Secreto Milagroso

Alena miró al anciano frente a ella, aunque sabía que este anciano frente a ella tenía una nieta que se parecía a ella, sabía que para convertirla en nieta no bastaba con que se pareciera a su nieta.

Alena no habló y permaneció en silencio, aunque miró al anciano frente a ella, no leyó la mente del anciano, pero su estado de ánimo actual era muy complicado.

Después de un rato, Alena finalmente abrió la boca.

"Todavía tengo cinco hermanos y una hermana, no puedo dejarlos".

Sí, aunque las edades de algunas personas son las mismas que las de Alena, tienen una diferencia de unos meses, y Alena sigue siendo la mayor entre ellos.

"Lo siento, no puedo ser tu nieta".

Franky todavía estaba tranquilo, pero su corazón latía más rápido, nunca había pensado que Alena se negaría, al ver su lujosa residencia, estaba bastante seguro de que Alena se conmovería, pero quién hubiera pensado que la niña frente a ella no estaba en absoluto interesada en el lujo que se veía en ese momento. Incluso le importaban más sus otros seis compañeros.

"Sí, el abuelo te dijo eso y no te dio la oportunidad de negociar. Mientras te conviertas en mi nieta, los seis también se convertirán en mis nietos y llevarán el apellido Moran".

Alena, que antes no tenía expresión, ahora tenía una expresión de incredulidad con los labios ligeramente abiertos.

Sin embargo, cuando estaba a punto de objetar, escuchó la voz de una niña que parecía alegre.

"¡Hermana, no rechaces al abuelo! En este mundo, solo te tengo a ti y al abuelo como familia".

Alena se giró hacia el origen de la voz, pudo ver a una niña que parecía Rian sentada en una silla de ruedas.

No sabía por qué, su corazón latía con fuerza al ver a la chica que se parecía a ella, y un poco amargo en su corazón.

Inconscientemente se llevó la mano al pecho donde su corazón latía con fuerza, el dolor y el deseo de cercanía que sentía en ese momento la hacían no saber cómo reaccionar.

Incluso no se dio cuenta de que las lágrimas ya habían empapado sus mejillas. La propia Aluna vio la reacción de Alena, y también se sintió muy angustiada. Luego miró a su abuelo.

"Abuelo, ¿puedo hablar con mi hermana a solas?"

Frangky se quedó atónito, luego asintió, luego se levantó y salió del estudio.

Al ver que su abuelo se había ido, Aluna se levantó de su silla de ruedas e inmediatamente corrió a abrazar a Alena, sabía que todavía estaba débil, por haberse dormido durante dos años, todavía tenía que recuperarse.

"Hermana, lo siento porque no estuve a tu lado cuando estabas indefensa, lo siento porque no estuve presente cuando te traicionaron. Lo siento, perdóname".

Aluna abrazó a Alena, llorando en el abrazo de Alena y disculpándose constantemente.

La propia Alena ya estaba rígida, estaba muy complicada en ese momento. Honestamente se sorprendió cuando escuchó a Aluna decir eso.

Sin embargo, al sentir la desesperación de la chica que la abrazaba, Alena supo que esta chica no estaba fingiendo.

Levantó su mano derecha y acarició la cabeza de Aluna.

"Está bien, pero te equivocas, nadie me traicionó".

"Hermana, no tienes que mentir, sé que no quieres recordarlos más, pero no voy a dejar que Juan y Meilan vivan en paz".

Una vez más, el cuerpo de Alena se tensó, estaba en shock e incrédula. Luego agarró los hombros de Aluna y soltó el abrazo de la chica.

"No digas tonterías, no los conozco".

Aluna se sintió angustiada, luego agarró las mejillas de Alena con ambas manos.

"Hermana, no me mientas. Lo vi todo en mis sueños durante los dos años que estuve en coma. De hecho, fui a buscarte en ese momento, pero llegué un paso más tarde que ese joven".

Alena retrocedió unos pasos con incredulidad.

"Tú..."

"Por favor, no me mientas, y quédate conmigo, no quiero perderte de nuevo en esta vida como en el pasado".

Alena estaba en shock, y sus lágrimas aún no se habían detenido, miró a la chica frente a ella todavía con incredulidad.

Nunca supo hasta ese momento, si todavía tenía parientes de sangre e incluso todavía la buscaba en su vida anterior.

"¿Sabes quiénes son nuestros padres?" Con duda, Alena preguntó.

"No, de hecho, yo también soy solo la nieta adoptiva del abuelo. El abuelo nunca se casó ni tuvo hijos, pero hermana, puedes estar tranquila, porque el abuelo no es igual que la familia Manuelo. Nos querrá sinceramente".

Alena se secó las lágrimas que poco a poco se detuvieron, luego llevó a Aluna a sentarse en la silla de ruedas.

"¡Siéntate! Tu cuerpo todavía está débil".

Aluna tampoco siguió llorando, en ese momento sonrió suavemente y asintió.

"Ya que no sabes quiénes son nuestros padres, ¡entonces olvídalo! No necesitamos a los que no nos quieren".

"Sí."

Alena luego recordó que era una sirena, sin rodeos buscó una marca como la suya en el cuerpo de Aluna.

Cuando la encontró, la marca de la escama estaba en la nuca. Alena luego sonrió aliviada.

Al ver el comportamiento de Alena, Aluna se sintió confundida, pero no dijo nada, solo tuvo un tic en la comisura de los labios.

"Sé cómo hacer que te recuperes en poco tiempo, pero necesito que el abuelo llame a mis seis compañeros. Ellos también son como familia".

"¡Está bien, entonces vamos a buscar al abuelo!"

Ambas salieron del estudio con Alena empujando la silla de ruedas de Aluna. Pudieron ver al anciano sentado en el sofá de la sala de estar con su sirviente personal.

"¡Abuelo!"

Aluna llamó al anciano y Alena no habló, solo empujó la silla de ruedas de Aluna cerca de la posición donde estaba Frangky.

"¿Qué pasa?"

Aluna sonrió brillantemente, pero no ocultó que sus ojos estaban hinchados por llorar antes.

"Alena aceptó ser tu nieta y también los otros seis no pueden separarse de ella".

Frangky se rió entre dientes y asintió.

"Eso no es un problema, pero el abuelo todavía tiene que encargarse de algunos documentos para hacerlos miembros oficiales de la familia Moran".

"Está bien, Alena también dijo que tiene una forma de que me recupere más rápido, pero tengo que seguirla para vivir con ellos por un tiempo".

Aluna pensó que tal vez la forma de recuperarse no era sencilla, así que no le pidió a su abuelo que invitara a los seis compañeros de Alena, sino que quería vivir con Alena y los demás.

Frangky se quedó en silencio por un momento, luego miró a Alena que todavía tenía un rostro frío sin expresión, pero no pasó por alto la suavidad en los ojos de Alena cuando Aluna se ofreció a vivir juntas. Eso lo convenció de que se llevaban bien.

"Está bien".

"No quiero guardaespaldas".

"Está bien".

Aluna se quedó estupefacta, porque su abuelo accedió directamente. Era natural para Frangky, porque sabía que Alena y los demás todavía estaban bajo la supervisión militar, así que estaban seguros.

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