un joven que sufrira la locura de su padre perderá todo y decidirá buscar respuestas y una venganza en contra de su padre
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Capítulo 12: Estrategia y Explosión a Distancia El Plan de Éxodo
Capítulo 12: Estrategia y Explosión a Distancia
El Plan de Éxodo
Esa mañana, el ambiente en el edificio en ruinas de Woodhaven era tenso, pero ya no hostil. Emily, ahora en su fase mejorada, irradiaba un aura de poder controlado. Estaba desayunando una lata de carne fría con una concentración que rivalizaba con la de un estratega militar.
Poseidón y Marcos la observaban. Su supervivencia les había forzado a aceptar que era su mejor opción de escape.
—Mi instinto me dice que las criaturas están agrupándose, formando una red alrededor del pueblo —dijo Emily, sin levantar la vista de la lata. —Si intentamos colarnos, nos rodearán y nos agotarán.
Poseidón, ansioso por iniciar la marcha hacia Pueblo Quemado, preguntó: —¿Y cuál es el plan, Emily? No tenemos tiempo para asedios. La Operación Cinder...
Emily sonrió, una expresión fugaz y peligrosa. —El plan no es colarse. Es crear un exceso de demanda energética en un área, seguido de una limpieza masiva. Escuchen.
Marcos se acercó, su curiosidad superando su cautela.
—Ustedes dos son rápidos y tienen energía concentrada. Poseidón, tu fuerza explosiva. Marcos, tu agilidad y resistencia. Necesito que se alejen a un radio de veinte kilómetros del centro del pueblo.
Una hora después.
Marcos corría sobre los tejados rotos. Su cabello rubio ahora estaba totalmente corto y atado bajo una capucha. Llevaba un traje táctico todo negro de mangas cortas que le permitía una movilidad total, como un verdadero ninja.
Junto a él, Poseidón, con nueva ropa negra y un jogging gris, saltaba con una potencia controlada, asegurándose de que su cuerpo masivo pudiera mantener el ritmo.
Corrieron hasta que el pueblo de Woodhaven fue solo una silueta humeante en la distancia.
—¿Crees que su plan funcionará? —preguntó Marcos, deteniéndose para recuperar el aliento.
—No sé si funcionará, Marcos —respondió Poseidón, mirando el horizonte—. Pero si lo que acaba de pasarle a esa chica híbrida nos enseñó algo, es que ella está en otro nivel. Yo solo espero que estos veinte kilómetros sean suficientes.
El Cañón de la Furia
En Woodhaven, Emily estaba en el centro de lo que quedaba de la plaza principal. La rabia que había sentido durante su transformación final no se había disipado, solo se había refinado en una herramienta.
Cerró los ojos, y de su espalda surgieron múltiples tentáculos oscuros y flexibles. No eran apéndices de carne, sino formaciones de energía pura. En lugar de dejarlos libres, Emily los entrelazó y los concentró en un único punto delante de ella, convirtiéndolos en un cañón de oscuridad pulsante.
Era una vista aterradora. El cañón se cargó, succionando la luz residual y la energía parasitaria de los monstruos cercanos. Los tentáculos eran ahora un arma de asedio.
Emily abrió la boca en un grito silencioso y liberó la carga.
Una cantidad masiva de energía oscura se disparó como un rayo desde el cañón. El haz de energía no era solo destructivo, sino purificador. Impactó la red de monstruos que convergían hacia el pueblo, vaporizándolos.
La explosión fue catastrófica. Se sintió como un trueno subterráneo. Un cráter negro, un agujero en la realidad, se abrió donde antes estaban las criaturas.
Veinte kilómetros a la redonda, todo lo que era monstruoso y oscuro fue aniquilado. La onda de choque fue tan violenta que el aire se calentó y los árboles se agitaron salvajemente.
Marcos y Poseidón miraron hacia atrás. La columna de humo y la onda de energía eran un testimonio de la fuerza liberada.
—Maldición —murmuró Marcos, atónito. —Ella lo logró.
Poseidón se secó el sudor. —Ahora tenemos un camino limpio. Pero esa chica... su poder es aterrador. Tenemos que irnos. El tiempo se acaba, y la UPA no esperará. Leopold nos necesita, y nosotros necesitamos ese archivo.
Mientras el humo se disipaba y el camino hacia Pueblo Quemado se despejaba, Leopold estaba a punto de recibir la información que cambiaría su vida.