hola!... hola Fabián…¿cómo te encuentras?
Dijo fingiendo no estar emocionado por la llamada repentina de Fabián, mientras intentaba que no se notara su temblor en la voz
Fabián suspiró, con la voz algo temblorosa comenzó– Héctor…verás… tengo un problema y esperaba que pudieras ayudarme
Héctor respondió rápido– dime… lo que sea, ¿te hicieron algo?
Fabián con calma dijo–... no, aún no me hacen nada y… ese es el problema…
Suspiró y se pasó la mano por el cabello claramente nervioso antes de continuar– Verás… Acheron dice, que… soy demasiado virgen…
Los nervios hacen que sus manos tiemblen mientras busca palabras para seguir–... dice que no puedo tener a mi hijo así por que… sería contra producente, ¿entiendes?
Héctor no llegaba a comprender aún pero dijo–... sí… pero, no entiendo a donde quieres llegar Fabián
Dió la respiración más profunda de toda su vida antes de explicar–... Héctor… necesito que me ayudes con esto… por favor… ven mañana al castillo, te conseguí un permiso y…
Héctor comenzó a caer de rodillas en el suelo preso por el shock y dijo sin poder creerlo– espera…espera… espera… espera…¿qué quieres decir?... Fabián…
Con la calma y la dulzura que siempre reinaba en su voz dijo– necesito que vengas y… tengas una cita romántica conmigo con todo lo que implica una relación moderna, eres el único al que le puedo confíar eso… ¿puedes?
Héctor tragó saliva con dificultad, intentó mantener la calma al responder– sí… Fabián, claro
Fabián se despidió antes de colgar y Héctor se quedó en el suelo, completamente en shock, su lado más enamorado estaba muy feliz pero el resto, su sentido del deber, su responsabilidad y su orgullo, no estaban del todo complacidos, no era amor de verdad, solo un amigo que confiaba demasiado en él como para dejarle esa tarea tan importante
Se sentía como aquel amigo al que le confiaron un primer beso al ser la única opción que nunca llegaría a nada, aún así podía, lo amaba lo suficiente para tomar esa responsabilidad con cariño y el respeto que se merecía Fabián
En el clan Progenitus, después de hablar con Héctor, se dedicó a elegir ropa de la que llevaba, pero nada parecía convencerlo, era poca, lista para su embarazo más que para una cita, pensando si era mejor ir a una tienda a comprar algo de ropa y quizá un perfume
Fué a la oficina de Acheron y tocó la puerta suavemente para que le abriera, teniendo prohibido entrar, la puerta rechinó al abrirse y él salió de la habitación oscura con una postura elegante, sereno con esa actitud medida que lo caracterizaba
Acheron– dime… ¿que necesitas?
Fabián tenía esa actitud despreocupada de siempre– no tengo que ponerme para mañana, me gustaría visitar una tienda de ropa o algo parecido en donde pudiera comprar… algo decente para ponerme mañana
Acheron no consideraba que eso fuera necesario, no acostumbraba a salir a las tiendas del clan o a lugares muy concurridos por lo que no conocía ningúna en donde Fabián pudiera comprar ropa y era muy pronto para hacer que uno de sus hijos lo acompañara
Esperaba una respuesta con esa mirada de paciencia que siempre llevaba con él hasta que escuchó algo que le hizo levantar la mirada
–no necesitas ropa nueva… ven conmigo
Lo seguía con paso lento y rítmico, como un niño que espera ver algo que nunca ha visto, los pasos de Acheron sonaban lento en el pasillo hasta llegar a una habitación muy grande con puertas de bronce grabada con dragones chinos y pintada de rojo con detalles dorados
Acheron abrió la gran puerta para dejarlo entrar, dentro una gran colección de ropa de diferentes lugares, restauradas, elegantes o simples de muchos años de antigüedad hasta lo más sonado del mes pasado descansaba en vitrinas, con la mirada brillante Fabián comentó
–es precioso…
Acheron se estremeció, cualquiera hubiera llamado su colección, una obsesión, una pérdida de tiempo o incluso una locura, pero no Fabián, él decía que era ¿Precioso?
Fabián– ¿las reparas tú mismo?
Dijo con emoción genuina, sin juzgar, solo con interés real de saber, Acheron tragó saliva de forma audible, en su cara un sonrojo casi imperceptible y su voz un hilo que deseaba no ser escuchado
–sí… llevo… 3 mil años reparando ropa que me gusta, haciendo que recupere su…
Calló, había dicho demasiado, nadie sabía de eso, era un dato que no aportaba nada, lo dijo solo por decirlo, se distrajo al escuchar que Fabián preguntaba
–¿puedo usar algo?...¿en serio?... son como reliquias no quiero hechar a perder alguna, menos ahora que sé que te costó trabajo hacerlo
El rubor en la cara de Acheron aumentó, “su trabajo” nunca había valido nada, su defensa se tambaleo, solo quería que Fabián se vistiera, que usara algo, cualquier cosa que haya cosido con sus manos pero ¿por qué?, ¿qué era tan emocionante que debía verlo con una de sus prendas?
Acheron– no te preocupes por eso… eres cuidadoso y las prendas no se echaran a perder, revisa… hay 40 mil prendas de 3 mil años de historia, de todos los continentes que hay
Fabián se paseaba por los pasillos, cada prenda hermosa a su manera con aire de la historia de cada lugar, pero no quería escoger una que fuera a manchar o alguna que se fuera a romper, Acheron sentía un orgullo que nunca creyó merecer al ver cómo recorría los pasillos, respetaba y admiraba cada prenda, haciendo preguntas con emoción de materiales o técnicas de costura que no reconocía
Acheron intentaba controlar su emoción cuando vio que Fabián no quería escoger una prenda por respeto a su trabajo, se conmovió, tratando de restarle importancia abrió un ropero de madera donde un maniquí antiguo lucía un kimono rojo con bordado en hilo de oro de peces koi y un dragón en las mangas
Fabián quedó maravillado por la imagen, era una prenda de 3 mil años de antigüedad, aún con ese olor a incienso y sudor del emperador que lo portó solo una vez antes de morir por una terrible fiebre
Acheron– es de mi país de origen… creo que será perfecto para que lo uses
Añadió con calma controlada pero con emoción en lo profundo, su corazón se estremeció al escuchar a Fabián decir
–muchas gracias… es realmente hermoso y lo cuidaré mucho… eres un gran artista realmente
Mientras tanto, el el clan Sangre de Luz, Emanuel se encargaba de cuidar el reino de su hijo mientras estuviera fuera, era tan solo el segundo día y ya parecía que su ausencia consumía a todos los que vivían ahí, como si fuera una roca sobre ellos que solo se levantaba cuando Fabián hacía una videollamada con todos en los 3 diferentes clanes para reportarse y decir que estaba bien
Esa llamada fué corta solo para decir que el proceso se había atrasado, pero que todo saldría bien después de eso, trataba de calmarlos con palabras que realmente no se creía, pero que funcionaban momentáneamente
Antes de llegar al clan Progenitus, Héctor llegó al clan Eclipse, antiguo clan Lupanar donde con la voz temblorosa le contó a Francisco lo que Fabián le había pedido hacer, esperando un regaño o algo parecido sabiendo lo valioso que era su hermano
Después de una pausa larga en la que el corazón de Héctor latía sin control Francisco sonrió suavemente, como si la noticia fuera una simple noticia más, su postura calmada, sin mostrar agresividad
–está bien… realmente me hubiera preocupado con cualquier otro… pero me alegra que seas tú
Héctor no podía con la sorpresa en su expresión, como si un peso de culpa se le quitara de encima, no quería preguntar, solo quería creer que tenía el permiso y quizá la bendición de alguien tan importante en la vida de Fabián
Francisco suspiró para seguir– mi hermano es puro y que seas tú su primer encuentro me relaja bastante… sé lo mucho que lo amas, pero también que lo respetas sobre todo
Se sentó tranquilo en el trono para terminar–... lo único que te pido es que lo cuides… él no será duro contigo y espero que tú tampoco
Héctor comprometido a eso solo prometió– cuidaré de él… es mi propósito en la vida
En el Clan Progenitus, Acheron ayudaba a Fabían a ponerse el kimono y le enseñaba a cómo quitarlo para que pudiera hacerlo solo, su imagen era perfecta con el tono rojo, le hizo un peinado sencillo, semirecogido con una horquilla de oro que tenía de adorno un dragón
La imagen de Fabián con el kimono puesto le recordaba a sus años de estudio en la casa del emperador que fué dueño original de la ropa, un chico de casi 19 años cuyo nombre ya no recordaba por alguna razón, bondadoso, amable y muchas veces cariñoso, tuvo una fiebre alta que lo mató, siendo esa prenda la última que usó
Sus pensamientos interrumpidos por una frase– me veo muy bien… sueno como un presumido pero realmente nunca me ví tan bien
Acheron sonrió con superioridad para tratar de camuflar la ternura que sentía para comentar– si… es seda fina y oro real… suerte Fabián
En su cuarto, Fabián ya había puesto la mesa, una botella de soda de fresa con cereza, pasta con carne y un macaron azul de crema de chocolate con menta, una vela falsa en medio de la mesa con las suaves luces de la habitación que daban un ambiente íntimo y cálido
Aunque no era para él, Acheron sintió ternura, no estaba acostumbrado a ver ese tipo de detalles, cariño y atención juntos en un solo espacio, solo verlo lo hizo tambalear, su respiración acelerada, sus manos temblando y lágrimas de sangre acumuladas en sus ojos, corrió a su cuarto a cerrar la puerta, llorando por el impacto
Toda su vida huyendo del amor acostumbrado a hundirse en un pozo sin fondo de dolor y angustia, solo cayendo más profundo cada día y ahora podía ver una luz tan brillante que le quemaba los ojos
Se acercó a un espejo grande que tenía en el cuarto y prácticamente arrancó su propia ropa, revelando cicatrices horrendas de quemaduras, azotes, cortes y golpes antiguos que al parecer su vampirismo no pudo curar al estar arraigadas directamente en su alma
Cada una ardiendo a pesar de ya no ser frescas, se apretaba el cabello con la mano tratando de calmar sus pensamientos agitados, todo el dolor le volvía a la cabeza, quería arrancar su piel para quitarse las cicatrices, pero sabía que no era posible, volverían como cada vez, como cada dolorosa vez
¿una comida así para él?, nunca, la comida era un premio, no un consuelo, mucho menos un derecho y eso le quedaba claro cada día de su vida como humano, cada vez que debía pasar hambre. Se mojó la cara, se acomodó el cabello
Héctor llegó al castillo, Acheron ya estaba calmado, con ese aire de control y la mirada fría de siempre, entró al cuarto con un ramito de margaritas envueltas en un lazo de color rosa, la cara sonrojada al ver que Fabián lucía hermoso con la ropa prestada
Fabián– oh… ¿para mí?
Héctor le ofreció el ramo de flores y dijo en un susurro– sí… para ti
Fabián las sostuvo con cuidado, admirando la sutileza del detalle, las puso en un florero mientras héctor se sentaba en la mesa, la luz de la vela falsa bailando en la habitación, la comida deliciosa delante de ellos mientras que héctor iniciaba tímidamente la conversación
–todo se ve delicioso…gracias
Fabián se pasó una mano por el cabello claramente nervioso pero emocionado comentó– no hay de que… quería que fuera lindo, nuestra primera cita…solo algo sencillo
Sus manos se rozaban casualmente sobre la mesa, reconociéndose, buscando cercanía uno del otro, hasta que llegaron a un roce de narices cariñoso y juguetón, poco a poco avanzando la cita
Héctor– ¿estás nervioso?
preguntó evaluando el terreno para avanzar o retroceder
Fabián– estoy… emocionado…
Héctor notó que le miraba los labios sutilmente y poco a poco se acercó, Fabián hizo lo mismo y suavemente sus labios se tocaron en un beso dulce, inocente y cargado de ternura con ambos cerrando los ojos hundidos en el momento sin notar que el corazón de ángel de Fabián brillaba tan intensamente que parecía tener la luz del sol, solo visto por los mitad ángel que vivían ahí