Orgullo De Un Alfa Arrepentido

Abigaíl

Frente a mí a unos cuantos metros de distancia, aparece un lobo de gran tamaño, es un cambia forma de eso no hay dudas, con su mirada intimidante y su andar calmado me hacen sentir como un pequeño conejo siendo acechado

Se transforma y el sonido de huesos re acomodando es escalofriante, he visto a Freya hacerlo muchas veces, pero este al ser mucho más grande causa una impresión mayor

Es la primera vez que tengo el tiempo de ver a detalle el cuerpo de un hombre, es costumbre que los guerreros vengan a buscar a Calix, pero ella jamás me deja acercarme. Detallo rápido cada músculo dándome cuenta que las imágenes de los libros no se acerca ni un poco a la belleza de este hombre, mi vista recae por un instante en el miembro que cuelga entre sus piernas, y es que vienen a mi mente todas las pláticas que he tenido con las ninfas sobre las relaciones íntimas y según lo que dijeron, eso crecerá más y entrará en mí, me preguntó cómo demonios lo hará si es un muy buen pedazo de carne

Se acerca con pasos lentos, pero firmes, su aura me abruma, siento como todo mi cuerpo se ablanda, debí sujetarme del árbol que está a mi lado para no terminar en el suelo

- Mía - esa palabra acompañada de un gruñido me hizo sonreír

- Soy Abigaíl - mi voz, aunque débil, causo un efecto en él que intentó ocultar

- Soy Adam, tu mate y tú eres mía -

Al escuchar su seguridad mi sonrisa se amplió

- Así que tú eres el causante del dolor cada noche de celo? - la forma en que frunce el ceño lo hace ver lindo

- Ya no más -

No puedo dejar de sonreír, comienzo a moverme recordando como caminar correctamente

- Entonces eres mi pareja destinada? -

- Lo soy -

- Adam - mis labios pican un poco al pronunciar su nombre - dime, que edad tienes? -

- Muchos más que tú -

- Eso veo - se mueve acercándose cada vez más - yo estoy por cumplir 18 años en un par de meses - me encanta la forma en que no deja de mirarme - conoceré a mi compañera loba, si es que la tengo - no pierde la seriedad, yo, en cambio, no dejo de sonreír - y según sé, solo hasta entonces sabré quien es en realidad mi mate -

- Yo lo soy - dice de nuevo entre gruñidos dando un paso más

- La verdad, prefiero esperar -

Fue cuestión de un parpadeo, sentí una mano en mi cintura, otra detrás de la cabeza y algo presionando mis labios. Estaba teniendo mi primer beso

No supe como reaccionar, solo abrí grande los ojos quedando completamente quieta

Adam se dio cuenta de eso, supongo entendió que era todo nuevo para mí, ya que movió las manos para tomar con delicadeza mi rostro y lo que fue un ataque se convirtió en un suave y dulce movimiento de labios

Cerré los ojos y me dejé llevar abriendo la boca imitando sus movimientos, el calor de sus manos viajo desde mi rostro extendiendo por todo el cuerpo y juro que fue la mejor sensación que jamás haya experimentado. Mis manos subieron lento apenas acariciando su abdomen hasta llegar a su cuello y enrollar los brazos alrededor; aproveché unos segundos en los que se separó medio centímetro para dar un suspiro y yo tomar una gran cantidad de aire

- Eres perfecta, mi perfecta mate - apenas me dio tiempo de levantar la comisura de los labios cuando de nuevo los invadió

Está ocasión se sentía un poco más animal, no dudo en chupar, morder y gruñir, se me dificulto un poco seguir su ritmo, pero que la Diosa me perdone estaba disfrutando al máximo. Tomó de nuevo mi cintura con ambas manos y me levantó sin esfuerzo alguno, solté una pequeña risa porque la diferencia de estaturas era bastante y moví las piernas sintiendo como perdía el suelo

- Caeré - le dije sobre su boca

- Jamás te soltaré - y le creí, en ese momento podía creerle que la luna era de queso sin dudar

Nuestros labios danzaban perfectos, el sabor de su boca era exquisito, el calor que emanaba era reconfortante y exitante, tanto así que sabía que de ahora en adelante no podría soportar estar sin él

Embelesada por las sensaciones no me di cuenta del movimiento, solo cuando sentí como mi espalda tocaba el frío suelo me percaté que estaba recostada con su cuerpo sobre el mío, y la verdad, seguía siendo todo tan agradable

- Mía - su posesión me gustaba, era la primera vez desde hace mucho que me sentía realmente parte de algo, porque si él me reclamaba, sabía que de la misma forma debía de entregarse

Sus manos se movieron despacio recorriendo mi cuerpo por sobre la ropa, era delicado, como si quisiera conocerlo, pero esa acción hacía que un calor extraño se acumulara en mi entrepierna

- Adam - dije despacio, él gruñó profundo y sin esperarlo rasgó mi vestido en toda su longitud dejándome expuesta solo con mi ropa interior

Me sorprendió, mis manos se movieron buscando cubrirme de nuevo, pero en ese justo momento su lengua pasó lamiendo sobre la marca que tengo entre el cuello y el hombro haciendo que mi cuerpo se estremeciera y la piel se erizara nublando completamente mi juicio. Lo volvió a hacer ahora de una forma más lenta, más seductora, más provocativa y yo sentía como casi literalmente me volvía gelatina

- Eres mía, mi dulce mate -

Había olvidado como reaccionar, comenzó a frotar su cuerpo sobre el mío y ahí recobre un poco de cordura, sentía sobre los muslos esa parte de él que me dejó impactada y de nuevo las palabras de las ninfas vinieron a mi mente

"La primera vez será dolorosa, siempre lo es, por eso debes estar segura de dar ese paso, debes sentir la seguridad de que tu pareja cuida de ti en todo momento"

Me siento segura con él?, la respuesta es sí. Este es el mejor momento... no lo sé. Estoy segura de dar ese paso... La respuesta es NO ahora

Quiero cumplir 18, sentir la conexión de mates así justo como él la está sintiendo, quiero que sea una experiencia inolvidable, y a pesar de que sé que si lo dejo continuar tal vez todo este bien, no quiero hacerlo ahora

- Adam - le dije poniendo las manos en su pecho - Adam - subí un poco el tono de mi voz

Parecía no escuchar, seguía besando mi cuello, amasando mis muslos, frotando sobre mí

- Adam!! - empujo lo que puedo, pero no es posible moverlo ni un poco - ADAM!! - con mi grito levanta el rostro y me observa, yo quedo con la boca abierta al ver sus ojos

Brillan como si cientos de estrellas explotaran dentro de ellos, había leído eso, él y su lobo estaban en completa sincronía, dominado por su lado animal, guiado por puro instinto

- Adam - comencé a desesperar, tome su rostro entre mis manos - por favor detente, dejame ir -

- Mía - la voz gutural confirmo lo que ya sabía, no era por completo él

- Adam por favor -

- Mía - seguía repitiendo mientras sus manos se movían por mi cuerpo, pero ahora su toque no causaba nada

Me movía, debía encontrar alguna forma de salir de debajo de él, pero era como mover una pesada roca, mi desesperación creció y empecé a golpearlo, pero de nuevo era como si una hormiga atacara un elefante

- Eres mía - sus palabras ya no era reconfortantes, la forma en que me tocaba cada vez más salvaje empezó darme miedo

Me moví mi como un gusano, esperaba de esa forma lograr salir un poco y con suerte separarme lo suficiente para levantarme y correr a la cabaña, pero eso era subestimar a mi mate

Tomó con fuerza mis manos colocándolas encima de la cabeza, las sujetó con una de las suyas mientras con la otra apretó mis mejillas

- Mi linda y escurridiza mate -

Lamió mis labios, me soltó el rostro para arrancar mi ropa interior sin esfuerzo

- No Adam, no lo hagas por favor - me devoraba con la mirada, observa sin pudor cada parte de mi cuerpo, el deseo de cubrirme era más fuerte que nunca y la imposibilidad de hacerlo me frustraba

Seguí moviéndome, intentar safarme, lograr algo, pero de nuevo, nada servía

Tocó de forma tosca mis curvas sin soltar las manos, ya no había admiración, solo un deseo que se refleja en su mirada. Intenté darle una patada, alejarlo con mis piernas, pero...

Sin esperarlo sucedió, algo entró en mí tan fuerte, rápido y doloroso

 Ahogué un grito con todas mis fuerzas al sentir ardor, desgarro y un líquido saliendo de mi intimidad

Me preocupe de inmediato, sabía que si los animales del bosque se enteraban de lo que estaba sucediendo no dudarían en ayudarme, así que aguante cualquier sonido que pudiera salir de mi garganta para de esta forma protegerlos, este lobo mataría a cualquiera en este momento sin pensarlo solo por el hecho de estar cerca

Me dolía, era un dolor casi tan fuerte como aquel que sentí la primera noche de celo, la diferencia es que este está destruyendo mi cuerpo, mi alma y la confianza en el que se supone es mi pareja destinada

Aguanté, aguanté sintiendo el pasto debajo de mí, aguante viendo la Luna, aguanté bloqueando mi mente

...